Levity. Ed Solomon

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Ficha técnica:

Título original: Levity
País: Estados Unidos
Año: 2003
Duración: 100 minutos

Dirección: Ed Solomon
Guión: Ed Solomon.
Casting: Andrea Kenyon y asociados.
Dirección de Fotografía:  Roger Deakins, a.s.c., b.s.c.
Música: Mark Oliver Everett; supervisor: Liza Richardson
Montaje: Pietro Scalia a.c.e., Ned Bastille
Dirección artística: Pierre Perrault
Decoradores del set: Daniele Rouleau, Patrice Bengle, Michel Clément
Coordinadores de especialistas: Dave McKeown y Minor Mustain.

Diseño de Vestuario:  Marie-Sylvie Deveau
Responsable de maquillaje: Francine Gagnon
Responsable de peluquería: Corald Giroux.

Productores: Richard N.Gladstein, Ed Solomon, Adam J,Merims
Productores ejecutivos: Morgan Freeman, Lori McCreary, Fred Schepisi, Andrew Spaulding, James Burke, Doug Mankoff
Co-Productor: Irene Litinsky
Diseño de Producción: François Séguin
Compañías. Columbia Pictures.


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Intérpretes:

Billy Bob Thornton: Manuel Jordan
Morgan Freeman: Miles Evans,
Holly Hunter : Adele Easely,
Kirsten Dunst : Sofia Mellinger,
Dorian Harewood: Mackie Whittaker
Geoffrey Wigdor: Abner Easely
Luke Robertson: Joven Abner Easely
Billoah Greene: Don
Catherine Colvey: Claire Mellinger
Manuel Aranguiz: Señor Aguilar,
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Sinopsis:


Manuel Jordan ha pasado los últimos veintitrés años de su vida en la cárcel por el asesinato de un adolescente. Ahora que es libre busca la redención por el mal que hizo siendo joven.

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Comentario

La opera prima de Ed Solomon, guionista de Charlie's Angels o Men in Black dejó indiferente al público y la crítica y ni siquiera gozó de una distribución nacional. La elección de una estética indie, desangelada, desapasionada y con pretensiones de racionalidad va en contra del tema que constituye la base de su argumento; el asesinato de un joven y el intento de obtener el perdón de la familia. Un final forzado e incomprensible refuerza la sensación de fracaso que se impone desde el principio.

El look religioso del protagonista, con pelo blanco y largo y un abrigo que recuerda las antiguas túnicas, predicando a diestro y siniestro la bondad a sus allegados y a los que entran en contacto con él,  refuerza el maniqueismo escasamente creíble de un trabajo remilgado y contenido artificialmente por Ed Solomon.