Los nombres del amor. Michel Leclerc




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Ficha técnica:

Título original : Les noms des gens
País: Francia
Año: 2010
Duración: 100 minutos

Dirección: Michel Leclerc
Guión: Baya Kasmi, Michel Leclerc
Casting: Aurélie Guichard
Dirección de Fotografía: Vincent Matthias, A.F.C.
Música: Jerôme Bensoussan y David Euverte
Montaje :Nathalie Hubert
Sonido: Sophie Laloy, Emmanuel Augeard y François Groult
Decorados: Jean-Marc Tran Tan Ba ADC


Diseño de Vestuario: Mélanie Gautier
Maquillaje: Natali Tabareau-Vieuille
Peluquería: Milou Sanner

Productores: Caroline Adrian, Antoine Rein y Fabrice Goldstein Compañías. Productoras: Delante Films y Karé Productions, TF1 Droits Audiovisuels, Canal  +, TPS Stars, asociadas con La Banque Populaire Images 10, Uni Etoile 7, Sofica Valor 7


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Intérpretes:

Sara Forestier: Baya Benmahmoud
Jacques Gamblin: Arthur Martin
Carole Frank: Cécile Benmahmoud
Zinedine Soualem: Mohamed Benmahmoud
Jacques Boudet: Lucien Martin
Michéle Moretti: Annette Martín
Zakariya Gouram: Hasssan Hassini
Julia Valdis-Bogard: joven Annette

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Sinopsis:

Baya Benmahmoud (Sara Forestier) convierte las relaciones sexuales en una arma de lucha política, una forma de domeñar las mentes de los hombres conservadores a los que seduce, intentando cambiarlos durante el coito. Uno de ellos será Arthur Martin (Jacques Gamblin), un cuarentón al que ella. por su nombre, considera un fascista en potencia, aunque en realidad es un socialdemócrata, ferviente admirador de Lionel Jospin, al que llevan a la pantalla en persona.El padre de él es judio, la madre de ella es argelina. Ella es un espíritu libre, él una mente cuadriculada. Dos personas antagónicas, pero cuando Cupido entra en juego, la lógica salta por los aires.

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Comentario:

Tras ver el film de Michel Leclerc el problema es que no sabes exactamente qué has visto; para muchos entusiasmados con el culo de Sara Forestier la cuestión está clara, porque lo enseña a la primera ocasión que se le presenta, e incluso la chica es tan despistada que, si se le amontonan los recados puede salir de casa desnuda y subir al metro sin percatarse de que no lleva ropa, y, al parecer, es encantadora. Pero, realizada en 2010, se convierte en un fiel retrato preñado de bronca ironía y grandes dosis de cinismo de cómo estamos asumiendo, como individuos, todos los conflictos sociales (paro, racismo, discriminación por sexo y edad), agudizados en cualquier situación de crisis que suponen recortes sociales y escasez de recursos. La protagonista busca la cohesión social haciendo el amor a los hombres de derechas y se erige en representante de esa parte de Francia que se deja sodomizar por la otra, una especie de bastardos que suponen el futuro de Europa. (palabras textuales). Pero a la vez que hace feliz a los conservadores se casa con emigrantes para que consigan sus papeles en el país galo. ¿Qué tal?

Ella vota a Chirac, pero lleva a casa de él a Lionel Jospin, de origen belga. Cuando, hace mucho tiempo, vi por primera vez 'El huevo de la serpiente' de Ingmar Bergman, reconozco que pasé mucho tiempo amargada y entristecida viendo a los alemanes pagar millones de marcos por un paquete de tabaco, o salír de sus casas, armados con cuchillos para  conseguir una tajada de un burro muerto en la calle. En esta época en la que impera el relativismo, y el individuo, carente de ideas, no cree en nada ni en nadie, salvo en sus escasas posibilidades personales, los jubilados mantienen en silencio a sus familiares parados, reduciendo sensiblemente su nivel de vida a niveles de subsistencia, o, como nuestra protagonista hace el amor a los defensores del orden, el nacionalismo y la ley del más fuerte, (aunque también quieran a sus perros), con el objetivo de convertirlos en hippies y hombres que abandonan sus negocios para convertirse en  pastores de ovejas en las montañas. Pero tras la sensualidad y el encanto de Babia hay un hecho dramático: su profesor de piano abusaba sexualmente de ella cuando era niña; Arthur Martin debe decidir qué es más importante: atender a un pájaro muerto y conocer las causas del deceso, hacer el amor con la joven francesa de origen argelino, Baya, o enterrar a su madre.La joven activista, tras casarse con un musulmán y ponerse un shador, escribe un libro, en el que se define como 'puta política: "En la cama con los fachas", animando a otras jóvenes revolucionarias a seguir su pista, aunque en las elecciones se equivoca y vota a Chirac o Sarkozy .Un detalle, que cada cual puede interpretar a su gusto.

Formalmente recurre a evocar el pasado evitando el flashback clásico y  a recursos peculiares como la coincidencia de imágenes correspondientes a distintas etapas de la vida de sus protagonistas en el mismo plano, semantizando el color o apelando al espectador, mirando fijamente a las cámaras, especialmente al principio de la película en el que ambos protagonistas nos cuentan los orígenes 'bastardos' de unos hombres y mujeres, nacidos en Francia, un país en el que políticos nacionalistas y racistas como Jean-Marie Lepen, obtiene importantes réditos electorales, que ejemplifica con alusiones al propio cine, el polar francés protagonizado por Alain Delón, que pone al mismo nivel que el consumo o los políticos de derechas, o el cine americano que ilumina las fantasías del padre argelino de Baya. Pero hay más, la protagonista, dedica una atención muy especial a las personas mayores, algo que todavía no está muy de moda, especialmente si son mujeres. Dos en uno.

Un bello elemento cohesionador que recorre la película de principio a fin son las botas rosas de Baya, que como los zapatos carmesí de Dorothy la identifican y forman parte de su carisma. Puede olvidar su ropa, pero no su calzado, un esperpento que se convierte a la vez en emblema de la época que nos ha tocado vivir, en la que un hombre desorientado es incapaz de ver la luz al final del túnel.Hacer el amor a los fachas es el paradigma.

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