Exodus: Dioses y Reyes. Ridley Scott.
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Ficha técnica:
Título original: Exofus: Gods and Kings.
País: Estados Unuidos.
Año: 2014.
Duración: 115 minutos.
Dirección: Ridley Scott.
Guión: Adam Cooper y Bill Collage, Jeffrey Caine, Steven Zaillian. Diseñadora de Vestuario: Janty Yates
Director de Fotografía: Dariusz Wolski, a.s.c.
Música: Alberto Iglesias.
Montaje: Willy Rich.
Supervisor de efectos visuales: Peter Chiang.
Productor: Peter Chernin, p.g.a., Michael Schaefer, p.g.a., Mark Huffman
Diseño de Producción: Arthur Max.
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Intérpretes:
El casting se ha realizado buscando actores de diferentes orígenes étnicos para reflejar la diversidad de culturas, de iraníes a españoles, pasando por árabes, al ser Egipto, por tradición, una confluencia de culturas por estar en una encrucijada entre África, Oriente Próximo y Europa. Al dar vida a una historia cuyas raíces se hunden en muchas religiones y que es importante para personas del mundo entero, también procuramos elegir a actores que pudieran, mediante sus intensas interpretaciones, hacerle justicia a un relato universal”.
Christian Bale : Moisés,
Joel Edgerton : Ramsés,
John Turturro : Seti,
Ben Kingsley : Nun,
Aaron Paul : Josué.
Sigourney Weaver: Tuya. Madre de Ramses, y primera esposa del faraón Seti,
Aaron Paul: Josué.
María Valverde: Séfora.
Dar Salim. Comandante Khyan.
Golshifteh Farahani: Nefertari,
Indira Varma: Gran Sacerdotisa.
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Joel Edgerton : Ramsés,
John Turturro : Seti,
Ben Kingsley : Nun,
Aaron Paul : Josué.
Sigourney Weaver: Tuya. Madre de Ramses, y primera esposa del faraón Seti,
Aaron Paul: Josué.
María Valverde: Séfora.
Dar Salim. Comandante Khyan.
Golshifteh Farahani: Nefertari,
Indira Varma: Gran Sacerdotisa.
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Sinopsis:
Moisés y Ramsés, se criaron como hermanos. Ramsés se convierte en faraón y Moisés en su consejero de máxima confianza y su segundo en el mando. Pero cuando Ramsés se entera de que Moisés es en realidad un hebreo, destierra a su “hermano” al desierto, lanzándole a una muerte casi segura. “Ramsés personifica cómo el poder absoluto corrompe absolutamente”, dice Joel Edgerton, que interpreta el papel. “Ramsés comienza a creer que él es en verdad un dios, lo que da lugar a una maravillosa dinámica entre Moisés y él”. Es el principal antihéroe de la historia, pero Scott y Edgerton quisieron dotar al personaje de matices y complejidades que sobrepasaran las de un malo de repertorio. “Ramsés mantiene un sólida relación fraternal con Moisés, por lo que se ve sumido en una enorme contradicción cuando se desvela que Moisés es un hebreo. También ama a su esposa Nefertari, y a su hijo pequeño, lo que le confiere importantes tonos emotivos”, afirma el director.
Ramsés comienza a construir su propia ciudad, Pi-Ramsés, y la adorna con efigies suyas tal y como dictaba la costumbre de la época. Una enorme escultura de la cabeza de Ramsés –construida para la producción tomando al propio Edgerton como modelo– vigila los campos donde los esclavos trabajan. La estatua, de una altura de quince metros, se convirtió en algo parecido a un monumento local mientras duró el rodaje.
