La teoría del todo. Comentario.











Ficha técnica y crítica. Pinchad aquí.


El biopic de Stephen Hawking. realizado por James Marsh  (Man on wire) no aporta prácticamente nada en lo que se refiere a la expresión formal, ni tan siquiera a la comprensión, por parte de su público, de la aportación del físico a la teoría de la relatividad general, sus teoremas respecto a las singularidades espacio - temporales en el marco de la relatividad general, o su " predicción teórica de que los agujeros negros emiten radiación, lo que se conoce hoy en día como radiación de Hawking, denominada  a veces  radiación Bekenstein-Hawking", (Wikipèdia), aunque sea con la intención de la divulgación más vulgar (y valga la redundancia). Su interés es más humano que científico, por lo que, tras una breve introducción en la que vemos al joven Hawking en plenitud de fuerzas físicas, conviviendo con un compañero en su habitación doble, cubierta de la elegante madera de instituciones como la Universidad de Oxford. constituida por colegios, una estructura muy difícil de imaginar en España, y participando en el aristocrático deporte de remo con otros egregios estudiantes. Al comenzar sus estudios universitarios se vio obligado a matricularse en física y no en matemáticas, su pasión del momento, especializándose en termodinámica, mecánica cuántica y relatividad; tras un breve prólogo de estos momentos en los que el joven estaba en plenitud de fuerzas físicas  y con sus esperanzas intactas respecto al futuro.

Tras la aparición de los primeros síntomas de la enfermedad motoneuronal relacionada con la esclerosis lateral amiotrófica, conocida como ELA que  ha ido agravando su estado con el paso de los años, comienza el cuerpo central y la conclusión de una historia, cuyo objetivo discursivo y formal es mostrar su degradación física, que no afecta ni al cerebro ni al instinto de preservación como especie, que responde a instintos primarios y no motores, gracias a lo cual podrá tener tres hijos, desarrollar sus teoremas e incluso tener amantes. Marsh se regodea en este aspecto casi morboso, que permite el lucimiento del actor y la posibilidad de  catapultarlo hacia los Oscars, y que ayuda al espectador a ganarse el cielo, pero que apenas contribuye al  conocimiento del personaje. Hawking ganó notoriedad especialmente por su lucha contra la muerte y a favor de la vida, que le ha permitido sobrepasar con mucho el umbral de dos años de supervivencia que le pronosticaron, (nacido en 1942 tiene ya 72 años) y por su afán de conectar con la gente a cualquier precio, que lo ha convertido en uno de los más importantes divulgadores de la ciencia, junto a Isaac Asimov, quien fue,además considerado, junto a Robert A. Heinlein y Arthur C. Clarke, uno de los tres escritores más grandes de ciencia-ficción. El intentar asociarlo al mundo académico y a una sociedad de científicos selectos, no sólo por sus conocimientos, sino por su estatus económico y social, ha oscurecido este aspecto crucial de su biografía.

La historia se centra en la pareja formada por el físico y su primera esposa Jane Hawking (Felicity Jones), y junto a ellos, los amantes de ambos Jonathan (Charlie Cox) y Elaine (Maxine Peake),  el compañero de cuarto de Oxford , Brian (Harry Lloyd),  y el profesor Dennis Sciama (David Tewlis), , En papeles mucho más secundarios, Emily Watson como madre de Jane y  Simon McBurney,como padre de Stephen, representan papeles muy subsidiarios. Jane, de formación religiosa, viene de un mundo muy diferente al de su compañero y marido, y  a través de ellos se plantea de nuevo la lucha entre la ciencia y dios, el mito de Prometeo. Hasta tal punto incide el cine en esta cuestión que, tras el estreno de Prometeus de Ridley Scott, el diario oficioso del Vaticano, L'Osservatore Romano, advertía de que es una mala cosa desafiar a los dioses, y hasta tal punto llegan a preocupar a la Iglesia de Roma estas películas que cuestionan la existencia del más allá,  que hacen que Maria Dolores Prieto Santana, se plantee en un post de la web www.tendencias.21.net, de la Universidad de Comillas, si marca de algún modo la ciencia-ficción tendencias en las religiones. La influencia del cine en las masas parece preocupar mucho más a las jerarquías eclesiásticas que a los críticos; mientras la Iglesia exorcizaba casi todas las películas de Ridley Scott (Blade Runner.Alien,el octavo pasajero,Prometeus...) o de Ron Howard, (El Código Da Vinci I y II), hay quien se molesta por el simple hecho de que otro le señale la presencia de estas reflexiones en algunos films.

