En carne viva. Jane Campion.





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Ficha técnica:

Título original:
País: Estados Unidos.
Año: 2003,
Duración: 120 minutos.

Dirección: Jane Campion,
Guión: Jane Campion, Susan Moore, basado en una novela de Susan Moore.
Casting: Wily Hopkins, Suzanne Smith, Kerry Barden, Mark Bennett.
Dirección de Fotografía: Dion Beebe, a.c.s.
Música: Hilmar Örn Hilmarsson.
Edición: Alexandre De Franceschi.
Director artístico: David Stein.
Decorador del set: Andrew Baseman, Sosa.

Diseño de Vestuario: Beatrix Aruna Pasztor.
Diseño de maquillaje: Nuriko Wanabe.
Estilista de peluquería: Lori Guidroz


Productor: Ray Angelic, Effie Brown, François Ivernel, Nicole Kidman, Laurie Parker.
Productor asociado: Rat Angelic.
Productorejecutivo:François  Ivernel, Effiet Brown
Diseño de producción:David Bristin
Compañías: Screen Gems Inc., Pathé Productions Ltd.

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Intérpretes:

Jennifer Jason Leigh: Pauline
Meg Ryan: Frannie Avery,
Mark Ruffalo: Inspector Malloy,
Kevin  Bacon: John Graham
Micheal Nuccio: padre joven de Frannie,
Allison Nega: Joven padre de Fanciee
Dominick Aries: atento marido,
Susan Gardner: perfecta mujer,
Sharrieff  Pugh: Cornelius Webb,
Nick Damici: Detective Ritchie Rodriguez,
Heather Litteer: Angela Sands,
Daniel T.Booth: Luther Wilkked Red.

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Sinopsis:

Frannie Avery, profesora de escritura creativa, vive sola en Nueva York. Inteligente y reservada, se dedica a investigar sobre el lenguaje de la calle y la novela policíaca. Pero una noche algo cambia en su vida: presencia involuntariamente un momento de intimidad entre un hombre y una mujer. La carga erótica de la situación la paraliza y, aunque no llega a ver el rostro del hombre, no olvidará el tatuaje de su muñeca ni su sensual mirada. Al poco tiempo, se entera, al ser interrogada por un policía, de un oscuro crimen cometido cerca de su apartamento. El detective Malloy, un hombre seductor, que a Frannie le resulta extrañamente familiar, cree que ella puede saber algo. Aunque Frannie intenta mantener las distancias, no puede evitar sentirse atraída por él.

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Críticas y comentario:

Un thriller erótico muy bien recibido por la prensa, a pesar de que tuvo alguna crítica feroz, probablemente derivada de que alguien se atreviera a desnudar y colocar en una situación sórdida a una de las niñas buenas de Norteamérica.. Aunque hay que ser justos, la mayor parte de las críticas en este país fueron tan positivas como la de Mick Lasalle (San Francisco Chronicle, hoy con muchas dificultades para sobrevivir) :"Sexo sórdido en la ciudad mezclado con un total hastío dan lugar a un potente cocktail. (...) Incluso aunque "In the Cut" se queda corta en el intento de Campion de hacer una obra magistral, es sin duda el film más ambicioso e importante de los últimos meses."

El propio Pablo Kurt también decide hacer la crónica de este film: "Tras muchos años haciendo casi siempre comedias, Meg Ryan cambia completamente de registro para dar vida a Frannie Thorstin, una solitaria profesora de Nueva York que descubre el lado oculto de la pasión tras tener un encuentro erótico con un detective de la policía -Ruffalo- que investiga una serie de asesinatos en su barrio. Dirigida por Jane Campion ("The Piano"), sorprendió en su estreno en USA -donde obtuvo críticas dispares- por los desnudos de la actriz y el alto contenido erótico de algunas de sus escenas.(Filmaffinity).

Resulta curioso que un film a cuyo frente hay dos mujeres, Jane Campion como directora y la propia cineasta acompañada por Susan Moore como guionistas, y algunas más en el equipo de producción, entre ellas Nicole Kidman, reproduzcan la representación fílmica de la mujer en el cine convencional, el modo de representación institucional, mediante el placer de la mirada, de que habla Noël Burch y que denuncia Laura Mulvey en 'Placer visual y cine narrativo";  esta experta en la disciplina feminista utiliza el background psicoanalista como instrumento para dilucidar cómo y dónde la fascinación del cine se ve reforzada por patterns preexistentes que funcionan en el sujeto y en las formaciones sociales que lo han forjado, para demostrar la manera en que el inconsciente patriarcal ha estructurado  la representación cinematográfica. La paradoja del falocentrismo se basa en la idea de carencia que produce en la mujer la falta de pene, que se materializa en el sentimiento de castración."

