La recompensa. Ian Fitzgibbon.

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Ficha técnica:

Título original: Perrier's Bpunty
Oaís: Irlanda
Año: 2009
Duración: 84 minutos

Dirección: Ian Fitzgibbon.
Guión: Mark O'Rowe.
Casting: Nina Gold
Dirección de Fotografía: Seamus Deasey.
Música: David Holmes.
Edición: Tony  Granstoun.
Decorador del set:Bridget Menzies.
Coordinador especialistas: James Cullen

Diseño de Vestuario: Keith Madden
Maquillaje y peluquería: Frances Hannon

Productores: Elizabeth Karlsen, Alan Moloney, Stephen Woolley.
Productores ejecutivos: Eamon Maloney, Gary Smith, Paul White.
Productor en línea: Patrick O'Donoghue.
Co-productor: Susan Mullen.
Diseño de producción: Amanda McArthur.
Compañías.Hanway Films;  Parallel Films, Number 9 Films asociados con Audley Films, BMS Finance, Premiere Picture y Hanway Films Irish Film Board (ifb)

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Intérpretes:

Gabriel Byrne: Voz del narrador,
Cillian Murphy: Michael,
Jim Broadbent: Jim,
Jodie Whittaker: Brenda,
Domhnall Gleeson: Clifford Gleeson
Brendan Coyle: Jerome,
Padraic Delaney: Shamie,
Conleth Hill: Russ,
Michael McElhatton:  Ivan,
Don Wycherley: Orlando,
Liam Gunningham

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Sinopsis:

Michael McCrea tiene un grandísimo problema. Debe dinero a Darren Perrier, el gángster más malo de Dublín, y le quedan apenas unas horas de plazo para devolverlo. Por suerte para él, la aparición de su mejor amiga Brenda, y de su ausente padre, le permitirá salvar el pellejo.

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Comentario.

"Hay ciertas cosas que me gustan que sean oscuras y enigmáticas. Yo soy así." Éste es el epílogo que pone  al film Jim (Jim Broadbent), padre de Michael (Cillian Murphy), a un thriller muy del gusto de un público ácrata y con sentido del humor, por su su carácter corrosivo, incisivo, mordaz y abrasivo, que habla de todo lo divino y humano, usando como vehículo actores británicos de la talla de los que componen el elenco del film y, especialmente, sus protagonistas.

Ian Fitzgibbon mezcla en una misma película el crimen organizado, el David  que se enfrenta a Goliat destarifado sin medir sus propias fuerzas, el amor fraternal y romántico, aderezado con pizcas de desengaño y desesperación, la ferocidad de los animalistas en defensa de sus queridas mascotas entre las que se encuentran los perros más célebres por su insania y locura provocada por los cruces biológicos más demenciales. A todo ello se unen análisis políticos descerebrados, como el oír al jefe de un grupo de mafiosos llamar fascista a un joven al que está a punto de matar.

El final hará las delicias de un público inteligente, al que le gusta que lo diviertan sin que le tomen el pelo. Puede más la revancha de los perros animados por su deseo de vendetta, locos incluso, que la torpeza de unos gángsters que, probablemente, se parecerán mucho más a los reales que los elegantes, fríos e idealizados de muchas películas hollywoodienses, que funcionan como  emblemas de estos grupos sociales, de guante blanco o rateros de tres al cuarto. Los irlandeses tienen padres, novias, son gays y con frecuencia torpes, y ésto se agradece de vez en cuando.