Invincible. Ericson Core
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Ficha técnica:
Título original: Invincible.
País: Estados Unidos.
Año: 2006.
Duración: 104 minutos.
Dirección: Ericson Core.
Guión: Brad Gann, basado en la historia de Vincent Papale.
Casting: Sheila Jaffe, c.s.a.
Director de Fotografía: Ericson Core.
Música: Mark Isham
Edición: Terry Greenberg.
Director artístico:Charley Beal.
Decorador del set: Frank Galline, s.d.a.a.
Diseño de Vestuario: Susan Lyall.
Jefe de Departamento de maquillaje: Lori Hicks.
Jefe de Departamento de peluquería: Donna Marie Fischette.
Productores: Gordon Gray y Mark Ciardi, Ken Mok.
Productores ejecutivos: Victor H.Constantino, Nicole Reed, Ezra Swerdlow.
Productor asociado: Jonathan Mone.
Diseño de producción: Sarah Knowles.
Walt Disney presenta a Mayhem Pictures Production.
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Intérpretes;
Mark Wahlberg: Vince Papale,
Greg Kinnear: Dick Vermeil,
Elizabeth Banks: Janet,
Michael Rispoli: Max,
Kevin Conway: Frank Papale,
Kirk Acevedo: Tommy,
Dov Davidoff: Johnny,
Michael Kelly: Pete,
Nicoye Banks: TJ Banks,
Stink Fisher: Denny Franks,
Michael Mulheren: AC Craney
Michael Nouri:Mr.Tose
Jack Kehler: Wade Chambers,
Paige Turco: Carol Vermeil.
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Sinopsis:
La película de Ericson Core está basada en un suceso real. Uicada en 1976 nos cuenta la historia de un hombre corriente, Vince Papale, un joven de treinta años subempleado, barman y profesor a tiempo parcial, aficionado al football americano y seguidor de los Philadelphia Eagles, juego que sólo había practicado un año, cuando estudiaba en el instituto. Un día acude a la cita del entrenador de su equipo preferido y es seleccionado para formar parte de su plantilla, algo que jamás se hubiera atrevido a soñar.
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Comentario:
La opera prima de una escasa filmografía de Ericson Core, ex-director de fotografía, nos golpea fuertemente cuando se vuelve sobre ella en 2015. El cineasta nos presenta una sociedad norteamericana absolutamente desconocida, al menos para los europeos, filmada sin brillo ni esplendor, con un filtro amarillo que nos muestra unos barrios hundidos, quemados, empobrecidos, que se hacina en casas depauperados, deficientemente iluminadas que evidencian una pobreza energética de la población, que corresponde a una población masculina subempleada, en pie de guerra contra unos empresarios que la ahoga. Estos hombres, apenas se ven mujeres fuera del ámbito del hogar, ocupan su tiempo de ocio, más o menos prolongado en función de su empleo o la carencia de él, entre un descampado en el que juegan al fútbol americano, o en el modesto pub que rige un camarada más que, en ocasiones, les proporciona unas horas de trabajo en su precario negocio.
Vince Papale es el paradigma del joven treintañero actual: un universitario víctima de los recortes que se venían ya produciendo en la enseñanza pública, en la que impartía algunas horas sueltas a la semana, y subempleado en el pub del barrio. que es abandonado por su mujer, quien considera que es un perdedor que no sabe progresar y que jamás llegará a ninguna parte. Cuando la mujer lo abandona le deja una casa absolutamente vacía y un ánimo repleto de complejos de culpa e inferioridad. Llama poderosamente la atención cómo un observador de la categoría de este cineasta viera tanto donde la mayoría veía tan poco, cuando estaba a punto de estallar en sus propias narices la burbuja inmobiliaria que dejaría al descubierto estafas como la las subprime, apalancamientos como el de Lehman Brothers, y todo tipo de negocios fraudulentos en torno a una quimera.
