Los Juegos del Hambre: Sinsajo-Parte 1. Comentario.

Ficha técnica.


Comentario:

La primera parte de la tercera entrega de la saga de  'Los juegos del hambre', dedicada al símbolo de la revolución, 'el sinsajo', dirigida de nuevo por Francis Lawrence, eliminada toda la parte lúdica, se torna más oscura, en la forma y en el discurso, mientras su heroína se debilita por amor hacia dos hombres, transformando su lucha en una guerra individual para salvar a los suyos, y confirmando las palabras del presidente Snow, interpretado por Donald Sutherland: "Señorita Katniss, son las cosas que más queremos las que nos destruyen." Su amor por Peeta Mellark (Josh Hutcherson)  y Gale Hawthome ( Liam Hemsworth) la hacen dudar de su liderazgo. Pero todas estas circunstancias generan más tensión y expectativa en un público que apenas puede esperar otro año hasta  conocer el final de la historia.

El grado de compenetración de los equipos de producción y el uso magistral de la Banda Sonora, tanto el score músical  como el sonido, administrado con gran eficacia, envolvente y excitante para el espectador que no sólo quiere ver una película, sino meterse dentro de ella, alcanza en este caso un alto grado de excelencia y proporciona una experiencia intensa a  su público.

La luz empobrecida,  las ruinas, las fachadas desconchadas, los interiores sin luz y con mucho polvo, construyen un paisaje típico de guerra civil en Panem, un clima que nos acompaña desde el primer hasta el último minuto, en el que van apareciendo en  pantalla y se van presentando los personajes encarnados por Woody Harrelson, Elizabeth Banks, y el malogrado  Philip Seymour Hoffman, con un look depauperado y muy alejado de los colores brillantes de maquillajes, peinados e indumentaria imaginativa y kitsch  que los caracterizaba;  el film deja muy claro que los cambios que se han producido hasta la actualidad han sido duros y generalmente sangrientos, y se producen cuando los grupos de gente desesperada y dispuesta a dar su vida por una causa aumentan hasta hacer posible que el poder se tambalee. Secuencia como la de la voladura de una presa o la lucha en el bosque refuerzan esta creencia, y, cuando llega ese momento, incluso los habitantes del Capitolio que han disfrutado con los sangrientos 'Juegos del Hambre' comienzan a pagar las consecuencias de sus abusos.

Son frecuentes los cameos del mejor cine de ficción americano, y abundantes los homenajes a los mejores de sus creadores, incluido George Lucas, presente no sólo en los uniformes de los soldados, sino en secuencias que reproducen batallas, o en las apariciones de los líderes ante su pueblo o sus seguidores. Esta entrega que funciona a modo de transición entre los macabros juegos y la revuelta de los parias de Panem, carente del colorido que caracterizaba los dos anteriores episodios ya que la sociedad del espectáculo ha entrado en crisis, consiste en realidad en la presentación del escenario (los distritos destruidos en superficie y sus habitantes hacinados en inmensos bunkers , algunos convertidos en auténticos arsenales), las armas de que disponen los bandos, los personajes que van a protagonizar la revolución, es decir, todos los elementos deconstruidos de una nueva historia que poco o nada tiene que ver con las anteriores, de la que surgirá un nuevo mundo. O al menos es lo que esperamos todos.  Un buen adelanto de cómo puede ser ese final que todos esperamos.