Intimidad. Patrice Chéreau.

________________________________________________________________________________________________________________

Ficha técnica:

Título original: Intimité.
País: Francia. Co-producción Francia/Italia/España/GB/Alemania/
Año: 2001.
Duración: 114 minutos.

Dirección: Patrice Chéreau.
Guión: Anne-Louis Trividic & Patrice Chéreau, basado en una historia de Hanif Kureishi.
Casting: Karen Lindsay-Stewart.
Dirección de Fotografía: Éric Gautier.
Música: Éric Neveux.
Edición: François Gédigier
Dirección artística: Jacqueline Abrahams.

Diseño de Vestuario: Caroline de Vivaise.
Jefe de maquillaje y peluquería: Ivana Primorac.

Productores: Patrick Cassavettes, Charles Gassot y Jacques Hinstin.
Diseño de producción: Hayden Griffin.
Téléma Productiones, StudioCanal, Arte France Cinéma, France 2 Cinéma, Mikado, Azor Films S.A., Greenpoint Films, W.D.R.

___________________________________________________________________________________________________________________

Intérpretes:

Mark Rylance: Jay,
Kerry Fox: Claire,
Susannah Harker: mujer de Jay,
Alastair Galbraith: Victor,
Philippe Calvario: Ian,
Timothy Spall: Andy,
Marianne Faithfull: Betty,
Frazer Ayres: Dave

__________________________________________________________________________________________________________________

Sinopsis:

Una pareja de desconocidos, Jay (Mark Rylance) y Claire (Kerry Fox),  mantiene encuentros furtivos de carácter puramente sexual,  los miércoles por la tarde, evitando intimar con confesiones sobre su vida personal. Apenas hablan ni se hacen preguntas. Ninguno sabe nada del otro, no se hacen preguntas, pero como ocurre en 'El último tando en París' de Bertolucci, llega un momento en que el hombre quiere saber.

Premios: 

2001: Festival de Berlín: Oso de oro, Oso de Plata - Mejor actriz (Fox) y Premio Ángel Azul
2001: Premios César: Nominada a mejor director .

_________________________________________________________________________________________________________________

Comentario:

Filmaffinity recoge dos opiniones absolutamente contrapuestas, publicadas en eldiario 'El País':  La de Carlos Boyero, que siempre se deja arrastrar por sus inclinaciones y gustos personales y que ve incluso a los personajes, feos, sucios, vulgares y lerdos, prefiriendo el porno vulgar y corriente, y frente a él a  Ángel Fernandez Santos que cataloga  la película de Patrice Chéreau de cine elevadísimo y de película exquisita, hermosa, audaz, llena de riesgos artísticos y de coraje moral .

Lo ciertto es que estamos en un cambio de era y las transiciones suelen ser muy largas. Como consecuencia de un malestar y una inquietud social en aumento, se está imponiendo un cine cínico y malsano, que últimamente hemos comentado en este blog ( 'Same', Steve McQueen, 'La pianista', Michael Haneke, 'La Venus de las pieles', Roman Polanski...) en la que las relaciones entre hombres y mujeres están envenenadas, son crueles, sin contemplaciones ni piedad con aquellos a los que ayer decíamos querer, que los deja rotos, inanes, desamparados, y al espectador con mal cuerpo. 'El amor hiere, pero no mata' decía el personaje de Haneke; eso es cierto, pero puede hacer mucho daño, si hiere la dignidad del despechado, o del marido burlado o del sádico sin más, traumatizado por el fracaso de sus expectativas profesionales o personales, y aprovecha las grietas que siempre existen en una pareja para hacer daño a todo su entorno, como hace Jay (Mark Rylance) con un modesto taxista, Andy (Timothy Spall), al que engaña con su mujer, más culta e inquieta que él, lo que acaba produciéndole insatisfacción.

Se equivoca Boyero: no es sólo sexo, que uno paga y se va sin volver la cabeza hacia la persona en la que ha volcado sus frustraciones, es puro resentimiento que sólo se satisface haciendo el mayor daño posible a los demás, actitud que se extiende en un mundo insatisfecho que pone sus esperanzas en la violencia de cualquier tipo como el nuestro y cuya observación nos deja con muy mal sabor de boca. Ojalá esto se produzca sólo en la ficción; todos sabemos que no es así, lo que nos está endureciendo a pasos agigantados y arráncandonos la poca inocencia que nos quedaba.

__________________________________________________________________________________________________________________