Sissi . Ernst Marischka.
Ficha técnica:
Título original: Sissi.
País: Austria.
Año: 1955.
Duración: 105 minutos.
Dirección: Ernst Marischka.
Guión: Ernst Marischka.
Dirección de Fotografía: Bruno Mondi.
Cámara: Herbert Geier.
Música: Anton Profes.
Edición: Alfred Srp.
Diseño de Vestuario: Gerdago, Fran Szivats.
Productor: Karl Ehrlich.
Productores ejecutivos: Fritz Andraschko y Kurt Miksch
Compañías. Productora: Erma Films.Herzog Filmverleih
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Intérpretes:
Romy Schneider : Sissi,
Karl heinz Böhm: Kaiser (de César)Francisco José,
Magda Schneider: Duquesa Ludovica de Baviera,
Uta Franz: Princesa Elena de Baviera, Nene.
Gustav Knuth: Duque Max de Baviera,
Vilma Degisher: Archiduquesa Sofía,
Joseph Meinrahd: Mayor de la gendarmería,
Erik Nikovitz: Archiduque Carlos Francisco,
Karl Fochler: Graf Grünne,
Franz Böheim: Johann Petzmacher,
Peter Weck: Archiduque Carl-Ludwig,
Hilde Wagener: Baronesa Wulffen,
Egon Von Jordan: Primer ministro Graf Arco,
Richard Eybner: Administror de Correos de Von Ischl,
Otto Tressler : Mariscal de campo Radetzky,
Ulrich Bettac...
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Sinopsis:
Francisco José debe casarse y, aunque su madre ya ha pensado en Helena, una joven princesa bávara, el emperador se enamora perdidamente de Elizabeth (Sissi), una joven espontánea y poco convencional que detesta el rígido protocolo de la Corte de los Habsburgo. A pesar de que su decisión de casarse con ella no cuenta con la aprobación de su madre, la boda se celebrará.
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Comentario
Ernst Marishka abordó la etapa de la juventud de la Emperatriz Isabel, llamada popularmente 'Sissi', y dividió su historia en una saga de tres películas: Sissi, (1955), Sissi Emperatriz, (1956) y El destino de Sissi (1957), que han logrado mantener su vigencia a lo largo del tiempo y seguir interesando en el siglo XXI, casi sesenta años después de ser realizadas, merced a dos elementos fundamentales en una forma de creación artística que se basa en la imagen, como es el cine: la belleza de los paisajes austriacos, -Innsbruck, 'capital' del Tirol, y Bad Ischl-, y la de su protagonista principal, que cede su nombre a la franquicia, Romy Schneider, que interpreta a la emblemática mujer, que estuvo al frente del imperio austro-húngaro en su agonía y murió víctima de las circunstancias históricas que removieron los cimientos de Europa. Su modernidad, liberalidad y belleza, que la unieron sentimental e intelectualmente, al que las masas populares llaman 'El rey loco', Luís II de Baviera, que levantó el edificio del idealismo alemán apoyado en dos elementos básicos, la impresionante fortaleza del castillo de Fussen y el mecenazgo de Richard Wagner, fascinó a un cineasta, que fue considerado durante mucho tiempo uno de los más grandes del siglo XX, Luchino Visconti.
En esta primera entrega nos muestra la forma en la que el emperador se enamoró de su prima, una niña de diecisiete años, una especie de amor fu o flechazo, en lo que algunos verían un defecto del guión, ya que no hacía mucho tiempo que ambos jóvenes (Francisco José tenía 23 años) habían estado juntos, apenas hacía un año, en Innsbruck, aunque no deja de ser cierto que a esas edades las jóvenes pueden cambiar mucho en tan solo un año, cuando son todavía adolescentes y continúan creciendo.No hay hechos destacables, ni en texto, ni en el contexto, excepto el hito romántico de la elección de su prometida mediante la entrega de todas las rosas rojas que el palacio había adquirido para el baile de cumpleaños del emperador, la llegada de Sissi a Viena para contraer matrimonio con el monarca, navegando por el Danubio y el traslado de la princesa a la Iglesia en la que va a contraer matrimonio en una frágil carroza de cuento. Sigue embelesando ese gusto austriaco por lo frágil, contenido, incluso en la ostentación. Un país en el que parece que las distancias entre los que más tienen y las masas no son escandalosas, algo que se pone en evidencia cuando las cámaras penetran en el palacio de Possenhofen, donde Sissi pasó la mayor parte de su infancia, no muy diferente de las casas de los burgueses, incluso de los trabajadores que aun en la actualidad, cuando la economía mundial ha entrado en crisis por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, viven en casas en las que lo más caro no es el espacio.
