Saw 2. James Wan

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Ficha  técnica:

Título original: Saw
País: Estados Unidos.
Año: 2004.
Duración: 102 minutos.

Dirección: James Wan
Guión: Leigh Whannell, basado en una historia de James Whan y Leigh Whannell.
Casting: Amy Lippens, c.s.a.
Director de Fotografía: David A.Armstrong.
Música: Charlie Clouser.
Editor: Kevin Greutert.
Director artístico: Manet Harty
Diseñador del set: Brooke Shafer.

Diseño de Vestuario: Jennifer Soulages.
Responsable de maquillaje: Eleanor Sabaduquia
Estilista de peluquería: Michelle Elam Torres.

Productores: Gregg Hoffman, Oren Koules, Mark Burg
Co-Productores: Daniel Jason Heffner, Richard H.Prince
Productores ejecutivos: Stacey Testro, Peter Block, Jason Constantine.
Diseño de producción: Julie Berghoff.

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Intérpretes:

Cary Elwes: Sr. Lawrence Gordon,
Danny Glover: Detective David Tapp,
Monica  Potter: Alison Gordon,
Michael Emerson: Zep Hindle,
Tobin Bell: Jigsaw,
Ken Leung : Detective Steven Sing,
Makenzie Vega
Shawnee Smith: Amanda,
Dina Meyer: Kerry,
Benito Martínez: Brett,
Mike Butters: Paul,
Paul Gutrech: Mark
Leigh Whannell: Adam.

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Sinopsis:

Obsesionado con aleccionar a sus víctimas sobre el valor de la vida, un perturbado  y sádico asesino en serie secuestra y tortura a los que él cree que son de moralidad dudosa. Una vez capturados, deben enfrentarse  a alternativas imposibles en un terrorífico juego de supervivencia. Las víctimas deben luchar para recuperar sus vidas, o morir en el intento...

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Comentario:

Hay quien se divierte pasando mucho miedo y asco, dos sentimientos que están garantizados en la franquicia que inició este film que lanzó al estrellato a su realizador James Wan, que en los últimos tiempos ha hecho películas mucho más dignas, -Insidious 1 y 2, Expediente Warren-, que, al menos generan cierta tensión.

La primera entrega de la franquicia podía tener cierto interés por lo novedoso del tema, más que por la complicación de la alteración psíquica que empuja al serial killer a cometer sus asesinatos, bastante simple, que no responde a una mente privilegiada que pueda generar demasiados problemas a la policía que investiga el caso. Lo más perturbador y malsano, porque estas con las cualidades fundamentales de la cinta, es el imaginar que pudieras aparecer en un cuarto de baño asqueroso, sucio, repulsivo y muy deteriorado, atado con unas gruesas cadenas a las paredes o tuberías, sin conocer la causa por la que te encuentras en esa situación y cómo puedes resolverla. A ello se añaden las mismas dificultades de la propia familia, coaccionada gravemente, que  presiona por teléfono móvil a la víctima, únicamente para aumentar su desazón, pues la suerte está echada.

A partir de aquí, conocida la causa que motiva la actuación del demente, llegar a ocho o nueve secuelas provoca agobio a cualquier espectador. No obstante hay quien nunca se cansa de tanta porquería escatológica y tanto sadismo. El que se encuentre en esta situación tiene un buen número de cintas para pasarse algunos días muy entretenido. Esto es lo que opinaba en su momento Jose Manuel Cuéllar (Diario ABC) : "No es fácil, pero a veces sucede. Te sientas, se apagan las luces y en el primer fotograma ya te han golpeado la cara. (...) se convierte en un rompecabezas que te atrapa dentro y no puedes salir. (...) Y, por fín, un desenlace a tono con el perfil de la obra, sorprendente (...)." Pues eso: palomitas y a disfrutar.