A propósito de Llewyn Davis. Comentario

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Ficha técnica: 

Título original: Inside Llewyn Davis
País: USA/Gran Bretaña/Francia
Año: 2013
Duración: 105 minutos

Dirección y Guión: Ethan y Joel Coen
Casting: Ellen Chenoweth
Dirección de Fotografía: Bruno Delbonnel, a.f.c., a.s.c.. Color
Música: Varios Montaje: Roderick Jaynes (Ethan y Joel Coen)
Edición: Roderick Jaynes
Coordinador de especialistas: Jery Hewitt
Director artístico: Deborah Jensen
Decorador del set: Susan Bode Tyson

Diseño de Vestuario: Mary Zophres
Jefe de Departamento de maquillaje: Nicki Ledermann
Jefe de Departamento de Peluquería: Michael Kriston

Productores: Scott Rudin, , Ethan y Joel Coen
Productor ejecutivo: Robert Graf, Olivier Courson, Ron Halpern
Productor ejecutivo musical: T.Bone Burnett
Supervisor sonido musical: Skip Lievsay
Diseño de Producción: Jess Gonchor
Compañías: Scott Rudin Productions, Mike Zoss Productions, Anton Capital Entertainment asociado con  StudioCanal.

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Intérpretes: 

Oscar Isaac: Llewyn Davis,
Carey Mulligan: Jean
John Goodman: Roland Tumer
Ethan Phillips: Mitch Gorfein
Robin Bartlett: Lillian Gorfein,
Garrett Heldlun: Johnny Five
Justin Tmberlake: Jim
Jeanine Serralles: Joy F.
Murray Abraham: Bud Grossman 
Max Caslla: Pappi Corsicato



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Sinopsis: 

 Llewyn Davis es un cantante de folk que vive en el Greenwich Village, Nueva York, en la década de los 60, ciudad en la que lucha por ganarse la vida como músico, con su guitarra a cuestas, viviendo de la ayuda de sus amigos y de los pequeños trabajos que hace a desconocidos. De los cafés del Village se traslada a un club de Chicago hasta que le surgela oportunidad de hacer una prueba para un magnate de la música Bud Grossman.

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Premios (Filmaffinity): 

2013: Globos de Oro: 3 nominaciones, mejor película, actor y canción 

2013: Festival de Cannes: Gran Premio del Jurado 

2013: Critics Choice: 4 nominaciones, incluyendo Mejor película 

2013: Premios Gotham: Mejor película. 2 nominaciones 

2013: National Board of Review (NBR): Top 10, mejor guión y fotografía 

2013: American Film Institute: Top 10 - Mejores películas del año 

2013: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor fotografía 

2013: Independent Spirit Awards: 3 nominaciones, incluyendo Mejor película 

2013: Satellite Awards: 6 nominaciones, incluyendo mejor película y director

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Crítica:

Tonio L.Alarcón  realiza, desde la perspectiva del crítico de cine, una reflexión intelectualizada del universo del músico contemplado por las cámaras de los Hermanos Coen. Presta atención a la formación filosófica de Ethan, que ha pesado sobre todo su cine anterior, y especialmente en la influencia que pudo ejercer sobre él el existencialismo, el cultivo del absurdo de Albert Camus, o la meditación sobre los límites de la percepción y la comprensión humana de Ludwig Wittgenstein y Werner Heisenberg, "auténticos vehículos filosóficos, autorreflexivos para ambos autores. Y puede no estar mal para dotar de un halo poético la historia de un músico de folk, Llewyn Davis, y trasladar al público la creencia de  que no es poco habitual que los músicos intenten dar un sentido a su existencia intentando mantenerse con aquello que más aman, la música, una característica intrínseca de su pasión;  Tonio L. Alarcón  reviste su análisis de una vacua intelectualidad: "Como el Meursault de Camus, el personaje actúa a partir de la falta total de esperanza ( que nada tiene que ver con la desesperación), el rechazo continuo (que nada tiene que ver con la renunciación) y la insatisfacción consciente ( que no se debería confundir con la inquietud juvenil). Su actitud asocial, ácrata, hacia todos los que le rodean define en realidad a un hombre presa de sus verdades. Una vez que las reconoce, no puede apartarse de ellas (... ) De hecho los Coen le dan al largometraje una estructura circular, cíclica, que refuerza la textura onírica..." (Volveré si recorro diez mil millas. Dirigido por...diciembre 2013). 

Los Coen se basan en el libro de Daven Van Rock, "The mayor of MacDougal Street", con el objetivo de reivindicar a los jóvenes músicos de  un periodo clave en el que un grupo de ellos creó un nuevo acercamiento al folk, estudiando viejos discos para capturar el sonido rasposo y la crudeza de los 'blues', para luego encontrar formas de hacer que esa música expresara sus propios sentimientos y deseos." (Elijah Wald: "The World of Llewyn Davis) José Arce insistie en la filosofía de la derrota , "un elogio del fracaso y de la lucha contra las circunstancias ─sin exculpaciones ni falsas moralinas─ que, como no podía ser de otra manera, se reboza de la personalísima visión artística y técnica de los hermanos y su equipo. Otra de las grandes de este 2013, otra de las que peleará por las estatuillas doradas en un par de meses". (A propósito de Llewyn Davis: Elogio de la derrota. La Butaca.net) La crítica norteamericana la ha considerado una de las grandes películas que se han estrenado este año, una obra enigmática, emocionante e irresistible y merecedora de llevarse a casa más de una estatuilla de oro, "en la que reirás hasta que duela " (Peter Travers. Rolling Ston). De nuevo hay cierto sentido del humor que se me escapa.

