The Lunchbox: Los dabbawalas. Cine vs.Harvard






El diario 'El País'  se ocupa hoy de los 'dabbawalas' o repartidores de tarteras, que llevan a los esposos a sus puestos de trabajo las comidas que amorosamente les han preparado sus mujeres. La película de Ritesch Batra, trata una cuestión relativa a estos hombres, un error en el reparto que pone en contacto a un hombre y una mujer, historia cuyo background es el intento de los líderes capitalistas, hoy los propietarios de las grandes redes sociales, de conseguir el nirvana en el mundo del trabajo. Su celebridad, dice Javier Sampedro,  tiene mucho que ver con el estudio de la escuela de negocios de la Universidad de Harvard que ha enaltecido este servicio de reparto como el más eficaz del mundo, con una tasa de error inferior a una de cada millón de entregas: "Es lo que las escuelas de negocios conocen como “seis sigma”, una especie de nirvana de la actividad empresarial al que todos aspiran y del que casi nadie puede presumir. Ni siquiera Amazon, DHL o FedEx, que podrían considerarse los dabbawalas de la globalización."

Casi ningún 'dabbawala' sabe leer ni escribir, lo que no les impide ser más eficaces que muchos universitarios, eso si, en el desarrollo de una actividad absolutamente innecesaria, como pronto lo serán la mayoría de los trabajos presenciales. ¿Para qué, pues, tanto estudiante universitario y tanto joven estupendo absolutamente prescindibles? Pero estos chicos-pijos de Harvard  también tienen respuesta para esto: "Los comedores de las empresas tienen una pésima fama, y los restaurantes son demasiado caros para el profesional medio. Además (...) el suministro de agua de la ciudad empieza a funcionar demasiado tarde como para permitirles llevarse la comida ellos mismos cuando se van a trabajar a primera hora de la mañana. Y a esas horas punta los trenes van tan cargados que llevar una tartera (...) sería poco menos que una imprudencia. ¿Estarán pensando en introducir dabbawalas para que sus mamás o sus mujeres - ¡Ah no !, sus criadas, me había equivocado -, les lleven comidas en fiambreras o preferirán seguir yendo a los restaurantes en que los ubica Martin Scorsese en el 'Lobo de Wall Street', locales demodés que jamás podrán sustiuir una buena tortilla y una ensalada hecha por cualquier mujer de su casa, -a ser posible la abuela -, costumbre que practicaba George Clooney en 'Los descentientes', film de Alexander Payne (2011), hábito que tenía mucho más que ver con la tacañería que con la eficiencia laboral.

La siguiente pregunta también tiene 'miga' : " ¿Y cómo consiguen los dabbawala su proverbial precisión? Esta es la pregunta del millón, al menos para las escuelas de negocios occidentales, que miran con envidia su calificación “seis sigma”. Stefan Thomke, de Harvard, y Mona Sinha, del India Research Center, apuntan varias razones. Una tiene que ver con la selección del personal, que comprende dos patas que podríamos denominar efecto Tribunal de Cuentas —los nuevos empleados suelen ser amigos o familiares de los antiguos— y efecto OCDE, o renuncia a contratar a trabajadores sobrecualificados: solo los que no tienen educación formal son admitidos. No hace falta saber leer." Hay que frotarse los ojos para tener claro que no padecemos alucinaciones, producto de un tumor cerebral,  sino que ´ésto está pasando con los privilegiados, mucho más reducidos en número que nunca , que flipan con todos nosotros y utilizan un lenguaje informal de colegueo para acercarse a las masas, de las que, nadie sabe cómo,  piensan desprenderse. Especialmente si están bien formadas.

Así pues tras preconizar  la endogamia, (el dar trabajo sólo a amigos y familiares),  y el analfabetismo para las masas, y elevarse ellos mismos,  los estudiantes de esta institución, a la categoría de profetas, de elegidos por 'El Padre', aunque en ocasiones abandonan en masa las aulas por la ausencia de criticismo y contraste de ideas de la enseñanza que allí se imparte, nos hacemos la pregunta del millón, la que a nosotros nos interesa: ¿Qué piensan hacer estos sabios con tanta humanidad, bien formada e instruida, -sin ninguna duda mejor que ellos-? Son muchos los jóvenes que saben que si quieren encontrar trabajo deben 'limpiar' sus curriculos de méritos y dejarlos, por lo menos, a la altura de quien tiene que contratarlos. Muchos de los que lean esto saben que es cierto.

Se aconseja leer con mucho cuidado el artículo, de principio a fin, y sacar conclusiones. A la luz del artículo de Javier Sampedro la película  de Ritesch Batra se ve de otra manera.




Comentarios

Entradas populares