Coherence. James Ward Byrkit







Ficha técnica:



Título original: Coherence
País: USA.
Año: 2013.
Duración: 89 minutos.

Dirección: James Ward Byrkit.
Guión: James Ward Byrkit, basado en una historia de James Ward Byrkit y Alex Manugian.
Dirección de Fotografía: Nic Sadler y Arlene Muller; cámara: Jim Byrkit.
Música: Kristin Ohm Dyrud
Edición: Lance  Pereira.
Cnsultor de estrategia militar: Col Adam P.Holmes USMC

Productor: Lene Bausager
Productores ejecutivos: Alyssa Byrkit, James Ward Byrkit.
Co-Productor: Alex Manugian.

Compañías. Productoras:  Bellanovay Ugly Duckling Films. Oscill Scope Laboratories


Intérpretes:



Emily Foxler: Em,
Maury Sterling: Kevin,
Nicholas Brendon: Kevin,
Elizabeth Grazen: Beth,
Lauren Maher: Laurie,
Alex Manugian: Amir,
Lorene Scafaria: Lee,
Hugo Armstrong: Hugh.


Sinopsis:



En Finlandia, en 1923, el paso de un cometa hizo que los habitantes de un pueblo quedaran completamente desorientados, incluso una mujer llegó a llamar a la policía denunciando que el hombre que estaba en su casa no era su marido. Décadas más tarde, un grupo de amigos recuerda este caso mientras cenan, brindan y se preparan para ver pasar un cometa.

Género: Ciencia-Ficción.
Premios: Mejor guión en Sitges.


Comentario:



El problema de una sociedad que, incapaz de hacer frente a sus desequilibrios económicos y, como consecuencia, emocionales, se retrae hacia un individualismo pesimista e incluso carente de humanidad, imaginación, avaricioso y egoísta es que genera productos como este film pretencioso e incomprensible para la mayor parte del público. Se podría haber hecho una buena película en torno al experimento del Gato de Schrödinger, un experimento concebido por un científico austriaco, Erwin Schrödinger, en el que un gato, junto con un matraz (recipiente de forma esférica que se usa en los laboratorios),  que contiene un veneno y una fuente radiactiva, se coloca en una caja sellada. Si un contador Geiger detecta la radiación, el frasco se rompe, liberando el veneno que mata al gato. La interpretación de la mecánica cuántica de la Escuela de Copenhague implica que, después de un tiempo, el gato está al mismo tiempo vivo y muerto. (Wikipedia). Todos podemos entender que semejante planteamiento hubiera podido dar lugar a una gran historia de terror, si los promotores hubieran tenido la más mínima capacidad creativa y hubieran sabido contar historias y poner al tanto a su público de los antecedentes de que parte y no mantenerlo en la más absoluta de las  ignorancias. Cuando un crítico va a hacer su crónica, dispone del tiempo y el material suficiente para informarse, pero quien ocupa su butaca en un cine se ve enredado en teorías de física cuántica que no entiende, ni tiene por qué entender, si el que dirige el film sabe ponerlas al servicio de su obra, pretenda lo que pretenda.

Se queja  Tonio L.Alarcón  del individualismo tanto moral como emocional que se ha instalado en nuestra sociedad, esa necesidad de encontrar un lugar en el mundo en el absoluto caos comunicativo que nos rodea, nos ha llevado a un punto en el que "ya no se puede dar por hecha una estructura social cuya forma dominante sea la societaria", lo que es lo mismo "basada en el estatus y ciertas agrupaciones colectivas que provenían de un "nosotros" identitario. Estamos abocados a un cambio de paradigma sociológico en el que es esencial la llamada autocultura (o cultura de uno mismo), que implica una "relación más flexible porque los individuos contribuyen constantemente a su modelamiento, pero también se genera una imposibilidad de asimilar como inciden las instituciones que siguen activas (...) de ahí que, en los últimos años, cada vez haya más ejemplos de género que inciden en la temática del conflicto identitario, del desdoblamiento en forma de  doppelgänger,en obras tan distintas como Moon (Id.:Duncan Jones, 2009), Cisne Negro (Black Swan, Darren Aronofsky, 2010) , Otra Tierra (Another Earth, Mike Cahiell 2011), Enemiy (Id.; Denis Villeneuve, 2013), The Double (Richard Ayoade, 2013) o Mi otro yo (Another me, Isabel Coixet, 2014)." (Coherence Gato vivo, gato muerto. Tonio L.Alarcón. Dirigido por, Octubre 2014, págs. 25-26).

