Las manos sobre la ciudad. Francesco Rosi.





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Ficha técnica:

Título original: Le mani sull la cittá!
País: Italia,
Año: 1963.
Duración: 105minutos.

Dirección: Francesco Rosi.
Guión: FrancescoRosi, Raffaele Le Capria, Enzo Provezale, Eno Forcella, basado en un argumento de Francesco Rossi, Raffaele La Capria.
Director de Fotografía: Gianni  DiVenanzo. Fotografo:  Mario Dolcetti.
Música: Piero Piccione.Edición: R.C.A.Liberty.
Montaje: Mario Serandrei; Asistente de montaje: Eva Latini
Técnico de sonido: Vittorio Trentino.
Atrezzo y decoración: Carlo Rossi.
Escenografía: Sergio Canevari.

Diseño de Vestuario: Marilu' Carteny
Maquillaje: Franco

Productor: Lionello Santi.
Organización general: Enzo Provenzale.
Secretario de producción: Lamberto Pippia.
Compañías. Productora. Galatea, s.p.a., Janus Films

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Intérpretes:

Rod Steiger : Concejal Nottola,
Salvo Randone: Profesor De Angelis,
Guido Alberti: Magliore,
Marcelo Cannavale: Amigo de Nottola,
Dante Di Pinto: Presidente de los Comités,
Alberto Conocchia: Amigo de Nottola,
Carlo Fermanriello: De Vita, representante de laizquierda,
Terenzio Cordova: Prosecutor,
Caetano Grimaldi Filioli: Amigo de Nottola,
Angelo D'Alessandro: Balsamo,
Vincenzo Metafora: Mayor,
Dany Paris: Dany.

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Sinopsis:

Nottola, (Rod Steiger), un magnate de la construcción, concejal del Ayuntamiento de Nápoles, lo que le permite estar en todas las comisiones en las que se deciden asuntos relativos a sus propios intereses, sufre un gran contratiempo cuando, l derribar un edificio viejo en el Vicus Sant' Andrea, cae  una casa contigua, mata a dos personas y se cobra la vida de un niño, aunque logra salir airoso con el  respaldado por los consejales del centro y la derecha  se dedica a la especulación.

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Comentario:

Si atendemos a la máxima de Aristóteles de que "el hombre es un animal político por excelencia", un ciudadano de la polis que, por ser un ser racional, no puede evitar participar, con más o menos formación e información en las cuestiones que le atañen como tal, no podemos eximirnos a nosotros mismos de la responsabilidad, especialmente cuando vivimos en una zona del mundo  en la que el ciudadano tiene derecho a votar, al menos cada cuatro años. La responsabilidad de los políticos de los diferentes partidos no es igual en todas partes: los comunistas tenían el poder en la Unión Soviética, pero ni siquiera los socialistas lo alcanzaron en Europa hasta bien avanzada la segunda mitad del siglo XX en Europa, y  en España estaban en la clandestinidad (socialistas y comunistas) y en las cárceles hasta la muerte del dictador y la promulgación de la Constitución española que legitimaba los partidos, algunos por primera vez en la historia, en 1978, cuando la burbuja inmobiliaria llevaba más de veinte años inflándose. La película de Francesco Rossi, que nos proporciona imágenes muy familiares en nuestro país, es de 1963 . Por esta cuestión no le falta razón a Quatermain80 (Filmaffinity) cuando afirma que: "A los espectadores de hoy puede parecerles que la mirada de Rosi está claramente sesgada hacia las posiciones de la izquierda, y que busca minar en todo momento a los partidos conservadores, haciéndoles responsables de todos los males urbanísticos; es cierto, y Rossi jamás lo escondió, pero en la época en que realizó el filme su postura no resultaba hipócrita, ya que la corrupción urbanística napolitana era una realidad perfectamente visible (tanto como las ingentes barriadas y suburbios que crecían por doquier), y las responsabilidades políticas sólo podían atribuirse a partidos de la derecha, como el Monárquico o la Democracia Cristiana, que no en vano eran quienes se habían alternado al frente del ayuntamiento desde 1946." Creadores prcedentes del Neorrealismo italiano, cine negro, comedia y drama americanos, se enfrentaron con honestidad y belleza a estos temas, sin problemas ideológicos, entre otras razones porque estos cineastas no escondían su filiación política en partidos de izquierdas, ni se consideraban parte de la 'alta burguesía', sino que estaban enfadados con una humanidad que se desentendía, no asistía a los mítines que daban jóvenes solitarios, jugándose la piel y perdiéndola en el camino hacia ninguna parte, como le  ocurrió a Peppino Impastato, un joven héroe italiano, cuya vida llevó al cine en el año 2000 Marco Tullio Giordana y que utiliza esta película para demostrar a sus seguidores que 'los personajes y los hechos son imaginarios, en cambio la realidad social y ambiental que los produce es real."

