Creature. William Malone




Fotografía cedida por BMA House a cinelodeon.com



Ficha técnica:


Título original: Creature
País: Estados Unidos
Año: 1985
Duración: 97 minutos

Dirección: William Malone
Guión: Alan Reed
Dirección de Fotografía: Harry Mathias
Música: Thomas Chase, Steve Rucker


Productor: William Dunn
Compañías. Productoras: Trans World Entertainment



Intérpretes:



Klaus Kinsky: Hans R. Hofner
Stan Ivar: Mike Davidson
Annette McCarthy: Wendy Oliver



Sinopsis:


Sobre el suelo rocoso de Titán, la luna más grande de las que orbitan alrededor de Saturno, se halla un gran cilindro de cristal que contiene los  restos de criaturas arcaicas, desaparecidas siglos antes. Un equipo de astronautas halla estos restos y mientras uno de ellos los examina, un líquido viscoso se introduce en su traje espacial, que poco después estalla. Mientras su cuerpo se deshace, aparece una forma sombría que se va agigantando. Poco después un astronauta enloquecido estrella su nave en la estación espacial Concorde, sus últimas palabras, antes de morir son solo éstas: "Titán". Tres meses después dos compañías  rivales, la NTI Corporation y Richter Dynamics, envían sendas misiones exploratorias a la luna maldita de Saturno. En el transcurso del viaje, el terror espacial se apodera de ambas tripulaciones, que se encuentran obligados a cooperar si es que alguna vez piensan en volver a su amada Tierra.


Comentario:



William Malone comienza el film con una voz en off que introduce al espectador en el contexto en el que  se va a desarrollar una historia de alienígenas, inspirada en las películas de ciencia-ficción de las que el realizador de series televisivas se declara admirador: Alien y La Cosa: "En la carrera por conseguir los materiales más avanzados de las nuevas tecnologías, dos corporaciones multinacionales compiten por el dominio del espacio: Richter Dynamics (Oeste de Alemania) y NTI (USA), y  optan por alcanzar la supremacía comercial." Así comienza una película especial, una auténtica criatura en sí misma, parida por este extravagante realizador, que se lanzó al espacio con un presupuesto de 750.000 dólares, unos efectos especiales muy modestos, una puesta en escena cutre y con escasos recursos, y, lo mejor de todo: el más loco de los actores de la historia del cine, el compañero inseparable de Werner Herzog, en su reparto: Klaus Kinsky. ¿Qué más puede esperar un friki para sentarse delante de su televisor (estas películas no se pueden proyectar en las salas, salvo que  se someta a los empleados de los cines al linchamiento de los espectadores) para pasar una velada de lo más agradable disfrutando de los artesanos del cinematógrafo?.

Dibujos primitivos, grano grueso (sin dárselas de autor)  edición disparatada que se pasea por todos los planos posibles sin justificación alguna y una historia que emula la de las grandes superproducciones, pero que hace inverosímil que se pueda abordar una aventura espacial de tal envergadura con  paneles del tamaño de un smartphone y muchos peores gráficos. Los diálogos resultan bizarros, asociados a imágenes tan increíbles y provocan grandes momentos, como cuando la mujer que pilota la nave  dice en voz alta: "Las coordenadas son correctas", 'estamos rozando la superficie", etc. y el co-piloto le contesta: "Listo el dispositivo de aterrizaje", te sientes como un padre jugando con sus hijos en el salón de su casa con unas maquetas de naves espaciales.  Lo que sucede en el alunizaje, con heridos incluidos es inenarrable." El paisaje lunar responde exactamente a lo que dice una de las astronautas: "Nunca había visto nada parecido". La verdad es que nosotros tampoco.. No obstante aun le falta lo mejor: la entrada vanguardista de la guarida de la criatura.

Y que nadie se preocupe: Malone no tiene la más mínima intención de situar su acción en un contexto que implique una denuncia de la sociedad capitalista, ni de amenazar con una distopía futurista. Sólo quiere hacernos disfrutar con la 'belleza' de unas imágenes tan filtradas de azul, que han expulsado el resto de los colores de su gama cromática; la presencia de chicas guapas que preguntan si hay alguien ahí , paseando inquietas entre tanques y tubos propios de un almacén abandonado, entre los que encuentran un huevo, que es la clave de la situación en la que se encuentran, aunque todavía no lo saben. Lo que ocurre a partir de ese momento sólo lo puede superar la aparición estelar de  Kinsky. Hemos de confesar que si nos mantenemos con la mirada fija en la pantalla es por una morbosa curiosidad; lo contrario de lo que ocurre cuando aparece el actor vestido de  comandante que aparece en la nave sin que nadie se extrañe de su presencia, o, al menos, se preocupe demasiado, ni tan siquiera cuando les anuncia que fuera hay una colección de almas de astronautas que subieron en un especímen que creían  inane, no orgánico cuando en realidad eran seres que  estaban vivos  esperandoles durante dos mil largos siglos.

John Kenneth Muir ve más allá de la simple copia ( de Alien de Ridley Scott) y escribe sobre «un filme de serie B tejido con infinidad de referencias a obras pretéritas de cine y televisión» que «constituye un homenaje a Alien, a The Thing y a otros clásicos como Planeta Prohibido». Considera además que Creature subversiona de manera positiva y da la vuelta al arquetipo o cliché de yupi espacial en el que encajaría el personaje que interpretó más tarde Paul Reiser en la secuela de Alien, Aliens.1 El propio director, que coloca a la película de Ridley Scott como uno de sus filmes favoritos que más le han influido, reconoce que,  si bien su idea original tenía más puntos en común con Planet of the Vampires, de Mario Bava, los productores se le acercaron solicitando una película como Alien.2 (Wikipedia).

El film forma parte de una colección que editó la revista Tiempo, llamada 'Cine en Casa' quenadie da la impresión de recoger proyectos que no interesaron a




Comentarios

Entradas populares