The French Kissers. Riad Sattouf
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Ficha técnica:
Título original: Les Beaux Gosses
País: Estados Unidos
Año:2009
Duración: 101 minutos
Dirección: Riad Sattouf
Escenario, adaptación y diálogos: Riad Sattouf y Marc Syrigas
Idea original: Riad Sattouf; asistente puesta en escena: Elsa Amiel
Casting: Stéphane Batut, Marc Milani, Gaëlle Usandivaras
Fotografía: Dominique Colin
Música original: Flairs y Riad Sattouf
Montaje: Virginie Bruant
Decorados: Marie Cheminal
Sonido: Laurent Banaïm, Hervé Guyader; Mezcla: Emmanuel Croset
Diseño de Vestuario: Mimi Lempicka
Maquillaje: Annabelle Petit
Peluquería: Charlotte Arguillere
Productor: Anne-Dominique Toussaint
Productor asociado: Romain Le Grand
Director de Producción: Jean-Jacques Albert
Compañías. Coporducción Studio 37; Les Films des Tournelles y Pathé, asociados con Cinémage 3m Cofimage 20 y La Banque Postale Image 2, y la participación de Canal +; Distribución: Karma Films; Cannes 2009 Quinzaine des Réalisateurs
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Intérpretes:
Vincent Lacoste :Hervé
Anthony Sonigo: Camel
Alice Trémolières: Aurore
Julie Scheibling: Laura
Robin Nizan-Duverger: Benjamin
Camille Andreys: Meryl
Emmanuelle Devos: la Directora
Irène Jacob: Madre de Aurora
Valeria Golino: Actriz del film del vídeo
Noémie Lvovsky: la madre de Hervé
Christophe Vandevelde: Padre de Hervè
Hassan Guerrar: Padre de Camel
Marjane Satrapi: la vendedora de la tienda de m´sucia
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Sinopsis:
Hervé es un adolescente poco agraciado físicamente y desbordado por sus impulsos. Un día, sin entender muy bien cómo, se entera de que una de las chicas más guapas de su clase está interesada por él.
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Comentario:
Enrico Oliveri/Giovanni Ernani, el protagonista de ¡Viva la libertad! (Roberto Andò, 2014), formula en voz alta un pensamiento que anida en el interior de mucha gente: los hombres únicamente reaccionan cuando llegan delante del precipicio y ya sólo les queda caer al vacío. Lo malo es que el abismo no siempre es objetivo, ni todos llegamos ante él al mismo tiempo, con el mismo talante y en las mismas condiciones y ésto produce las divisiones necesarias casi imposible de salvar, que no se observan cuando lo que rige el comportamiento de los seres humanos es la búsqueda del bienestar material y, en definitiva, del dinero.
Esta situación, perfectamente constatable explica el hecho de que quien quiere abrirse camino en actividades que precisan la financiación de otros, ya sea pública o privada, mantengan una actitud, más que postmoderna, extremadamente prudente en cuestiones políticas, como ocurre con Riad Sattouf, un cineasta de origen sirio, nacido en París y que vivió algún tiempo en Argelia y Libia, que, en una entrevista que concedió a Rubén Lardin ( www.vice.com) reconoce abiertamente que es más fácil el escapismo, el cuestionar otras culturas de países en vías de desarrollo que manifestarse abiertamente en la moderna Francia: "Yo me considero un tío que intenta contar historias lo mejor posible. Y espero contar cosas que otros no cuentan, o no se atreven a contar. Poco más. Políticamente no me comprometo porque encuentro muy arriesgado para un artista el hecho de defender una causa, de tomar partido. Y siempre me ha parecido más positivo “estar en contra”. Muchos reconocerán estas actitudes.