El más lúcido sostiene que los sucesivos gobiernos de las democracias occidentales, a los que presentan tan corruptos como a las propias tiranías, no pincharon la burbuja porque les interesaba financiarse y financiar sus partidos con las comisiones ilícitas que percibían de los inversores, lo que convierte en culpables a todos aquellos que, en mayor o menor medida, han ostentado el poder.Pero olvidan que sólo puede pinchar la burbuja, quien tiene poder para hacerlo en una economía que hace ya mucho tiempo que es global, y no dudó en consumar su propósito cuando le convino, aquel sábado negro (13 o 14 de septiembre de 2008, según la franja horaria), en que cayó Lehman Brothers y se dio el pistoletazo de salida a la Gran Depresión. Los bancos de inversión decidieron retirar su dinero de la construcción, motor de la economía de los países capitalistas, apalancarse en los paraísos fiscales y esperar a que escampe, desaparezcan los nubarrones y se vea con claridad dónde hay que invertir para generar otra burbuja que aumente ostensiblemente su capital. La deuda, tanto pública como privada,  que se percibe como impagable va tomando la forma de un gran cúmulo que amenaza con una tormenta destructiva, que acabará llevándose lo poco que ha quedado en pie, como advierten Gus Van Sant y su guionista Matt Damon en 'Tierra prometida' (2013). La existencia de corruptores, que disponen del dinero suficiente para ello no es una entelequia, y se pondrá en marcha tan pronto como se vislumbre una nueva forma de multiplicar los capitales. En cuanto a la acusación que algunos hacen a Francesco Rosi de tendencioso, hay que recordarles que su película es de 1963, y que los primeros presidentes socialistas,  Billy Brandt en Alemania y Olof Palme en Suecia, en coalición con partidos de derecha. nunca con mayoría absoluta, entre otras cosas porque así lo decidió el votante, llegaron al poder en 1969 , y el segundo fue asesinado en 1986. ¿Por qué razón?  ¿Los socialistas y comunistas españoles dónde estaban? Benidorm, 'El New York Mediterráneo', como se publicita con orgullo, se desarrolló en la década de los cincuenta, y, aunque parece que hayan desaparecido todas las pistas, queda una: el primer Festival de la Canción se organizó para promocionar el enclave turístico, el paraíso del resort, como dicen ahora los entendidos en zonas de veraneo, cuando nadie imaginaba siquiera que un socialista iba a gobernar España y un negro a residir en 'La Casa Blanca', no como mayordomo, sino como Presidente de los Estados Unidos. Este es el riesgo que conlleva despreciar el contexto en el que se ubican las historias, y dada la suerte de los protagonistas de 'Los cien pasos' , parece que en el momento en el que Rosi hizo su película a los izquierdistas de cualquier pelaje no  les iba muy bien. El célebre historiador francés Pîerre Vilar ya señalaba un problema que tenía ciertos sectores en sus análisis políticos: creían que las cosas eran siempre igual. La naturaleza del hombre no excluye el hecho de que se le pueda corromper, y los corruptores no dejan de estar al acecho.Francesco Rosi no engañó, ni engaña a nadie: el neorralismo fue una postura ética ante la vida, que quizás deba ser resucitada.

Hay críticos que creen que un buen análisis de una película se hace siguiendo la trayectoria y la evolución del propio cineasta. No estaría de más analizar también los movimientos cinematográficos y las tendencias en cada país, en los que siempre ha habido y siempre habrá cineastas más comprometidos y otros más diletantes y autocomplacientes, que critican a quienes creen que por leer una novela ya son críticos. No sé si son críticos, pero seguro que son individuos con criterio, muy difíciles de manipular en ciertos casos;  no se puede opinar de todo y de todos, porque nadie nace con una ciencia infusa universal. Francesco Rossi debutó en el cine de la mano de Luchino Visconti, como su asistente, en la 'Terra trema' (1948), logrando su fama como director en 'La Sfida', diez años después. Militó durante años en el neorrealismo italiano y sintió una atracción, mutua, por el escritor colombiano Gabriel García Marquez, cuya novela 'Crónica de una muerte anunciada' adaptó al cine en 1987.El premio Nobel veía al neorrealismo italiano como un precedente del realismo mágico literario; películas como 'Milagro en Milán' de Vittorio de Sica (1951) son una buena prueba de ello. Pocas veces podrás disfrutar de imágenes como ésta:


 



A la manera de Hitchcock Francesco Rosi va a analizar el sistema de corrupción italiano de la década de los 60, mediante un método deductivo, partiendo de lo general a lo particular, sistema discursivo muy empleado por el cine de todos los tiempos ( por referirnos a ejemplos muy recientes, 'La tierra prometida'de Gus Van Sant (2012) . Un plano cenital, tomado desde el aire, nos muestra la ciudad desde arriba, una vista aérea que nos permite ver una isla de pobreza y chabolismo que no sabemos a qué obedece, si a sectores castigados por negarse a vender sus tierras, o, como después podremos deducir, al estado de  la zona donde se ha originado el conflicto y las casas están todavía por derribar. La cámara va descendiendo y se acerca al ciudadano, unos obreros que participan en la construcción de los bloques, los empresarios y regidores del Ayuntamiento...

Aunque los españoles disfrutamos de una joven democracia, los casos que se han producido en nuestro país nos permiten entender el relato de Rosi sin demasiadas dificultades. En todos los sistemas hay corrupción, incluso en la cuna de la democracia como Estados Unidos, donde mataron a dos hermanos Kennedy, John y Robert, al parecer por motivos similares a los que hemos observado en este film. La proximidad a Italia, un país que apenas padeció la dictadura de Mussolini algunos años, aunque soportó a los fascistas disfrazados de demócratas mucho tiempo, experimentó un desarrollo muy similar al nuestro: la mayoría de los empresarios optaron por el negocio inmobiliario, que exige menos inversiones que la industria y no tiene que sufrir la acción sindical y sus reivindicaciones y amenazas de huelga constantes. Todo son ganancias sin riesgos, y el municipio sólo  tiene que adquirir un compromiso dudoso:  ceder los terrenos y llevar luz, agua, gas y teléfono a las nuevas urbanizaciones, algo que que se puede vender como progreso, hasta que lo que parece un desarrollo sostenible se manifiesta con más socavones de los previstos. En democracia, el menos malo de todos los sistemas según Churchil, no faltan los corruptores y los corrompidos, pero hay una diferencia, la gente vota y adquiere una responsabilidad, y se equivoca quien dice que Francesco Rosi no da las cuotas de poder de los partidos de las diferentes ideologías: 48 votos de los electos del centro derecha  y 27 del centro izquierda, un resultado que nos es familiar; a pesar de los derrumbamientos, los desahucios, las muertes y las mutilaciones, el pueblo seguía prefiriendo votar a su amo y funcionar como cliente, una tradición que, según Paul Vyne, se remonta a las épocas de la república y el imperio romano. El cuento termina como tenía que terminar: los desahuciados fuera de sus casas, el concejal-empresario, que se había atribuido suelo público a sus propias empresas y había instalado todos los suministros con los impuestos de todos, eximido de todo tipo de responsabilidades, tras una comisión que lo había declarado inocente de cualquier irregularidad,  los representantes del centro-izquierda gritando en el desierto y amenazando con ir a unos tribunales más conservadores que los políticos que gobiernan el municipio, ...La cámara se va por donde llegó, se eleva hacia el cielo como un deux ex machina y se marcha del lugar dejando a su población jodida pero contenta.

Pero no todo es inútil, nos ha dejado un monumento para la reflexión a las generaciones de cualquier futuro, aunque su discurso nos llega desengañado, sin demasiada esperanza en la gente y con un triste mensaje: de cara a la opinión pública y publicada el peor pecado que puede cometer un político es perder las elecciones. Es lo que hay; muchos piensan que mejor irse a la playa y dejar que se consuman los pobres en las ciudades, agotados por el calor. Una conocida me dijo el otro día: ¡cuantos emigrantes han llegado! ; estaba planteando la cuestión al revés: eran los nacionales los que se había ido a disfrutar de su merecido descanso, mientras la ciudad se convertía en un rico mosaico de gentes de todas las nacionalidades.


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