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Notas de Producción:
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Notas de Producción:
Ridlye Scott, de acuerdo con la nueva tendencia del cine norteamericano de resucitar el peplum y las historias biblícas, llamadas por los creyentes sagradas, vuelve su mirada hacia uno de los gigantes del pueblo judio, Moisés, protagonizado por Christian Bale, y su liderazgo en la macrooperación del éxodo de su pueblo de esclavos, más de 400.000, y su huida de Egipto en busca de la tierra prometida, que él nunca llegó a ver, como nos pasa a la mayor parte de los mortales. En esta maniobra se enfrentó al poderoso faraón Ramsés, (Joel Edgerton), y este es el episodio, llevado al cine en grandes realizaciones hollywoodienses, como 'Los Dies mandamientos', ahora con el nombre de 'Exodus: Dioses y Reyes', utilizando efectos visuales de la más avanzada tecnología y la inmersión en el 3D, Scott da nueva vida al relato del desafiante caudillo Moisés (Christian Bale) cuando se alza contra el faraón egipcio Ramsés (Joel Edgerton),
La intriga, la escala y la amplitud de la película, unidas a sus personajes –aventureros y llenos de vitalidad– crean un acontecimiento sin precedentes en las salas de cine. El Éxodo de Egipto es la saga heroica prototípica y definitiva. También es un relato impactante y personal rebosante de emoción, rivalidad y traición, y de una imperecedera búsqueda de la libertad. Scott observa que “la vida de Moisés es una de las aventuras y exploraciones de carácter espiritual más grandes de todos los tiempos”. Desde la batalla que da inicio a la película, en la que 15.000 soldados egipcios atacan un campamento hitita, pasando por las imponentes estructuras y una aterradora serie de plagas, hasta la separación de las aguas del Mar Rojo, Scott aporta su visión distintiva a uno de nuestros relatos más importantes y más apreciados.“Me gusta todo lo que sea extraordinario”, prosigue. “Yo sabía lo que hacer con Gladiator: cómo lograr que viviera, respirara y sintiera como lo hacían las personas de la época. Con 'Exodus: Dioses y Reyes', quería, de manera análoga, dar vida a la cultura egipcia y al Éxodo de una forma que nunca antes había sido posible”.Fue rodada en los Estudios Pinewood, de Londres, y en exteriores de España; en Almería, al sur de la península, y en la canaria isla de Fuerteventura.
Las plagas y la separación de las aguas:
Cuando Ramsés
rechaza las súplicas de Moisés para que deje partir al pueblo del
profeta, Egipto es víctima de una serie de plagas y epidemias. Los
consejeros de Ramsés ofrecen explicaciones de base científica de
los fenómenos, espectáculos a la vez emocionantes y horripilantes.
La primera de
las diez plagas llega después de que los cocodrilos del Nilo
comiencen a atacarse entre sí y a atacar a varios navegantes
egipcios, en un vicioso frenesí devorador. La sangrienta y ondulante
agua vuelve rojo el Nilo, provocando que una capa de peces muertos
por falta de oxígeno flote sobre la superficie. Las ranas invaden
por millares la ciudad de Pi-Ramsés, e incluso el palacio del
faraón, en busca de comida.
Cuatrocientas
ranas fueron convocadas al rodaje, junto a seis cuidadores de ranas,
un perro que las controlara y una cerca antirranas de un metro de
altura. En esta escena, Golshifteh Farahani, que interpreta a
Nefertari, demostró su valor a lo largo de varias tomas pretendiendo
estar dormida, sabiendo que una enorme bolsa llena de ranas estaba
siendo vaciada sobre su cabeza, y que los batracios estaban
enredándose en sus largos cabellos.
Después de
que los anfibios mueran, nubes de moscas salen de sus cuerpos
podridos y llenos de gusanos, y las calles de la ciudad que Ramsés
ha construido en honor de sí mismo se vuelven invisibles detrás de
una negra cortina de moscas. Así lo explica el supervisor de efectos
visuales, Peter Chiang: “Elevamos las plagas a un nivel nuevo y
distinto. Las moscas se vuelven muy peculiares y densas cuando se
mueven, y [la sucesiva invasión de] las langostas resultan incluso
más perturbadoras en la forma de moverse y formar enjambres”.
