Ahora me ves. Comentario. Comentario
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Ficha técnica:
Título original: Now You see me.
País: Estados Unidos.
Año: 2013.
Duración: 115 minutos.
Dirección: Louis Leterrier.
Guión: Boaz Yakin y Edward Ricourt y Ed Solomon, según un argumento de Boaz Yakin y Edward Ricourt.
Casting: Carmen Cuba, c.s.a.
Dirección de Fotografía: Larry Fong., a.s.c. y Mitchell Amundsen
Música: Brian Tyler; Tom Rowlands, Ed Simons.
Edición: Robert Leighton y Vincent Tabaillon
Supervisor efectos visuales: Nicholas Brooks
Coordinador de especialistas: Stephen Pope
Director artístico: Scott Plauche
Decorador del set: Beauchamp Fontaine (s.d.s.a.)
Diseño de Vestuario: Jenny Eagan.
Jefe del Departamento de maquillaje: Linda V. Melazzo
Jefe del departamento de peluquería: Kerrie Smith
Productores: Alex Kurtzman, Roberto Orci, Bobby Cohen
Productores ejecutivos: Boaz Yakin, Michael Schaefer, Stan Wlodkowski
Diseño de producció: Peter Wenham
Summit Entertainment, Kurtzman Orci Products, See Mee Louisiana.
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Intérpretes:
Jesse Eisenberg : J. Daniel Atlas,
Mark Ruffalo: Dylan Rhodes,
Woody Harrelson : Merritt McKinney,
Isla Fisher :Henley Reeves,
Dave Franco : Jack Wilder,
Mélanie Laurent: Alma Dray,
Morgan Freeman: Thaddeus Bradley,
Common: Evans,
David Warshofsky,
José García: Etienne Forcier,
Michael Caine : Arthur Tressler,
Michael Kelly:Agente Fuller,
Justine Wachsberger: Nicole Mercier,
David Warsholfky: Cowan.
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Sinopsis:
Un equipo del FBI debe enfrentarse a un banda de criminales expertos en magia que se dedican a atracar bancos. Son "los cuatro jinetes”, un grupo formado por los mejores ilusionistas del mundo. Durante los atracos, dirigidos siempre contra hombres de negocios corruptos, hacen llover el dinero robado sobre los espectadores, ante la atónita mirada de un equipo de élite del FBI que les sigue la pista. Es la historia de un grupo de magos que en plena era de la hipervisibilidad perpetran una serie de robos amparados en un poderoso show audiovisual (...) Y este grupo liderado por el personaje interpretado por Jesse Eisenberg se reafirma, de algún modo, como los evocadores de la fantasía, como los protectores de una forma de concebir el mundo desde el misterio. (Roberto Alcover Oti).
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Comentario:
Se ha discutido mucho acerca de la calidad de este film y de si se adapta o no a los cánones que le permitan superar con dignidad una buen crítica, y muchos han valorado que no. Harold Bloom llamó resentidos a todos aquellos que se ocuparon de adaptar los modos de representación de la realidad en la literatura y hacerlos evolucionar para contemplar diferentes constructos humanos en cuya base residían muchas de las razones que provocan el dolor humano. Si bien todo el cine negro norteamericano reflejó el empobrecimiento de las masas como consecuencia del crack de la Bolsa de New York aquel 'Viernes Negro' de 1929, cuya influencia se dejó sentir en el continente europeo, que finalmente fue el teatro de operaciones en el que se dirimieron las contradicciones de la sociedad capitalista y su lucha con los consecuentes movimientos totalitarios que tomaron fuerza en este tiempo, ahora, en la era de la posmodernidad muchos se sonrojan y se excusan si citan, aunque sólo sea de pasada, la gran depresión actual del mundo capitalista que amenaza con hacer resurgir los asilos de niños y ancianos y la pobreza más extrema que nos retrotrae a la época en la que Charles Dickens situó sus historias, tomando partido sin remilgos por aquellos niños, objeto del intercambio más repugnante, entre instituciones benéficas y pequeños empresarios desaprensivos, que los explotaban sin piedad en sus deshonestos negocios y que discurría paralelo a una 'Corte de los Milagros' cada vez más extensa.
