Complot para la paz. Carlos Agulló y Mandy Jacobson



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Ficha técnica:

Título original: Plot for Peace.
País: Sudáfrica.
Año: 2013.
Duración: 81 minutos aprox.

Dirección: Carlos Agulló y Mandy Jacobson.
Guión y asesoramiento histórico: Stephen Smith.
Directores de Fotografía: Rita Noriega y Diego Olivier.
Música original: Anthony Partos.Canción original: Jono Ma y Nik Yiannikas.
Edición: Carlos Agulló.
Búsqueda en archivos: Nhlanhla Mthethwa.
Consultor histórico: Stephen Smith.
Diseño de sonido: Gabriel Gutiérrez.
Supervisor post-producción: Blas Gatera.

Productor: Mandy Jacobson.
Productores en línea: Danite Dlamini, Phumla Mkhize.
Productor asociado: Nanlie Steyn.
African Oral History, Indel B Media. Distribución vídeo: Cameo.

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Sinopsis:

A mediados de la década de 1980 Nelson Mandela está en prisión; el 'apartheid' o segregación racial es la ley imperante en Sudáfrica y atenaza toda la región. Todo el Sur de África está al borde de la guerra. Plot for Peace es un thriller político que narra por vez primera la aventura secreta del empresario francés Jean-Yves Olivier, quien consiguió en los años 80 involucrar a una serie de líderes políticos secretos para sembrar la semilla del diálogo de paz regional que condujo a la liberación de Mandela. ¿Un agente doble? ¿Un conseguidor?





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Comentario:

Muy oportunamente, cuando la 'novela negra' de 'El pequeño Nicolás' hace correr ríos de tinta y consigue amplias cuotas de pantalla en televisiones públicas o privadas y de diferentes tintes ideológicos, el diario 'El País' incorpora en su colección de documentales esta película, Plot for peace, que gira en torno a un personaje muy particular, Jean Yves-Olivier, un 'hombre de negocios', que contribuyó a derrocar el régimen de segregación racial de Pretoria, un grave escollo para la paz en una zona en la que se concentraban grandes intereses económicos y políticos y en la que era necesario imponer la tranquilidad que necesita el dinero. Odile Biyidi, Presidenta de la ONG 'Survie' (Francia), cree que este individuo pertenecía al servicio secreto, que  su presentación como "hombre de negocios" era sólo un tapadera "La influencia que tienen estos personajes,  que no ostentan ningún cargo oficial, ni pertenecen a ningún partido político, es algo absolutamente antidemocrático.  A menudo hay que recurrir a los ministros, porque estos intermediarios intervienen sin rendirle cuentas a nadie, excepto al presidente."

Un personaje, tomado de espaldas, hace un solitario en  una estancia que no podemos ver; un millonario sin descendencia que ha dedicado su vida  a lo que llama su 'jardín secreto', según reza una voz en off, que se parece al mundo. "Como en la vida, uno no juega con las cartas que desearía tener, sino con las que tiene a mano. Creo el orden a partir del caos, aplico una regla al azar." "El éxito, si es que lo hay, es el resultado de la suerte revisada y corregida por el hombre."Este personaje de opereta sin embargo existió, no es una ficción, como lo prueba el hecho de que "cuando Mandela supo de la contribución de Jean-Yves Olivier al final del apartheid lo nombró Gran Oficial de la Orden de Buena Esperanza. El "misterioso francés" se convirtió en la única persona distinguida tanto por el régimen del apartheid como por la nueva Sudáfrica." A los diecisiete años ya fue encarcelado por sus maniobras en la 'Batalla de Árgel', (en concreto llevar mensajes secretos ¿?), que acabó con el exilio de más de un millón de franceses, repatriados a su país.



Activistas como Winny Mandela confiesan haberse sentido muy mal al descubrir cuál fue  el papel de este 'empresario', que no despreciaba hacer negocios en el transcursos de sus mediaciones, en las más altas esferas, por la paz: " Nunca dijo nada acerca de su contribución. Me sentí así de pequeña (hace un gesto juntando el pulgar y el índice) al descubrir quién era y por qué se mostraba tan solidario con nuestra lucha." "No creo que desempeñara un papel político", dice el Expresidente de la República de Sudáfrica Thabo Mbeki. "Sin embargo está claro que no hubiera recibido una medalla de Mandela si no hubiéramos apreciado su papel", alega Mathews Ohosa, activista de la ANC. ¿Era un agente doble? Algo de estos sospechaban todos, pero no les preocupaba, revela Joaquim Chissano, Expresidente de la República de Mozambique: "No le contábamos lo que no queríamos que supiese."

Jamás pidió dinero, sino que gastó en la liberación de prisioneros de su propio bolsillo, al menos en apariencia. El Apartheid suponía un grave riesgo para los intereses económicos de los países occidentales en la zona, ya que la República de Sudáfrica estaba rodeada de territorios, (Angola, Zambia, Mozambique, Zimbabwe, Botswana, y la República Sudafricana ocupada) a los que llamaban 'el frente', pro-rusos y comunistas, algo que empeoró cuando Fidel Castro tomó el poder en Cuba, con intereses en la zona. Jean-Yves Olivier terció en asuntos políticos, pero, como todo hombre de negocios, "si podía intervenir y obtener luego algún beneficio mejor", según Jacinto Veloso, Ministro de Seguridad y cooperación de Mozambique. Había ganado mucho dinero, había hecho muchos contactos, conocía a gente en todo el mundo (Michael Ledeen, Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU.), y África es un país en el que sólo un individuo puede causar un gran impacto.

Esto es lo que se nos quiere hacer creer respecto a un continente al que se le mantiene en el neolítico, pero qué pasa cuando un personaje  de este cariz aparece en un país desarrollado como España (misterio del llamado 'Pequeño Nicolás) .Parece ser que los líderes negros no dan tanta credibilidad al hecho de que este hombre jugara en solitario, como revela el ex-presidente sonriente de Mozambique, como le dan en nuestros lares. La diferencia estriba en el marco de actuación, internacional en el caso del extraño personaje que protagoniza el film, en plena época de guerra fría: las épocas de oscuridad parece que favorecen el surgimiento de estos hombres, que parecen extraídos de una novela negra y que se parecen muy poco al agente 007.





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