Al margen de disentir profundamente con Tonio L.Alarcón respecto a las películas que agrupa con el objetivo de ilustrar lo que para él es doppelgänger, (me ha dolido especialmente la inclusión de Moon, un film que se mueve en otra galaxia), no me ha convencido su intento de justificar la situación de desconcierto actual , cultivada desde hace tiempo por quienes dominan los medios de comunicación, e intenten servirse ahora de la larga tradición en torno a la existencia de un alter ego, que se basa en algo tan inquietante como que el hombre jamás ve su propio rostro, sino la imagen invertida que de él le devuelve el espejo y que ha inspirado doctrinas psiquiátricas (Freud), relatos literarios, -uno de los más significativos "El extraño caso del Dr.Jekill y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson-, o estudios del propio Antonio José Navarro (Cine fantástico y de terror alemán (1913-1927), con el objetivo de justificar los intentos espurios de rescatar "un motivo proveniente del romanticismo alemán (¡¡¡Cuidado!!!) con el objetivo de explicar la confusión interna a la que estamos sometidos, que nos aprisiona, nos atenaza y nos somete, a pesar de la apariencia de libertad en la que vivimos. Recordemos el empeño del joven protagonista de 'El milagro de la vida' de Kusturica  intentando convertir a todo el mundo al comunismo mediante la hipnosis. Si cada individuo genera su propia cultura, que a nadie extrañe que conciba sus propias soluciones, cuando ha dejado de creer en valores universales, que hacen del ser humano lo que es.

El mismo Alarcón concluye afirmando que "El discurso filosófico que elabora Hugh (Hugo Amstrong) sobre la coherencia cuántica y sobre el famoso  gato de Schrödinger no tiene relevancia alguna, es poco más que un intento de justificación intelectual (...) de disfrazar de profundidad algo que no pasa del divertimento". Bueno, pues entonces ¿qué sentido tiene para el público, que acude al cine a disfrutar de una buena historia o una reflexión sobre la vida que le ayude a sobrellevarla, desnudo, a diferencia de los críticos que disponen de los materiales de producción,  ver a un grupo de amigos que disfrutan de buen vino y mejor comida, dándole vueltas a una caja, un bote con barbitúricos, unas casas y unos seres que se duplican, y, al fin, un gato de trapo en  ¿otra caja? ¿Qué influencia tiene el paso de un cometa por estas latitudes?  ¿Quién es el responsable del resultado final, el cometa o la la ketamina alucinógena? ¿Están vivos o están muertos los anfitriones y sus invitados? ¿Son uno, dos o miles, cada uno de ellos y sus casas? Cada uno puede hacerse todas las pajas mentales que quiera, pero, siguiendo la receta que da el crítico, que a nadie extrañe que el público se guíe únicamente por su propio criterio, y es probable que, entretenidos en averiguar de qué va la historia, ni se paren a pensar en la búsqueda del ser humano de su propia identidad.

Si a Duncan Jones se le acusó de pretencioso y de creerse más listo de lo que es, cuando estreno Moon, una llamada a la solidaridad con los más infelices, los programados para trabajar por nosotros y no durar, y los hizo sangrar y deteriorarse como cualquier ser humano, a diferencia de los duplicantes de Ridley Scott que mueren injustamente en la plenitud de su belleza y sus fuerzas, a James Ward Byrkit se le ve venir. Estamos confusos, sí, pero ¿Por qué? ¿Porque se han conjugado los astros para fastidiarnos, y, para que,  desengañados de todo,  volvamos a las creencias más primitivas, que auguran grandes cambios, para bien o para mal, cada vez que aparece un cometa en el horizonte? ¿Viene un nuevo Mesías a introducir orden en la Babel en que nos hemos convertido? ¿Es el conocimiento lo que nos está hundiendo? ¿Volvemos a enfrentar a Dios con el  mito de la ciencia? Vaya Ud. a saber. Coja los elementos: un cometa, que pasa de uvas a peras (la última vez que se le vio armó la de Dios), una caja con unas fotos de los presentes, unas notas, y otra (porque puede haber miles o millones) con un gato de trapo, y vamos a ver lo que le sale. Pasada la noche en la que el cuerpo celeste ha hecho de las suyas.- ¿O ha sido la droga?-, nos hacemos una pregunta: los hombres y mujeres que se han  duplicado ¿están vivos o muertos? Que nadie se asuste, no tienen apariencia de zombie; son 'repes'.

A la crítica americana le ha fascinado este film tan culto, que se basa en teorías de mecánica cuántica la última de las grandes ramas de la física: ¿Si existen muchos átomos iguales, porque no podemos tener dobles infinitos?  A Sara Stewart le han producido escalofríos estos ocho actores en una sala de estar, pero también se debate en este ambiguo sci-fi en el que: "Un cometa que pasa cerca de la Tierra despierta anomalías espeluznantes en el espacio-tiempo de este minimalista thriller de ciencia ficción. Inicialmente, los rumores de posibles efectos del objeto celeste proporcionan diversión y bromas en la  cena que tiene lugar en la casa del matrimonio de Mike (Nicholas Brendon), cuyo personaje, como un "Roswell", lanza guiños a su "Buffy the Vampire Slayer"(Buffy la Cazavampiros ), (...) y Lee (Lorene Scafaria)¨. ( La coherencia brilla como minimalista, misteriosa de ciencia-ficción. New York Post).