La historia de Louis Leterriers, con múltiples lagunas que no permiten entender bien cómo surge la organización de 'El Ojo' que preside todo el film, y de la que hablan en todos los estamentos a la menor ocasión (policías, magos...), se basa, según la explicación que da el más viejo de los ilusionistas, Thaddeus Bradley. interpretado por Morgan Freeman en la existencia de una secta egipcia, que viene practicando desde la antigüedad una vieja magia llamada 'El Ojo' (Magic Unmasked), que perfeccionó la prestidigitación para robar alimentos a los faraones y dárselos a los esclavos. Su objetivo era usar la magia y el ilusionismo para hacer justicia. El viejo zorro del espectáculo se pregunta si serán los llamado '4 Jinetes' los siguientes necios que han creído en este mito y si al fin ganarán la batalla las leyes y la lógica o se impondrá el misticismo de los nuevos reyes del engaño y la ilusión en Las Vegas. Los miembros de ' El Ojo' son los guardianes de la magia y los protectores de quienes la practican y solo aceptan nuevos miembros dos veces por siglo. Entonces, parece claro que algo se ha puesto en marcha con el objetivo de imponer una distribución de la riqueza más justa, y sólo necesita un lider alguien obsesionado y meticuloso, dispuesto a sacrificarlo todo; alguien tan preparado para perder, que no sería sospechoso hasta el final."
Cuando, finalmente, se describe ante el espectador todo el enredo, que permanece en secreto para los que han protagonizado esta historia, (FBI, público, policía, aseguradores, banqueros, empresarios...) y se cierra un pacto entre Dylan y Alma, que se sella con un candado cuya llave se arroja al río, en cuya lecho descansan cientos de ellas, el agente confiesa a sus amigos que "la auténtica y buena magia consiste en escoger a cuatro buenos magos solidarios y hacerlos trabajar en equipo, para evitar que banqueros desaprensivos, empresarios corruptos, compañías de seguros que venden productos adulterados cometan nuevos crímenes, que se materializa en el film en la venganza de la muerte de un mago "El Gran Shrike', un ilusionista de otro tiempo, que quedó atrapado en una tumba acuática porque una empresa usó acero barato para ahorrar gastos, y el castigo de los culpables; y nadie puede llamarse a engaño, sobre todo si es un espectador avezado, ya que el subtexto del film es una denuncia de prácticas empresariales, bancarias y de las aseguradoras que no dudan en delinquir para aumentar su cuenta de resultados, aunque entre los efectos colaterales de su actuación nos encontremos con la muerte. En ningún momento el film pretende ser una exhibición de magos sacando, con mayor o menor pericia, conejos de su chistera, excepto en la presentación de los protagonistas con el objetivo de describir su especialidad en el mundo de la magia y profundizar en el perfil de los personajes. Una vez formado el grupo, 'Los 4 Jinetes', todos ellos actuarán con un único propósito. A partir de ese momento da igual que sean toreros, taxistas u obreros de la construcción, constituidos en hackers que operan desde sus ordenadores con la misma finalidad; el hecho de ser magos y convocar a su alrededor a un público amplio sólo dota de espectacularidad al tema.
Se ha dicho de esta película que no tiene nada de sustancia (Richard Roeper. Chicago-Sun Times); una mezcla superficialmente entretenida pero libre de contenido ( Todd McCarthy, The Hollywood Reporter); "Mucho antes de que la historia culmine con una absurda revelación final, aunque pensaras que 'Ahora me ves' tuviera algo que decir sobre la profesión de la magia, la codicia desenfrenada y todo lo demás... ya se ha desvanecido (Stephen Holden, The New York Times); Los magos de 'Ahora me ves' sólo provocan bostezos (Carlos Boyero, diario 'El País)...Al parecer no les gusta la historia que protagoniza Mark Ruffalo, un vengador-justiciero, o quizás el background del film...
Si estos críticos esperaban una cinta de magos como 'El Truco Final' o 'El ilusionista', es obvio que se han equivocado de película, aunque todos ellos cuando van a las premiers llegan al espectáculo bien informados por las compañías de lo que van a ver, armados con una sinopsis más o menos breve; si no les gustan los nuevos 'Robin Hoods' que se sirven de las nuevas tecnologías para traspasar el dinero de las cuentas de los ricos a las de los pobres, sin trepar por los árboles pertrechados con su carcaj y sus flechas, están en su perfecto derecho (bastaría más). Incluso puede no gustar la ejecución de la idea, lo cual no deja de ser un criterio subjetivo. Pero con la que nos está cayendo encima hablar de vaciedad de una historia cargada de una tremenda utopía: que los que roban a los ciudadanos no se vayan de rositas y que el dinero vuelva a los bolsillos de sus auténticos dueños, es muy superficial. Utopía presente en las obras de los grandes maestros de la literatura universal, que nadie ha osado jamás a calificar de vaciedad. La excelencia del libro o película en sí es otra cosa, aunque hay que advertir que el DVD hace ya tiempo que está en el mercado y que está siendo fuertemente demandado con un público que está cada vez más divorciado de los críticos.
