El cielo es real. Randall Wallace




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Ficha técnica:

Título original Heavens is for real.
País: USA.
Año: 2014.
Duración: 99 minutos.

Dirección: Randall Wallace.
Guión: Randall Wallace y  Chris Parker, según el libro de  Todd Burpo y Lynn Vincent.
Dirección de Fotografía: Dean Semler. Color de Luxe.
Música: Nick Giennie-Smith.
Montaje : John Wright.

Productores: Joe Roth y T.D.Jakes.
Compañías. Productoras: Roth Films para TriStar Pictures.

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Intérpretes:

Greg Kinnear : Todd Burpo,
Kelly Reilly: Sonja Burpo,
Thomas Haden Church: Jay Wikins,
Connor Corum: Colton Burpo,
Lane Styles: Cassie Burpo,
Margo Martindale: Nancy Rawling,
Jacob Vargas: Michael,
Thanya Romero: Rosa,
Rob Moran:: Dr. O'Holleran,
Nanvcy Sorel: Dr.Charlotte Slater.

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Sinopsis:

Un padre de un pueblo pequeño, Todd Burpo (Greg Kinnear), un pastor religioo,  debe encontrar el coraje y la convicción para compartir con el mundo una extraordinaria experiencia que ha cambiado la vida de su hijo Colton Burpo, un niño de tan solo 4 años que afirma haber estado en el cielo y haberse sentado en el regazo de Jesús, mientras era sometido aun difícil operación. Al principio todos creen que son imaginaciones del niño, pero éste demuestra saber cosas que no debería saber, como haber tenidocontacto con familiares fallecidos que no conocía.

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Crítica y comentario:


La crisis económica que atravesamos ha provocado una riada de análisis que hasta ahora contemplábamos en tan sólo dos direcciones: una racional que intenta explicar los orígenes de la depresión, que sectores interesados, hacen parecer como insoluble y en la que el cine americano está dejando el terreno sembrado de magníficas e inigualables películas (Inside Job, Margin Call, Up in the Air, The Purge...), y otra más emocional, materializada en distopías catastrofistas que auguran el fin de nuestro Planeta (Melancolía, Oblivion, Guerra Mundial Z...); ahora se une una tercera vía, no de análisis, sino de apoyo espiritual a las víctimas del naufragio, la más sensorial de todas,que tuvo un gran rendimiento en épocas históricas pasadas, como el barroco, tiempo de crisis, miseria, guerra, enfermedad, muerte...: el refugio en un espiritualismo religioso, que la experiencia histórica del hombre, aunque poco proclive a aprender del pasado, muestra como la que tiene menos posibilidades de prosperar, diga lo que diga Tomás Fernández Valentí, del que luego hablaremos.La gente prefiere imaginarse enemigos alienígenas, ya procedan del espacio exterior o residan entre nosotros hace siglos, una metáfora muy extendida desde 'La Guerra de los Mundos.' Todos somos conscientes de que el hombre es mortal y tenemos miedo a que llegue ese momento, pero cada vez hay menos gente que  acuda a buscar refugio en las iglesias, y prefiere liberar sus miedos con historias en las que los hombres, superhéroes  o aguerridos luchadores, conjuren el peligro  proveniente de sus propios congéneres o  de de seres llegados  otros planetas, sentimientos que aprovechan doctrinas modernas como la Iglesia de la Cienciología..





Periódios conservadores, como ABC,  han publicado críticas muynegativas, como la de Antonio Weinrichter, sonrojado por el planteamiento simplón de la película, advierte de que  no es una versión de 'Los comulgantes' de Bergman, que narra la crisis de un sacerdote ante el silencio de Dios, sino que está hecha para consuelo de los creyentes y dispara algunos golpes bajos a quienes no lo son (Crítica de 'El cielo es real': Cuestión de fe. .ABC, 20 de juniode 2014). Y esto es  lo que hace Fernández Valentí: arremeter contra sectores que llama  guays, progres y enrollados, sin amplitud de miras e incapaces de tener puntos de vista menos constreñidos que les permitan distinguir entre fe y fe religiosa. Debe haberlos confesado a todos y disponer de informaciones de las que carecemos los demás.