El creador de 'Pascal Brutal' acierta de pleno en el análisis de ciertas características universales que definen a la adolescencia, cuando se están conformando las personalidades pero aún quedan restos del candor infantil asociados al despertar del sexo, a las inseguridades que acompañan a la separación del útero materno y el control de los padres, que les hace sentir el mismo vértigo que padece el neo-nato al salir del vientre materno y que dura durante toda la vida, especialmente cuando se relaja la conciencia y se libera nuestro subconsciente mientras dormimos. ¿Quién no ha sentido esa caída al precipicio alguna vez a lo largo de su vida? Riad Sattouf realiza una foto fija de esta fase de la vida en la que el adolescente quiere compartimentarlo todo, separar sentimientos, aislar a las personas que quiere, e incluso nos deja una crónica de la humillación que pueden llegar a sentir estos jóvenes si en algún momento se cruzan cualquiera de estas personas y no pueden evitar el contacto. Todo ello adobado con una pizca de humor negro, (secuencia en la que los jóvenes se masturban ante una ventana, mirando a una vecina y se origina una trágica confusión). Es aquí donde más se advierte la diferencia de ritmo vital, basada en la personalidad de los actores y sus posibilidades económicas: unos, ricos y liberales, organizan fiestas para los adolescentes, en las que ellos son los protagonistas juveniles y sin complejos; otros se exceden y acompañan a sus hijos a la fiesta, como la madre de Hervé, cuyo modesto piso se encuentra bajo de un corredor aéreo que a menudo libera sus inmundicias, por lo que su ropa siempre huele a mierda. Otros ni tan siquiera están presentes nunca, como los padres de Camel, el joven musulmán amigo de Heré...Esta disparidad, no sólo emocional, sino de estatus económico y social, se traduce en aparentes diferencias entre los adolescentes: duros y resentidos, con frecuencia hijos de padres desinteresados, tímidos y acomplejados, educados en la sobreprotección, liberales o conservadores, según la actitud vital de los padres... Las propias inseguridades se traducen con frecuencia en la crueldad de unas relaciones que se ceban con los que muestran mayor inseguridad.
El desconcierto juvenil queda patente cuando la Directora entra en la clase de Hervé, cuyo ingreso en el aula pasa totalmente desapercibido en un contexto de anarquía general, sentada en la mesa del enseñante, golpeando con sus botas en la misma para advertir a los alumnos de su presencia, anuncia que el Profesor de Biología, al que se supone que esperan los jóvenes, ha muerto. Una de las alumnas sólo acierta a pregunta si habrá examen. Como ocurre con frecuencia en las películas francesas que se desarrollan en Colegios e Institutos está presente la multiculturalidad, en la que predominan jóvenes de origen argelino, los pieds noirs, cuya la llegada masiva a Francia se produjo tras la independencia de Argelia en 1962; se trata, en gran parte, de familias de militares perseguidos por haber apoyado a los dominadores franceses. Riad Sattouf si entra en la cuestión política al referirse a su mundo y denuncia la doble moral de los pueblos árabes: rígida para los pobres, libérrima para los ricos.
Les beaux gosses tiene como protagonistas a una pareja de jóvenes mixta: un francés, Hervé, y Camel, un joven árabe, pero su cámara sólo escudriña al adolescente galo y de Camel sólo nos muestra la fachada, con algún que otro dato de interés: buen guitarrista, look rebelde y provocativo, carácter abierto y desinhibido, en ocasiones marginado aunque en general bien recibido y el mejor amigo de Hervé. El mestizaje social y cultural se percibe tanto en el medio de los jóvenes como en el de los adultos.Sólo en una ocasión se deja ver al padre de Camel, cuando lo lleva a una fiesta a la que su amigo ha intentado impedir que llegara, por razones tan oscuras como todas las que rigen cada uno de sus movimientos. Mezcla de clases sociales, pueblos y culturas constituyen el background de la película de Riad Sattouf; entre los invitados a la fiesta de este joven realizador está Marjane Satrapi, escritora y cineasta, autora de Persépolis, en un pequeño papel secundario. Un pequeño homenaje a sus raíces culturales.
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