Stephen Hawking está inmerso en la elaboración y la demostración posterior de una teoría que lo demuestre todo ,el origen y el fin del universo,el bing y el bang, los agujeros negros..., mientras su esposa espera que encuentre a Dios en algún punto de sus investigaciones. Un h ombre que asiste a una de sus conferencias no puede entender como puede soportar su existencia sin el apoyo de una creencia o una filosofía que la sustente, y no puede imaginar cómo vive  un científico abierto a todo, incluso a los dioses si se los encuentra en el camino, cosa que no le ha sucedido,al parecer,de momento. En este aspecto el film recoge bien el ambiente de la época, incluida la hipocresia de la sociedad que alcanza sus cuotas más elevadas cuando el físico es nombrado caballero por la Reina de Inglaterra y lo acompaña a la recepción su esposa legal que hace mucho tiempo que ha dejado de ser su compañera real, y sus hijos.Hoy, su majestad británica ha tenido que soportar, tras una serie de acontecimientos muy escabrosos, que su hijo,el heredero envejecido de la corona, se case con su amante de toda la vida. Esto es lo que esconden los vetustos muros del palacio de Buckingham, la Abadía de Westminster y la agrupación de prestigiosos colegios de Osford y Cambridge, que cuestionó seriamente Gregory J. Read en Like Minds,película que protagonizó el mismo Eddie Redmayne.

Quien sale peor parada de este idílico ambiente de lujo severo y de rancio abolengo es la amante de Hawking, la que sustituyó a Jane,que hacía ya tiempo que se sentía atraída por el director del coro de la Iglesia Jonathan,  y que había empezado a flaquear en su convivencia con el sabio; las habladurías en torno a esta relación se dispararon hasta el extremo de atribuir al joven el último hijo de la pareja; pero la aparición de esta mujer que prepara al joven para interactuar con la maquina habladora es vista por la cámara como la irrupción de una intrusa que se interpone entre el marido y la mujer, una auténtica 'lagartona' que rompe un sagrado matrimonio, que, por otra parte hacía tiempo que ya estaba roto.Las últimas imágenes de la'sagrada familia' gozando de su unidad en los jardines palaciegos, combinadas con imágenes retroactivas de la vida en común de la pareja, son muy elocuentes. Pequeñas pinceladas que construyen un mundo de apariencia sólida que hace ya mucho tiempo que no existe, pero que sigue epatando a un sector del público que vive de la experiencia vicaria, que le permite entrar en ambientes tan distinguidos, de la mano de estos personajes.

Estamos de acuerdo, pues, con Israel Paredes Badía cuando afirma que : "La teoría del todo funciona de forma extraña porque Marsh es capaz de imprimir a la narración un magnífico ritmo, su puesta en escena es perfecta, impecable,con un toque académico muy inglés, pero tan elegante y tan bien construida, con muy buenos momentos, que se aleja de la frialdad británica (...) una película, decíamos, que funciona de forma extraña, porque nada en ella, en realidad, molesta demasiado, pero tampoco consigue atrapar constantemente al espectador (...) las grandes virtudes de la película acaban convirtiéndose en sus defectos, tanta corrección y perfección, en ocasiones, acaba dando como resultado, si no una mala película, que no lo es, si una obra insulsa y sin mordiente." (La fórmula del " biopic", Dirigido por..., enero 2015, página 34.).




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