Looper. Rian Johnson






Ficha técnica:


Título original: Looper.
País: Estados Unidos.
Año: 2012.
Duración: 119 minutos.

Dirección y Guión: Rian Johnson.
Casting: Mary Verneu, C.S.A. y Lindsay Graham.
Dirección de Fotografía: Steve Yedlin.Color.
Música: Nathan Johnson.
Edición : Bob Ducsay.
Supervisor efectos visuales: Karen Goulekas.

Diseño de Vestuario: Sharen Davis.

Producción: Ram Bergman y James D. Stern.
Director de Producción: Steve Yedun.
Co-Productores: Dave Pomier, Eleanor Nett, Lucas Smith, Christopher C.Chen.
Productores ejecutivos: Douglas E. Hansen, Julie Goldstein, Peter Schlessel, Joseph Gordon-Levit, Dan Mintz.
Diseño de Producción: Ed Verreaux.
Compañías. Productoras: Alliance Films, Ram Bergman Productions, Endgame Entertainment, en asociación con DMG Entertainment para FilmDistrict. y Filmation Entertainment.Distriuidora: Aurum.


Intérpretes:


Bruce Willis: Joe adulto,
Joseph Gordon-Levit: Joe,
Emily Blunt: Sara,
Paul Dano: Seth,
Noah Segan: Kid Blue.
Piper Perabo: Suzie,
Jeff Daniel: Abe,
Garret Dillahunt: Jesse.
Pierce Gagnon: Cid


Sinopsis:


Ya estamos en 2070 y no sólo los viajes en el tiempo son posibles, sino que ya están prohibidos. Cualquier norma restrictiva abre un pequeño umbral por el que se introducen las mafias, y esto es lo que hacen los Loopers, una especie de sicarios que aprovechan el sistema para deshacerse de los inoportunos enviándolos a través del tiempo. Pero, como ya ocurría en Minority Report de Steven Spielberg (2002) el sistema acaba volviéndose contra sus responsables.


Comentario: 


Acierta por completo Beatriz Martínez cuando aprecia que es precisamente el desdoblamiento y la fractura, el que coincidan el joven y el ya maduro Joe con el objetivo de intervenir y modificar los acontecimientos que se producen en un momento determinado, lo que convierte en decisivos los hechos que se sucedan para el futuro según se resuelvan los problemas de una forma u otra, y Rian Johnson lo ejecuta con una inteligencia, una seguridad y un dominio de los elementos, que casi parece imposible que pueda franquear con tanta fragilidad la barrera entre los géneros, y lo haga con gran sencillez. El film tiene varios niveles de análisis, una propuesta de reflexión para el espectador que se sienta en su butaca y, aconsejado por la crítica, esté dispuesto a perder su tiempo en la historia que le presenta el realizador de turno. El primero, a nivel más personal, sería preguntarnos qué nos diríamos si nos pudiéramos encontrarnos con nosotros mismos, treinta años más jóvenes, y qué querríamos cambiar de aquello que decidimos; en segundo lugar qué decisiones políticas, profesionales o colectivas tomaríamos, sabiendo la influencia que puedan tener incluso en nuestro futuro familiar, llegando a destruirlo; por último qué haríamos si fueramos plenamente conscientes de que un niño, aparentemente inocente iba a convertirse en un genocida en el futuro. Terribles cuestiones que no tienen fácil respuesta y que pueden conducir a soluciones erróneas, como parece que ocurre en la película de Johnson.

Preocupa, y mucho, que, tras las películas catastrofistas y didácticas que han invadido nuestros cines desde el comienzo de la Primer Crisis Global, comiencen a surgir distopias que nos ofrecen un mundo empobrecido, miserable, feo, caótico y sometido por criminales e ilegales como los loopers, elección estética que esperamos que sólo responda a un respeto a la tradición de la literatura y el cine de ciencia-ficción. Sin embargo nos alarma con un futuro un poco más lejanos en los que el poder caerá en manos de una fuerza más destructiva todavía, cuyo enlace con la etapa inmediatamente anterior son los loopers, asesinos encargados de limpiar la basura del mundo sin ningún tipo de remordimiento, adictos a las drogas. En la segunda parte del film, más rural y con un mayor arraigo en los orígenes del pueblo americano, en esas casas que evocan las de los antiguos colonos, se producirá una unión entre una teórica 'sagrada familia' o su antítesis, una 'familia diabólica', en la que una madre con sentimiento de culpa está dispuesta a proteger con su vida la de un hijo, el 'fundador maléfico' de una nueva sociedad criminal, y un 'padre' recién llegado, Joe, que se deja arrastrar por el amor a la madre y al hijo, aun sabiendo que condena el futuro a cambio de un presente en el que él ya no tiene cabida. Es, según Beatriz Martínez, a partir de los lazos que se establecen entre ellos cuando la película toma de verdad conciencia de sí misma y se convierte en una obra realmente importante, profundamente reflexiva y turbadora, que además es capaz de alcanzar un climax dramático final realmente emocionante. (Looper. De fracutras narrativas y rumbos vitales. Dirigido por...Noviembre de 2012).

El discurso distópico de Rian Johnson está tratado con una imagen sórdida, desprovista de belleza y ornamento, y constituida por un hiorizonte de almacenes y naves abandonadas, en una de las cuales se ubica la máquina del tiempo, una ruína en medio de residuos industriales, grúas, andamios y estructuras metálicas; las cloacas del estado, donde se concentran los vagabundos, que protagonizaron revueltas en el pasado, y en cuyas filas se recluta a los loopers; las pantallas negras desempeñan el papel de conexión entre dos mundos separados en el tiempo, dejando escapar el sonido del reloj y algún signo vital de los personajes. "Un hombre me puso un arma en la mano, dice Joe, y me dio algo mío." En este caldo de cultivo nacerá el futuro 'Fundador' que realizará en el futuro grandes purgas de vagabundos y ejecuciones masivas, y cerrará bucles, sirviéndose de esbirros armados, los gat, que controlan a los ciudadanos. Una sociedad en la que los hombres son recompensados por su trabajo sucio con lingotes de oro, pero en la que carecen de futuro. 

Joe estudia francés con la ilusión de retirarse en Francia, pero el destino le lleva a China, donde todos creen  hoy que existen más probabilidades de ganarse la vida. En 2044 los viajes en el tiempo aún no habían sido inventado, informa Joe al espectador; dentro de 30 años lo estarán y se prohibirán, pero serán utilizados en secreto por las mayores organizaciones criminales. Es difícil deshacerse de un cadáver en el futuro, por el desarrollo de los sitemas de identificación de las personas, por lo que son enviados al pasado, para que los loopers, asesinos especializados, los hagan desaparecer, sin dejar rastro en su tiempo . Pero de este fin no están libres los propios sicarios, ya que con frecuencia sus jefes cierran el bucle sin dejar rastro; si cualquiera de ellos vive más de 30 años son enviados al pasado como los demás. Estas condiciones hacen el trabajo poco apropiado para gente con visión de futuro. Rian Johnson construye una metáfora social , inteligente, novedosa, imprescindible para el espectador de 2012, que conviene disfrutar primero, y analizar después, un film que abre ventanas insospechadas al mundo que se está creando, sin perspectiva de futuro. La familia, en este caso monoparental, no sólo apoyará al individuo, sino que le incitará a actuar, aunque sea equivocadamente.

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