Para Elizbeth Weitzman: Si llega el caso, la película se basa en la idea de la decoherencia, un concepto que resulta increíblemente complicado (que ayuda a tener un conocimiento superficial de la mecánica cuántica). Pero vale la pena mirar los personajes de Byrkit, cuatro parejas en una cena suburbana, tratando de resolverlo todo (...) El final es un poco demasiado artificial, pero tal vez hay uno mejor esperando a ser encontrado en algún universo alternativo. (Daily News). No hace falta seguir esperando, Duncan Jones ya hizo un film magnífico sobre mundos alternativos, (Source Code/Código fuente, 2011) basado en la mecánica cuántica, que no precisaba que nadie nos diera una lección de física para entenderlo, entre otras razones porque era un cineasta que sabía lo que quería decir y a muchos les dolía, se rodeó de asesores, expertos en la materia, e hizo su película.  Y, sin embargo, fue calificado de pretencioso.

A Clark Collis le preocupa que la ciencia-ficción actual se cebe con las cenas de amigos que se reúnen en torno a una mesa repleta de delicatessen y buenos vinos, y James Ward Byrkit viene a recordar que incluso las cenas civilizadas pueden ser objeto también de chanchullos de ciencia-ficción (eso sí con argumentos de mecánica-cuántica que excluyen a las masas ignorantes  y convierten el film en una película de culto, antes de ser estrenada, para las élites posmodernas exquisitas y distinguidas; la verdad es que no se nos había ocurrido)."El producto final no abunda en demonios y droides asesinos, sin embargo, la coherencia es una adición satisfactoria y escalofriante de la creciente moda del subgénero apocalíptico. Y realmente, tienes que amar a una película que no sólo explica el concepto del gato de Schrödinger, sino que también incluye una broma al respecto ("Soy alérgico!"). El propio cine  de terror, de ficción o económico americano nos está enseñando que hay dos formas de enfrentarse a la realidad: una más racional, que intenta  explicar las causas de la involución que estamos padeciendo, y otra catastrofista: "como ésto no tiene arreglo, de perdidos al río". James Ward Byrkit no teme alos sin-techo que acechan en la calle de 'The Purge', 2013, o Anarchy, 2014, (James DeMonaco), ni a los Zombies de Guerra Munbdial Z, 2013  ( Marc Forster), en la que los otrora parias de la tierra se han convertido en vampiros de baja estofa, en zombies que andan como pollo sin cabeza y no se conforman con chupar la sangre del vecino, sino que lo cosen a bocados. El peligro viene ahora de la propia galaxia, sometida a la interpretación de la mecánica cuántica, capaz de, si se la molesta demasiado, multiplicarte por mil o mas, hasta el punto de que ya no sepas cuál es tu casa, quién es tu marido, tu padre, tu hijo o tu coche, aunque sigas siendo igual de guapo y gozando de las mismas comodidades. A lo mejor está bien cambiar de pareja ma non tropo; es preciso que todo cambie para que todo siga igual, fue el lema de la revolución que llevó al poder a la clase dominante actual. ¿Para qué cambiar si les va tan bien? Ahora, eso sí: ¿Por qué se empeña la gente del cine, por muy afín que sea, en estropearles las fiestas? Ahora ya no vas a saber si te tomas la copa con tu amigo de siempre o con su copia 880.

A José Arce, el film le pareció una: "Joya de culto instantánea que marca el interesantísimo debut tras las cámaras de James Ward Byrkit. Una ciencia-ficción maquiavélica e hipnótica, interesante y atrapante a partes iguales. Cuando llega el cometa Miller, llega el terror." (La Butaca,net). Él mismo confirma que es difícil de comentar sin hacer spoiler, pero es que lo que no se entiende, que no es lo mismo que lo que se desconoce, no da miedo, y si no reconocemos a nuestros fantasmas no nos asustan. ¿Quién teme a los universos paralelos en que cree la mecánica cuántica? No es labor del crítico o del comentarista ayudar a interpretar, sino del cineasta el construir una diégesis de una realidad que no se nos escape, y hacerla reconocible para el espectador. Por eso concluye de esta forma críptica: "Cuando llega el cometa Miller, llega el terror. Un terror limpio, sin abusos. Un terror sin fin. O con muchos finales." La capacidad de asustarse depende de cada cual, pero, sino el terror,  sí la inquietud hace su aparición mucho antes  que el pequeño astro.

Pero volvamos un poco al experimento del gato. En la película siempre se está hablando de la manía que tiene la anfitriona de drogar a sus invitados con unas gotas de Ketamina una especie de anestésico, que tras ser experimentado con pacientes que iban a ser intervenidos quirúrgicamente  y con otras personas, no afectadas por patologías que precisaran ser anestesiadas, se ha demostrado que una dosis muy menor que la anestésica produce una experiencia psicodélica de gran intensidad . ¿Es éste el veneno que produce los cambios en la gran caja que es la vivienda de este matrimonio, que no era la primera vez que drogaba a sus invitados? Allá cada cual. Si el mal nos cae del cielo, no hay forma de conjurarlo.





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