Abierto hasta el amanecer. Robert Rodriguez

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Ficha técnica:

Título original: From Dusk Till Dawn.
País: Estados Unidos.
Año: 1995.
Duración: 103 minutos

Dirección: Roberto Rodriguez.
Guión: Quentin Tarantino. basado en una historia de Robert Kurtzman.
Casting: Johanna Ray, c.s.a. & Elaine J.Huzzar.
Director de Fotografía: Guillermo Navarro.
Música: Graeme Revell.
Edición : Roberto Rodriguez.
Coordinador de especialistas: Steve Davison.
Director artística: Mayne Schuyler Berke.
Decorador del set: Felipe Fernández del Paso.

Diseño de Vestuario: Graciela Mazón.
Maquillaje efectos especiales: Kurtzman, Nicotero & Berger EFX Group.
Responsable de peluquería y maquillaje de los artistas: Ermahn Ospina

Productor: Gianni Nunnari, Meir Teper.
Co-Productores: Elizabeth Avellán, Paul Hellerman, Robert Kurtzman, John Esposito.
Producores ejecutivos: Lawrence Bener, Roberto Rodriguez, Quentin Tarantino.
Diseño de Producción: CeciliaMontiel.
Miramax International presenta a Dimension Films presentan ABand Apart en asociación con Los Hooligans Productions.

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Intérpretes:

Harvey Keitel: Jacob Fuller,
George Clooney: Seth Gecko,
Quentin Tarantino: Richard Gecko,
Juliette Lewis: Kate Fuller,
Ernest Liu: Scott Fuller,
Salma Hayek: Satánico Pandemonium,
Brenda Hillhouse: Gloria,
Marc Lawrence: Old Timar.
Cheech Marin: Border Guard, Chet Pussy y Carlos.
Michael Parks: Earl McGraw, ranger de Texas.
Kelly Preston: Kelly, enorme locutor de noticias,
John Saxon: Agente Stanley  FBI.
Danny Trejo: Razor Charlie.
Fred Williamson, Tom Savini...

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Sinopsis:

Dos hermanos, Seth (George Clooney) y Richard (Quentin Tarantino)  son los criminales más peligrosos de América. Escapar no les será fácil y menos con el FBI y la policía de Texas pisándoles los talones. Con la familia Fuller de rehenes (Harvey Keitel y Juliette Lewis), quienes serán su tapadera a punta de pistola, irán directos a México en caravana. Cumplido el objetivo de atravesar la frontera mejicana,pasarán la noche en la Teta Enroscada, un delicioso local, mientras nadie sangre.

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Críticas: 

Pocas veces Pablo Kurt (Filmaffinity)   hace el comentario de una película, dejando reservado este espacio a sus lectores; con Roberto Rodriguez hace una excepción. Unos criminales raptan a una familia y emprenden un viaje en su camioneta, hasta que hacen parada en un apartado local en medio del desierto. Pero en el siniestro garito, lo mismo te sirven tequila que sangre de un cliente despistado... Tan entretenida en su conjunto como a ratos irritante, una excelente primera parte -con el trepidante e ingenioso toque "tarantino"- se trunca en un desfase vampiresco, ahora con el exagerado y visceral toque "tarantino". Lo mejor, algunos diálogos y el hipnótico, sinuoso y sexy baile de Salma Hayek con la serpiente.

Tarantino divide su película en dos partes igual de gamberras  y  desmedidas pero con diferentes connotaciones: en la primera el riesgo corre a cargo de individuos muy violentos que disponen de la posibilidad de adquirir armas en cualquier supermercado, a pesar de tener antecedentes criminales y enfermedades psíquicas importantes. Con estos mimbres y la existencia de locales en los que se vende toda clase de recuerdos y groceries (comestibles), incluidas bebidas alcohólicas,  sórdidos y abandonados  en medio del desierto polvoriento, al lado de carreteras desiertas, el resultado es el esperado por cualquier mente calenturienta, sin necesidad de que sea la de Tarantino, que no contento con pasárselo de miedo a costa de Robert Rodriguez, al que vampirizó tras sus brillantes inicios, con aquella película tan llena de encanto como 'El Mariachi' (1992) , lo dejó casi sin fuerzas para poder desarrollar una carrera importante, a pesar de tener en su haber algún que otro éxito entre sus  fans, como Sin City, de dirección colegiada (él mismo, Quentin Tarantino y Frank Miller, 2005).

Tras cometer una serie de crímenes muy violentos y secuestrar a una familia constituida por un pastor protestante, viudo, y sus hijos adoptivos ( es difícil saber a qué obedece la elección de la nacionalidad de los chicos), y tras cruzar la frontera de México, la película cambia absolutamente de dirección al llegar a un lugar absolutamente bizarro y marciano, una bar de copas, abierto hasta el amanecer, 'Las tetas enroscadas', que en realidad es un lugar de encuentro de horribles zombies,y se torna una historia de 'terror', transición brusca que deja al espectador hipnotizado, como sometido a una experiencia lisérgica que le hace perder la noción del lugar en el que está. Desde luego, sea cual sea el sitio ha que ha sido trasladado es un lugar en el que no gobierna la lógica ni la razón. La frase lapidaria que pronuncia George Clooney al final de la cinta produce verdadera perplejidad.

Una película que corresponde a otros tiempos, a la década de los 90, en la que parecía que todo era posible, incluso el nacimiento de un cineasta como Quentin Tarantino, un joven que disfrutaba con los cómics, pero también con la literatura y el cine que emanaba de Cahiers du Cinema y la Nouvelle Vague así como con el cine oriental. Este joven se permitía apadrinar a otros jóvenes como Roberto Rodríguez que le siguió en esta especie de juego de niños gamberros, en el que el propio Tarantino representa el papel más emblemático, en cuyo cuerpo, como ocurría en las películas de otro enfant terrible, Sam Raimi, 'Rápida y mortal', las balas que lo atravesaban dejaban agujeros lo suficientemente grandes como para dejar pasar no sólo el aire, sino incluso la luz y fragmentos de imágenes. Todo estaba permitido en pro de la más salvaje diversión. Un joven George Clooney incrementa el atractivo de la película y no sólo por su apariencia física, sino por su capacidad para manifestar el contraste entre los pensamientos que expresa verbalmente y lo que sugiere su  lenguaje no verbal; un asesino sin escrúpulos, manchado de sangre de los pies a la cabeza, le confiesa al pastor que él no creía en Dios, pero tras ver la maldad absoluta, que sólo podía proceder del propio averno, había conseguido la prueba irrevocable de su existencia, pues le permitía concluir que si existe el infierno, existe por contraposición el cielo. Es una forma indirecta, rebuscada y cínica de llegar a la fe.