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 Comentario:

Todo en el film de los Coen conduce a una sensación de tristeza y pesimismo, producto del mismo intento de que hemos hablado antes de intelectualizar en exceso  la gran cuestión: qué es lo que guía y mantiene en pie a un músico para seguir caminando hacia su propio destino. El semblante triste y melodramático de Oscar Isaac, interpretando al protagonista, Llewyn Davis, se inscribe en unas imágenes monótonas, con una fotografía en la que priman los colores fríos y neutros. Nada en absoluto conduce al optimismo, y mucho menos a 'reír hasta que te duela' como afirma Peter Travers, que algo de música y de músicos debe saber.

La cinta capta la infelicidad que provoca el acto creativo, no sólo en el músico, sino entre aquellos que lo rodean y se sienten impotentes para llevar algo de sosiego a la persona querida en los momentos más críticos y pesimistas del individuo, padres, hermanos, amigos, familiares..., del que intenta vivir de la actividad que le llena por completo, pero que finalmente tira la toalla, derrotado por el cansancio. Sin embargo no se preocupan por captar los momentos de brillantez que justifican tantos sacrificios: los de la creación artística y los de las actuaciones en directo rodeado de su público exultante, las grabaciones y el entusiasmo en la audición de su obra, atrapada en el vinilo o en cualquier otro soporte rodeados; los pocos instantes musicales del film me recuerdan al personaje de Matt Damon en 'Salvar al soldado Ryan' de Spielberg, a punto de cortarse las venas escuchando a Édith Piaf, olvidando que la música es una especie de droga para quien la cultiva. 'A propósito de Llewyn Davis' es maniquea; todo lo que rodea al artista es feo, desde un público ralo y que asiste a los conciertos para follarse a los cantantes, si les acompaña un buen físico, (muchos creen que el mayor atractivo de la actividad es precisamente éste), como afirma el propietario de un local de música folk, pasando por los agentes y managers, todos viejos, con secretarias más viejas todavía, que habitan despachos de los que cualquiera sólo querría huir.

Llewys, heredero de  un movimiento contracultural surgido en los grises años de la era Eisenhower (años 50), caracterizados por un escandaloso dominio de los republicanos conservadores. que intentaba transmitir, desde el discurso oficial, un mundo apacible  representado por Debbie Reynolds y Elvis Presley<, mientras, en el este, en New York, emergía una nueva vanguardia, la Beat Generation o 'Generación golpeada',  que quería cambiar el mundo, liderados por John Keruac y su obra 'In the road' (En el camino), que atravesaba el país con el objetivo de descubrirlo, charlar con él, buscándose a sí mismo y haciendo del viaje una metáfora emocionante, bohemia y misteriosa  de la vida(Vallvey, 2004:63).

Y esto es lo que parece buscar Llewys, al igual que Ulises, el gato de los Gorfein, amigos de LLewyn, que encuentra el camino de regreso a casa, tras una larga y tortuosa travesía, el cantante reflexiona ante un cartel de un film de Walt Disney, 'Un viaje increíble (The Incredible Journey), que se anuncia como "Un fantástico drama de la vida real. Nada podía detenerlos "/ A fantastic true-life drama ) de unos animales, capitaneados por un felino,  a los que guiaba el instinto a través de 200 peligrosas millas.Tras detenerse ante este significativo anuncio, un corte directo nos traslada a un escenario en el que Lewys canta una canción tan deprimente como el resto del film, cuya letra dice algo tan profundo como : " No me importa que me ahorquen, sino yacer en la tumba tanto tiempo. Pobre muchacho ha recorrido todo este mundo", con el tono apagado y melancólico de la música folk, que él define como :" Si nunca fue nueva y no envejece es que es una canción folk." En resumen, la música popular del pueblo americano, que ha renovado todas las artes y se ha erigido en el Mecenas de los artistas que han tenido algo que decir en los dos últimos siglos; mas el folk es una manifestación popular, como la de cualquier otra parte, que adquirió importancia cuando las letras de sus canciones recogieron, en la década de los 60, las inquietudes y aspiraciones de los jóvenes revolucionarios del país.

Esta generación que encontró en 'On the road' la guía espiritual para echarse a rodar con el objetivo de no detenerse nunca, en busca de su lugar en el mundo inspira a nuestro personaje; la enajenación, las drogas, la sexualidad y el amor, recorrerían el país uniendo a los rebeldes; Lewys es un viejo conocido del médico que practica los abortos de sus novias. Poco a poco se irán sumando un torbellino de personajes y movimientos contestatarios y culturales, entre los que figurarán algunos notables como Bob Dylan, Joan Baez, John Lennon...Los Coen estructuran el film de forma circular, repitiendo la secuencia inicial al final de la película, que en realidad es un gran racconto o flashback, explicativo, no onírico, que sitúa al espectador ante el desprecio que siente Llewys por la música folk, que pretende que le de de comer, especialmente cuando se interpreta por los rednecks o cuellos rojos, que funcionan como un removedor de las conciencias nacionales y patrias de las masas populares, que la escuchan casi con veneración. Amando de Miguel en su ensayo 'Los Narcisos: el radicalismo cultural de los jóvenes" asocia estos movimientos con  clases sociales  determinadas y con la condición de que tengan una cultura equiparable. Cuando el folk se asocia con los jóvenes rebeldes, el movimiento beat salta el Atlántico y se enraiza en el existencialismo francés que alentó la elite izquierdista parisina