Romy Schneider representa con su imagen a la emperatriz muy preocupada por mantener su talle de 48 centímetros, una mujer que hoy sería considerada anoréxica, que se alimentaba frugalmente lo que le permitía mantener esa apariencia juvenil a lo largo del tiempo. A diferencia de la actriz, era una mujer más alta que Francisco José; en ciertas ocasiones parece sorprendente que Romy pueda mantenerse de pie con una cintura y un cuerpo tan estrecho.
Lo cierto es que Sissi no solo enamoró al emperador de Austria,- al menos en la ficción, ya que la realidad parece ser bien diferente a lo narrado-, sino también a un público de todos los tiempos, erigiéndose en el paradigma de la princesa de cuento, con sus elaborados peinados (parece que la emperatriz dedicaba un día entero a la semana a cuidar su larga cabellera).cuajados de briillantes en forma de flechas, estrellas o diademas, que hacen soñar a tantas niñas fascinadas por el estilo más kitsch, basado en colores pastel. recubiertos con una pátina reluciente, grandes miriñaques, enormes colas y apretadísimos corsés.
Ernst Marishka abordó la etapa de la juventud de la Emperatriz Isabel, llamada popularmente 'Sissi', y dividió su historia en una saga de tres películas: Sissi, (1955), Sissi Emperatriz, (1956) y El destino de Sissi (1957), que han logrado mantener su vigencia a lo largo del tiempo y seguir interesando en el siglo XXI, casi sesenta años después de ser realizadas, merced a dos elementos fundamentales en una forma de creación artística que se basa en la imagen, como es el cine: la belleza de los paisajes austriacos, -Innsbruck, 'capital' del Tirol, y Bad Ischl-, y la de su protagonista principal, que cede su nombre a la franquicia, Romy Schneider, que interpreta a la emblemática mujer, que estuvo al frente del imperio austro-húngaro en su agonía y murió víctima de las circunstancias históricas que removieron los cimientos de Europa. Su modernidad, liberalidad y belleza, que la unieron sentimental e intelectualmente, al que las masas populares llaman 'El rey loco', Luís II de Baviera, que levantó el edificio del idealismo alemán apoyado en dos elementos básicos, la impresionante fortaleza del castillo de Fussen y el mecenazgo de Richard Wagner, fascinó a un cineasta, que fue considerado durante mucho tiempo uno de los más grandes del siglo XX, Luchino Visconti.
En esta primera entrega nos muestra la forma en la que el emperador se enamoró de su prima, una niña de diecisiete años, una especie de amor fu o flechazo, en lo que algunos verían un defecto del guión, ya que no hacía mucho tiempo que ambos jóvenes (Francisco José tenía 23 años) habían estado juntos, apenas hacía un año, en Innsbruck, aunque no deja de ser cierto que a esas edades las jóvenes pueden cambiar mucho en tan solo un año, cuando son todavía adolescentes y continúan creciendo.No hay hechos destacables, ni en texto, ni en el contexto, excepto el hito romántico de la elección de su prometida mediante la entrega de todas las rosas rojas que el palacio había adquirido para el baile de cumpleaños del emperador, la llegada de Sissi a Viena para contraer matrimonio con el monarca, navegando por el Danubio y el traslado de la princesa a la Iglesia en la que va a contraer matrimonio en una frágil carroza de cuento. Sigue embelesando ese gusto austriaco por lo frágil, contenido, incluso en la ostentación. Un país en el que parece que las distancias entre los que más tienen y las masas no son escandalosas, algo que se pone en evidencia cuando las cámaras penetran en el palacio de Possenhofen, donde Sissi pasó la mayor parte de su infancia, no muy diferente de las casas de los burgueses, incluso de los trabajadores que aun en la actualidad, cuando la economía mundial ha entrado en crisis por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, viven en casas en las que lo más caro no es el espacio.
Romy Schneider representa con su imagen a la emperatriz muy preocupada por mantener su talle de 48 centímetros, una mujer que hoy sería considerada anoréxica, que se alimentaba frugalmente lo que le permitía mantener esa apariencia juvenil a lo largo del tiempo. A diferencia de la actriz, era una mujer más alta que Francisco José; en ciertas ocasiones parece sorprendente que Romy pueda mantenerse de pie con una cintura y un cuerpo tan estrecho.
Romy Schneider |
Isabel de Baviera |
Lo cierto es que Sissi no solo enamoró al emperador de Austria,- al menos en la ficción, ya que la realidad parece ser bien diferente a lo narrado-, sino también a un público de todos los tiempos, erigiéndose en el paradigma de la princesa de cuento, con sus elaborados peinados (parece que la emperatriz dedicaba un día entero a la semana a cuidar su larga cabellera).cuajados de briillantes en forma de flechas, estrellas o diademas, que hacen soñar a tantas niñas fascinadas por el estilo más kitsch, basado en colores pastel. recubiertos con una pátina reluciente, grandes miriñaques, enormes colas y apretadísimos corsés.
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