Flipped. Rob Reiner



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Ficha técnica:

Título original: Flipped.
País: Estados Unidos.
Año: 2010.
Duración: 86 minutos.

Dirección: Rob Reiner
Guión: Rob Reiner y Andrew Scheinman.
Casting: Jane Jenkins, c.s.a., Janet Hirshenson, c.s.a.
Dirección de Fotografía: Thomas del Ruth, a.c.s.
Música: Marc Shaiman.
Edición: Robert Leighton.
Director artístico: Desma Murphy.
Decorador del set: Danielle Berman.

Diseño de Vestuario: Durinda Wood.
Maquillaje: Francisco Pérez,
Estilistas peluquería: Medusah

Productores: Robert Reiner y Alan Greisman, basada en la novela de Wendelin Van Dranen.
Productores ejecutivos: Martin Schafer, Liz Glotzer, David Siegel.
Co-Productor: Frank Capra III
Diseño de producción: Bill Brzesky.

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Intérpretes:

Madeline Carroll : Juli Baker,
Callan McAuliffe: Bryce Loski,
Rebecca De Mornay: Patsy Loski,
Anthony Edwards: Steven Loski,
John Mahoney: Chet Duncan,
Penelope Ann Miller: Trina Baker,
Aidan Quinn: Richard Baker,


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Sinopsis:

La historia se desarrolla en 1957, cuando Bryce y Julianna  (Juli) se conocen. Ambos asisten a segundo grado de la escuela, y desde el primer momento en que Julianna lo ve sabe que es el amor de su vida. Pero Bryce no está seguro de sus sentimientos, y por el contrario siente fobia por las muchachas y rechaza todas las atenciones de Julianna. Bryce evade a Julianna durante seis años, a pesar de que vive enfrente de su casa y asiste a la misma escuela.

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Comentario:

El año 2010 Rob Reiner, el realizador de 'Misery' (1990) o  'La Princesa prometida' (1987), presentó 'Flipped' una película que es mucho más que el relato de una historia de amor de niños y adolescentes, con toda su ternura, desengaños, decepciones e ilusiones que se generan en torno a una hombre y una mujer desde que entran en la pubertad y empiezan a entender que la vida no es un camino de rosas. Con el tono amable y distendido que caracteriza a un cineasta de aspecto bonachón, elegante y respetuoso,  nos muestra dos mundos cercanos en el espacio, pero a veces situados en las antípodas en lo que respecta a la educación, los sentimientos, los valores, las frustraciones, y como ya hiciera Peter Wier en 'El club de los poetas muertos' en 1989, que enseñaba a sus alumnos a subirse a las mesas para tener perspectivas más amplias, Juli se encarama a lo alto de un  sicomoro centenario para divisar todo lo que la rodea en su conjunto, como le ha enseñado su padre.

De esta forma comienza  a entender que, aunque sabía que tenía un padre especial, que había dedicado su vida a que un hermano deficiente, a causa de que el cordón umbilical se enredó en su cuello al nacer, y se dedicaba a pintar cuadros en cuyos lienzos volcaba su creatividad humana, era incapaz de crear magia y bienestar (material) en su propia familia, al contrario de lo que ocurría en la casa de enfrente, la que habitaba Bryce, el chico portador de su primer beso, con su propia familia, cuyo padre era un patriarca frustrado, un músico en su interior un oficinista en la práctica, que había adquirido su propia casa y no vivía alquilado como los Baker, lo que le hacía sentirse superior; el que los dos hermanos mayores de la chica decidieran probar suerte con la música antes de ir a la Universidad sacaba lo peor de sí mismo y lo hacía visible ante los demás en forma de maledicencia y fealdad emocional.

Entre ambas familias, el abuelo actúa como una bisagra que favorece el entendimiento y aumenta la felicidad de todos: ayuda a Juli a plantar césped en el jardín y a cuidarlo después, a construir una valla y pintarla y a limar las diferencias con su amor secreto Bryce. Gracias a este clima agradable y muy utópico,- lo que no hace peor la película, a pesar de algunos que lo ven así-,  los dos adolescentes pueden disfrutar de un amor, surgido entre vergüenzas propias de la edad, intervenciones ajenas interesadas, dificultades familiares y relaciones de vecindario. La muerte simbólica del sicomoro, desde el que la chica había empezado a ver la vida en perspectiva, ante el asombro de los demás niños,   marcará el fin de la inocencia infantil para la joven, pero Bryce plantará otro joven en su recién estrenado jardín, que supondrá la reconciliación definitiva. 

Un film atento a los sentimientos de quienes todavía tienen intactas sus esperanzas en la posibilidad de vivir felices con una pareja.  Betsy Sharker (Los Angeles Times) ve a este director de forma muy parecida a nosotros: "Rob Reiner es un cineasta que tiene una forma de contar historias sobre los niños, bañando con  ambivalencia e inseguridad de su yo todavía en evolución,  que sabe transmitir en tono  sincero y auténtico (...) una historia de amor (...) ambientada en los años 60. Y aunque nuestros dos tortolitos, Juli y Bryce, viven en los suburbios de clase media, la experiencia se siente universal así como  la tantas veces estrenada  mayoría de edad...(Flipped y encantado.)



Andrew Barker (Variety) introduce algún matiz: " La nostalgia que consigue en última instancia es lo mejor del director Rob Reiner en "Flipped", una foto de familia bien intencionada sobre el primer amor, demasiado preocupado con detalles de época y lecciones de la vida, en lugar de centrarse en los caracteres genuinamente dulces que favorece el tema. (...) una pieza un tanto plomiza de trabajo, en la que sus considerables encantos están casi ahogadas por un extraño ritmo y la puesta en escena incómoda. (Reseña de Flipped).

La película ha gustado más al público que a la crítica, porque es, en verdad,  una cinta incómoda para quien opta por el papel infalible de los padres, el  pragmatismo,  los valores de la clase media americana y sus renuncias por una pequeña mejora de su vida familiar, y lo hace con naturalidad, de forma que se le entiende bien, pero, a la vez, sin rabia ni excesos, porque no quiere contarnos una historia excepcional, sino muy cotidiana, y eso duele más, si ves reflejadas tus frustraciones en ese gran espejo que es la pantalla cinematográfica. Por otro lado no propone un modelo de patriarca, sino dos, absolutamente contrapuestos, con un puente entre ambos, representado por un anciano que acumula toda la sabiduría que le da la edad y que lo convierte en el ser más respetable del film. Un punto a favor de Rob Reiner.




 

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