Luego, llagas
y forúnculos atacan los cuerpos de casi todos los egipcios. La noche
trae unos granizos del tamaño de piedras, seguidos de una inmensa
nube de langostas.
Las leyes de
la naturaleza, llevadas a su extremo –y quizá con intervención
divina– pueden explicar estas plagas, pero el azote final sobrepasa
a la naturaleza: los primogénitos de Egipto mueren durante la noche,
incluido el propio hijo del faraón. Cuando Ramsés se da cuenta de
que ningún niño esclavo hebreo ha muerto, les ordena que salgan de
Egipto, pero poco después se pone a la cabeza de su ejército para
perseguir y matar a los hebreos que huyen.
Moisés y sus
400.000 mal equipados seguidores, cargados con los escasos artículos
de ajuar que podían transportar, luchan por atravesar unas montañas
llenas de malos augurios, dirigiéndose al Mar Rojo y a una zona que
permite atravesarlo que Moisés ha utilizado anteriormente.
Al llegar al
Mar Rojo, con el ejército egipcio pisándoles los talones, Moisés
se da cuenta de que ha tomado el camino equivocado, pasando de largo
de las aguas poco profundas. Enfrentándose con una enorme masa de
agua por un lado, y con miles de soldados egipcios por el otro,
Moisés se desespera. A la vez que Ramsés se prepara para el asalto
final, Moisés advierte que la marea desciende con rapidez. Reúne a
su pueblo y empiezan a atravesar a trompicones los bajíos. Cuando
los hebreos completan el cruce, las tropas de Ramsés que los
persiguen son envueltas por una inmensa ola.
Diseñando y construyendo un mundo.
Entre los
colaboradores creativos de Scott en 'Exodus: Dioses y Reyes figuran el
diseñador de producción Arthur Max, dos veces candidato al Oscar, y
la diseñadora de vestuarios, ganadora del Premio de la Academia®,
Janty Yates, cada uno de los cuales ha trabajado anteriormente en
nueve películas dirigidas por Scott; entre ellas, Gladiator
y
Prometheus.
“La idea de construir un universo siempre resulta atractiva”,
dice Scott. “Lo que resulta tan atrayente de la creación de mundos
en el cine es que cualquier cosa vale, siempre que sea real. En el
fondo, yo soy un arquitecto, al igual que Arthur Max.”
Max asegura
que esta película es la mayor producción en la que jamás
haya trabajado. “Sus dimensiones son épicas porque épico era el
antiguo Egipto y queríamos hacerle justicia”, explica.
“Naturalmente, nunca es lo bastante grande para Ridley, razón por
la cual tenemos efectos visuales”.
Los equipos de
producción y efectos visuales –creador éste último de más de
1.500 tomas de efectos visuales especiales– colaboraron en la
creación de los enormes platós y escenas de acción de la película.
Por ejemplo, la estatua de Ramsés tiene una altura de más de 60
metros, 9 de los cuales fueron construidos por la producción; el
resto fueron totalmente creados por ordenador. “Al rodar una
panorámica desde el cielo a la estatua, se ve cómo las extensiones
digitales de la parte superior se unen progresivamente a la versión
real levantada sobre el terreno”, explica Scott. “El proceso es
perfecto”.
El supervisor
de efectos visuales, Peter Chiang, abunda en ello: “Los efectos
visuales están cimentados en la realidad. Arthur y Ridley diseñaron
unos platós asombrosos y que pueden ampliarse, y que brindaron una
excelente base de partida para los efectos especiales visuales. Fue
excelente ver iluminación real en el plató real, lo que acabaría
conformando el aspecto de nuestras imágenes creadas por ordenador”.