La película de Jane Campion causó profundo malestar porque metió el dedo en la llaga del pensamiento conservador y hurgó en la herida, al intentar representar en un thriller el falocentrismo de que habla Laura Mulvey, esa idea de carencia y el sentimiento de castración de que hablaba Freud, mstrando a unas mujeres, víctimas de un asesino en serie, estableciendo a la par pistas falsas, precisamente por la fascinación que siente la protagonista por el órgano sexual masculino, cuando por accidente presencia una felación que una mujer hace a un hombre en la cabina del inodoro de un local inmundo de copas, marcado con un tatuaje especial, aunque no será está la única vez que los diálogos giren en torno al pene de los hombres; la simple sospecha de que el detective Malloy, encarnado por Mark Ruffalo, sea el hombre que haya visto en los servicios y como consecuencia el  serial killer, el sociópata, un hombre rudo que habla de las mujeres constantemente con sinécdoques, denominado el todo por una sola parte de su cuerpo, atrae irresistiblemente a la mujer. Para el pensamiento sexista cualquier mujer que se atreva a desafiar el sistema patriarcal, bien por sus comportamientos sexuales masculinos, como Madame Bovary o Ana Karénina, o por competir con el hombre en otros territorios, son sacrificadas por sus autores; apenas existen obras literarias o cinematográficas dedicadas a la madre, e incluso grandes directores, en la cumbre del pensamiento progresista, como Straub y Huillet, suprimieron prácticamente la figura de la madre en sus filmes, por considerarla irrisoria como heroína; en los últimos tiempos, cineastas como la alemana Doris Dörrie, o el realizador turco-alemán Fatih-Akin, están reivindicando esta figura en películas tan interesantes como 'Cerezos en flor' , (2008), y 'Al otro lado '(2006).

Pero no es fácil construir improvisando un nuevo modo de representación de la mujer en el cine, y Jane Campion construye su relato fílmico de tal manera que nada nos desvíe de la razón por la que un hombre puede matar a una mujer. Para ello se sirve de  planos medios cercanos, que no permiten apenas contextualizar a los personajes; nunca vemos completa  la habitación de Frannie, sólo algunos rincones y de forma parcial. Las escasas salidas al exterior no permiten dilucidar el nivel socio-económico de esta profesora de escritura creativa; de forma colateral se da alguna información como el que su hermanastra viva encima de un local de streptease, cuyo ruido apenas le permite conciliar el sueño, lo que puede dar alguna pista. Toda la información sobre los crímenes, los avances en la investigación, y la resolución de la trama la sigue el espectador a través de las miradas de los personajes, saltando de cama en cama, de procacidad en procacidad, con breves insertos, unas veces visuales de cómo ha afectado a la chica el complejo de Electra, el enamoramiento del padre, que patinando la descuartiza; los complejos del compañero de Malloy, que encontró a su mujer en brazos de otro; o la afición del policía al contacto sexual con la primera mujer que le sale al paso. En esta denuncia de la castración mental de la sociedad, a la que casi nadie es ajeno, -ni el alumno negro que se siente discriminado, ni la hermanastra que desea a su ginecólogo y lo hace explícito de la forma más grosera-, el joven que 'trabajó de extra en una serie de hospitales' y como consecuencia estudia medicina, es presentado como un auténtico subnormal,enamorado profundamente de la profesora.

Un film muy sórdido y duro, con clara vocación de producto underground, que, a pesar de todo no llega a los extremos de perversidad del cine de Haneke o Polanski en sus últimas realizaciones. Es interesante ver cómo una mujer se enfrenta a un thriller, cuyas víctimas son otras mujeres, utilizando lo que Laura Mulvey llama escoptofilia narcisista, combinando la imagen especular que nos ofrece la pantalla con el deseo de mirar, implicando al espectador, atraído constantemente por el placer visual que ofertan unas jóvenes sugerentes, que alimentan su voyeurismo, una de los objetivos fundamentales del cine. Un thriller sin acción, unos asesinatos de los que sólo vemos alguna foto y una sola cabeza cortada, parte del cuerpo que molesta especialmente al asesino, y una profunda penetración psicológica en todos y cada uno de los protagonistas. Las madres, las esposas o amantes, pero también los padres (imagen en la que más se insiste) son la  causa de los profundos traumas de los individuos, ya sean hombres o mujeres.



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