Cuando, finalmente, se describe ante el espectador todo el enredo, que permanece en secreto para los que han protagonizado esta historia, (FBI, público, policía, aseguradores, banqueros, empresarios...) y se cierra un pacto entre Dylan y Alma, que se sella con un candado cuya llave se arroja al río, en cuya lecho descansan cientos de ellas, el agente confiesa a sus amigos que "la auténtica y buena magia consiste en escoger a cuatro buenos magos solidarios y hacerlos trabajar en equipo, para evitar que banqueros desaprensivos, empresarios corruptos, compañías de seguros que venden productos adulterados cometan nuevos crímenes, que se materializa en el film en la venganza de la muerte de un mago "El Gran Shrike', un ilusionista de otro tiempo, que quedó atrapado en una tumba acuática porque una empresa usó acero barato para ahorrar gastos, y el castigo de los culpables; y nadie puede llamarse a engaño, sobre todo si es un espectador avezado, ya que el subtexto del film es una denuncia de prácticas empresariales, bancarias y de las aseguradoras que no dudan en delinquir para aumentar su cuenta de resultados, aunque entre los efectos colaterales de su actuación nos encontremos con la muerte. En ningún momento el film pretende ser una exhibición de magos sacando, con mayor o menor pericia, conejos de su chistera, excepto en la presentación de los protagonistas con el objetivo de describir su especialidad en el mundo de la magia y profundizar en el perfil de los personajes. Una vez formado el grupo, 'Los 4 Jinetes', todos ellos actuarán con un único propósito. A partir de ese momento da igual que sean toreros, taxistas u obreros de la construcción, constituidos en hackers que operan desde sus ordenadores con la misma finalidad; el hecho de ser magos y convocar a su alrededor a un público amplio sólo dota de espectacularidad al tema.
Se ha dicho de esta película que no tiene nada de sustancia (Richard Roeper. Chicago-Sun Times); una mezcla superficialmente entretenida pero libre de contenido ( Todd McCarthy, The Hollywood Reporter); "Mucho antes de que la historia culmine con una absurda revelación final, aunque pensaras que 'Ahora me ves' tuviera algo que decir sobre la profesión de la magia, la codicia desenfrenada y todo lo demás... ya se ha desvanecido (Stephen Holden, The New York Times); Los magos de 'Ahora me ves' sólo provocan bostezos (Carlos Boyero, diario 'El País)...Al parecer no les gusta la historia que protagoniza Mark Ruffalo, un vengador-justiciero, o quizás el background del film...
Si estos críticos esperaban una cinta de magos como 'El Truco Final' o 'El ilusionista', es obvio que se han equivocado de película, aunque todos ellos cuando van a las premiers llegan al espectáculo bien informados por las compañías de lo que van a ver, armados con una sinopsis más o menos breve; si no les gustan los nuevos 'Robin Hoods' que se sirven de las nuevas tecnologías para traspasar el dinero de las cuentas de los ricos a las de los pobres, sin trepar por los árboles pertrechados con su carcaj y sus flechas, están en su perfecto derecho (bastaría más). Incluso puede no gustar la ejecución de la idea, lo cual no deja de ser un criterio subjetivo. Pero con la que nos está cayendo encima hablar de vaciedad de una historia cargada de una tremenda utopía: que los que roban a los ciudadanos no se vayan de rositas y que el dinero vuelva a los bolsillos de sus auténticos dueños, es muy superficial. Utopía presente en las obras de los grandes maestros de la literatura universal, que nadie ha osado jamás a calificar de vaciedad. La excelencia del libro o película en sí es otra cosa, aunque hay que advertir que el DVD hace ya tiempo que está en el mercado y que está siendo fuertemente demandado con un público que está cada vez más divorciado de los críticos.
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