El equipo
artístico y de construcción tenía más de mil miembros que
trabajaban en tres lugares distintos. Los estudios Pinewood acogieron
los interiores de los suntuosos palacios y templos de la realeza
egipcia, así como los austeros tugurios de los esclavos. El enorme
exterior de la Gran Sala del Faraón fue filmado en el inmenso plató
de exteriores, donde también se grabaron las escenas de la salida
del ejército egipcio para combatir a los hititas, y más tarde, las
de su regreso triunfal aunque cubiertos de sangre. El depósito del
recinto del plató fue transformado en el río Nilo, que se vuelve
rojo cuando los feroces cocodrilos se devoran mutuamente. Las escenas
del Mar Rojo cuando se produce la gigantesca separación de las aguas
en la que se ahogan centenares de soldados egipcios, fueron rodadas
bajo la superficie del mismo depósito.La producción
utilizó un sistema de poleas creado en Gladiator
para ordenar con rapidez enormes estatuas, columnas y partes de
murallas, lo que llevó a Scott a bautizarlo como un plató de tipo
LEGO.
Después de
finalizar el trabajo en Pinewood, la producción se trasladó a
Almería, en el sur de España, tomando una extensa llanura en
Alhamilla, a la sombra de la Sierra Madre. Esta árida zona desértica
fue también utilizada en varios de los westerns dirigidos por Sergio
Leone y en hitos cinematográficos como Lawrence
de Arabia
y En
busca del arca perdida. “Trabajar en
Alhamilla es como tener un inmenso plató de exteriores propio”,
dice Max. “En superficie es más grande que el que tiene 20th
Century Fox en California”. En una llanura que mide 1 por 1,5 Km.,
el eje central es una avenida de palmeras. Muchas de ellas ya crecían
allí pero todos los árboles necesitaban cuidados y mejoras, y la
producción reemplazó las que estaban enfermas. La producción
también instaló un depósito de agua y construyó los exteriores de
los palacios y las villas egipcios, así como una calle de hogares y
comercios egipcios normales. La ciudad de Pi-Ramsés y el ghetto de
esclavos que la rodea estaban unidos por la avenida de palmeras.
Además, las fábricas de ladrillos que suministraban a la nueva
ciudad estaban a una corta distancia.
La batalla de
Kadesh, en la que Ramsés y Moisés llevaron a los egipcios a la
victoria sobre los hititas, tuvo lugar cerca. La batalla real fue
considerada como la mayor operación militar jamás llevada a cabo,
con miles de soldados y centenares de carros de guerra combatiendo
bajo un sol abrasador.El rodaje de
la escena duró cinco días, con cientos de extras, especialistas,
animales y carros de guerra en el lugar de rodaje, junto a cinco
cámaras y dos equipos, sin más interrupción que una enorme
tormenta que inundó de agua la zona, aislando de la carretera a
muchos miembros del equipo técnico, y que los medios de comunicación
locales definieron como de escala “bíblica”.
Pocos días
más tarde, después de una puesta de sol tan espectacular que fue
rodada para su inclusión en la película, se desencadenó una
tormenta de arena sobre la llanura de Alhamilla, dañando escenarios
y cegando al reparto, al equipo técnico y a los extras. Fuerteventura,
una de las Islas Canarias situadas en el Océano Atlántico frente a
las costas de África, fue otra ubicación clave. Unas playas
amplias, vacías y arenosas que bordean unas montañas de roca
volcánica, hicieron de la isla el lugar perfecto para rodar la huida
de los hebreos de Egipto por el desierto del Sinaí. “Partes de
Fuerteventura tienen un aspecto casi prehistórico; siguen intactas”,
dice Bale. “Es uno de los lugares más deslumbrantes que jamás
haya visto”.
En lo alto de
las montañas se encuentra la ciudad minera de Macael, de la que se
ha extraído mármol desde la época de los fenicios. La cantera de
mármol aparece en la película como un lugar de trabajo de los
esclavos donde Moisés se encuentra por primera vez con Nun. Moisés
la atraviesa de nuevo de camino a su encuentro con Ramsés para
pedirle que libere a los esclavos. Viajando de noche, observa a los
esclavos, a los que unos crueles capataces obligan a trabajar sin
descanso a la luz de las antorchas y arrastrando enormes bloques de
mármol montaña arriba.Además de
localizar y construir exteriores, Max y su equipo asumieron la
ingente tarea de amueblar y decorar los espacios. “No es posible
comprar nada que sea del antiguo Egipto, por lo que cada artículo y
adorno tuvieron que ser diseñados y fabricados”, explica.