Hay un axioma muy extendido que afirma que la forma es el discurso, lo cual no tiene mucho que ver con el tema, que puede ser contemplado desde múltiples perspectivas. También en este aspecto hay controversia: algunos teóricos, como Arnold Hauser, creen que el arte no es tal si no tiene una función social, presente en todas las creaciones del hombre desde las 'Cuevas de Altamira'; otros creen, por el contrario que el arte es una manifestación suprema del ser humano que pierde excelencia cuando se pone al servicio de cualquier ideología, tesis que parece mantener Tomás Fernández Valentí generalmente, porque frente a un film de propaganda religiosa hay cientos de análisis del contexto socio-político, que parece no compartir, sumándose a la tesis de 'Ars artis gratia' que exhibe el logo de la MGM. Ahora, sin embargo nos informa de que en los red states, a los que Kevin Smith dedicó una película, y en los que se han ubicado los títulos del cine de terror más notables de Estados Unidos, realizados por cineastas como Wes Craven, Cronenberg o Carpenter, zonas de la América profunda de métodos expeditivos contra los liberales llegados de fuera, y denunciados por Steve McQueen en 'Cien años de eslavitud', a los que va destinado este nuevo "género, tipo o estilo de cine de nacionalidad norteamericana dirigido a un sector de público hasta ahora poco habitual: la población ubicada en  el Sur histórico de los Estados Unidos (...) el cual conforma lo que se conoce como Bible Belt o Cinturón de la Biblia (más que cinturón un auténtico corsé) (...)que Hollywood ha descubierto que (...) recientemente no iban al cine porque no hallaban películas hechas a la medida de sus convicciones religiosas (y también políticas, morales y éticas) ultraortodoxas y ultraconsevadores (...) una película icómoda y subversiva... ahí es nada atreverse a plantear un relato así en un momento en que el agonsticismo parece estar ganando la batalla en Occidete." (Tomás Fernández Valentí. Elcielo es real. Cuestión de fe. Dirigido por...Julio/Agosto 2014). Ahí es nada, realmente. El mismoOccidente que críticó en el pasado el realismo socialista, que también satisfacía necesidades morales y éticas de otros sectores de población, en este caso ateos, no aceptaría hoy este relato si el pastor degollase a su hijo por exigencia de  Dios, como una prueba de fe. Pero también vamos a halar de fe y fe religiosa.

Se pregunta Wallace, un guionista  cristiano (Braveheart, 1995. dirigida por Mel Gibson), al referirse a la fe en sentido genérico, ¿qué nos hace  sentir vivos? Como no sabemos cómo se siente uno muerto, lo más probable es que contribuya bastante a este sentimiento tan humano, la emoción que provoca el hambre, el frío, el calor o la desesperación, que nos obliga a luchar para sobrevivir, Y, aunque quizás muchos no coincidan con los sentimientos de un productor como T.D.Jakes, pastor y líder espiritual, algunos ponen toda su fe en la existencia de hombres 'buenos y comprometidos' que les ayudarán a librarse de estas lacras. La inmortalidad vendrá después y dependerá de lo que hayamos hecho estando vivos.Y es precisamente la escasa consistencia de al forma y el discurso de este título lo que ha desengañado a críticos como Stephen Faber (The Hollywood Reporter) que se lamenta de la delgadez dramática del material original, (Heaven is real: Film Reiew), o Lou Lumenick, quien cree que la breve visión que la película ofrece del cielo y los ángeles es ridículamente  cursi (Greg Kinnear is 'Heaven's' savin grace.. New York Pot). visiones desde Norteamérica, de quien conoce muy bien su país, que difieren de nuestro crítico y su emoción no contenida ante un momento de notable fuerza dramática. Al final y al parecer todo se resuelve según la posición ideológica, no solo contraria al agnosticismo reinante, sino casi ultramotana de quienes hasta hace poco eran una elite, y hoy deben enfrentarse a una proliferación de hombres y mujeres universitarios, dispuestos a combatirles.
  

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