En este contexto no faltaban mujeres y hombres como la esposa de Vincen que no sólo reclamaban a su compañero algo que ya no podían pedir a nadie, al menos en su medio social, cuando estaban a punto de perderlo todo. Los jóvenes se hundían junto a su austoestima en estos locales de copas en los que compartían con quienes estaban en una situación parecida la poca humanidad que les quedaba y que se repartía entre los dos equipos favoritos: los Giant y los Eagles. Hoy se habla de incremento del empleo, pero los periódicos advierten de que éste ya no volverá a ser lo que era, sino de la clase del que disfrutaba Vincen. Un contrato fijo no significa un empleo que saque al trabajador de la pobreza y ni tan siquiera que garantice la satisfacción de sus necesidades básicas, ni evite su pobreza energética. Conocemos poco de este cineasta, pero nos sorprende su mirada penetrante e incisiva a la sociedad americana, la que no vive en los suburbios formados por casitas rodeadas de jardín; no obstante, algunos directores de cine como David O.Russell, en películas como 'El lado bueno de las cosas', (2012), una comedia muy bien recibida dentro y fuera de EE.UU. ya nos mostraba la fragilidad de estas edificaciones y su penosa y pobre decoración, en casas como la de Robert De Niro, un hombre que había perdido su pensión, sin que se haga explícita la causa.
La opera prima de una escasa filmografía de Ericson Core, ex-director de fotografía, nos golpea fuertemente cuando se vuelve sobre ella en 2015. El cineasta nos presenta una sociedad norteamericana absolutamente desconocida, al menos para los europeos, filmada sin brillo ni esplendor, con un filtro amarillo que nos muestra unos barrios hundidos, quemados, empobrecidos, que se hacina en casas depauperados, deficientemente iluminadas que evidencian una pobreza energética de la población, que corresponde a una población masculina subempleada, en pie de guerra contra unos empresarios que la ahoga. Estos hombres, apenas se ven mujeres fuera del ámbito del hogar, ocupan su tiempo de ocio, más o menos prolongado en función de su empleo o la carencia de él, entre un descampado en el que juegan al fútbol americano, o en el modesto pub que rige un camarada más que, en ocasiones, les proporciona unas horas de trabajo en su precario negocio.
Vince Papale es el paradigma del joven treintañero actual: un universitario víctima de los recortes que se venían ya produciendo en la enseñanza pública, en la que impartía algunas horas sueltas a la semana, y subempleado en el pub del barrio. que es abandonado por su mujer, quien considera que es un perdedor que no sabe progresar y que jamás llegará a ninguna parte. Cuando la mujer lo abandona le deja una casa absolutamente vacía y un ánimo repleto de complejos de culpa e inferioridad. Llama poderosamente la atención cómo un observador de la categoría de este cineasta viera tanto donde la mayoría veía tan poco, cuando estaba a punto de estallar en sus propias narices la burbuja inmobiliaria que dejaría al descubierto estafas como la las subprime, apalancamientos como el de Lehman Brothers, y todo tipo de negocios fraudulentos en torno a una quimera.
En este contexto no faltaban mujeres y hombres como la esposa de Vincen que no sólo reclamaban a su compañero algo que ya no podían pedir a nadie, al menos en su medio social, cuando estaban a punto de perderlo todo. Los jóvenes se hundían junto a su austoestima en estos locales de copas en los que compartían con quienes estaban en una situación parecida la poca humanidad que les quedaba y que se repartía entre los dos equipos favoritos: los Giant y los Eagles. Hoy se habla de incremento del empleo, pero los periódicos advierten de que éste ya no volverá a ser lo que era, sino de la clase del que disfrutaba Vincen. Un contrato fijo no significa un empleo que saque al trabajador de la pobreza y ni tan siquiera que garantice la satisfacción de sus necesidades básicas, ni evite su pobreza energética. Conocemos poco de este cineasta, pero nos sorprende su mirada penetrante e incisiva a la sociedad americana, la que no vive en los suburbios formados por casitas rodeadas de jardín; no obstante, algunos directores de cine como David O.Russell, en películas como 'El lado bueno de las cosas', (2012), una comedia muy bien recibida dentro y fuera de EE.UU. ya nos mostraba la fragilidad de estas edificaciones y su penosa y pobre decoración, en casas como la de Robert De Niro, un hombre que había perdido su pensión, sin que se haga explícita la causa.
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