Remitiéndose a materiales expuestos en el Museo Británico y en el
Museo del Cairo, Max empleó una mezcla de técnicas antiguas y
tecnología moderna.
Los palacios
fueron amueblados con tronos y sillas basadas en antiguos frescos.
Para facilitar su traslado, la producción construyó estatuas de
materiales ligeros modernos, aunque acabadas y envejecidas empleando
técnicas antiguas.El equipo de
diseño consultó a expertos en los campos de los jeroglíficos, la
lengua y la conducta ritual, y estudió a pintores ingleses y
franceses de la época victoriana que dieron vida a escenas íntimas.
“La película refleja una mezcla ecléctica de influencias, que en
nuestra opinión elevará al máximo la grandeza del antiguo Egipto,
junto con el sufrimiento y la privación que acompañan a la
esclavitud”, explica Max.
Que describe
los exigentes métodos de Scott para el trabajo con los jefes del
departamento de creación. “Nos sentamos en torno a una mesa y
examinamos el guión página por página, empleando referencias
visuales. Cuando visitamos exteriores, se lanzan al aire distintas
ideas que también provienen del trabajo de otros departamentos.
Ridley siempre nos sorprende yendo en una dirección que ninguno de
nosotros había considerado. Los personajes y su entorno, y la forma
como se interrelacionan, salen de su mente; es su idea del mundo de
ellos. Ridley dibuja muy bien, así que hay que seguirle la pista a
cualquier cosa que haya sacado a la luz y que a veces está en la
cara posterior del guión de alguien. Si uno tiene una buena idea, él
la mejora. Y encuentra la mejor posición en cualquier plató; en
ocasiones, un ángulo que a nadie más se le había ocurrido. Además
de ser un artista es un cámara y un excelente alumno de tecnología
moderna, captando lo que sucede y cómo lo provocamos”.
“Es como
trabajar para un maestro del Renacimiento; nosotros somos sus
alumnos, los que ponemos en práctica su idea de cómo quiere que
algo aparezca en la pantalla”, asegura el diseñador de producción.Janty Yates
obtuvo el Premio de la Academia al Mejor Logro en el Diseño de
Vestuario con su trabajo en Gladiator,
y ha colaborado con Scott en otros seis largometrajes. Concibe esta
colaboración como el reto definitivo. “Ridley es pintor y es una
inspiración. Hay que verlo organizando una toma; no se le escapa
detalle. Es emocionante experimentarlo porque se sabe que cada
fotograma va a ser especial”.
Para Yates, el
descubrimiento más emocionante durante su trabajo preparatorio fue
comprobar lo adelantados que estaban los egipcios en cuestiones de
moda y diseño. “La joyería, en especial, está elaborada con
enorme pericia, con mucho detalle y delicadeza”, afirma. El ámbito de
la película es enorme, y Yates y su diseñador adjunto de vestuario,
Stefano de Nardis, montaron una factoría en Ouarzazate, en el
desierto marroquí, en la que reunieron a cortadores, costureras,
bordadoras, trabajadores del metal, zapateros y joyeros para crear
los vestidos de los egipcios, el ejército, los hititas, los guardias
de palacio y algunos de los actores que destacan especialmente. Cada
uno de los veinte miembros principales del reparto tenía muchos
trajes minuciosamente elaborados, con muchos detalles, y a menudo
tenían que disponer de ocho o nueve unidades del mismo traje, por lo
que Yates estableció, además, una enorme organización de
tintoreros, cortadores y otros especialista en Londres.
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