Luis II de Baviera. Luchino Visconti.






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Ficha técnica: 

Título original: Ludwig II.
Año: 1972.
País: Co-Producción de Italia, Francia y Alemania.
Duración: 264 minutos.

Dirección: Luchino Visconti.
Guión: Luchino Visconti, Enrico Medioli, Susso Cecchi D'Amico.
Director de fotografía: Armando Nannuzzi.
Música: Robert Schumann, Richarda Wagner (en el film se estrena una obra inédita ) y Jacques Offenbach. Solista de piano y director de orquesta: Franco Mannino.
Edición: Ruggero Mastroianni. Asistentes de montaje: Lea Mazzocchi y Stefano Patrizi.
Director de escenografía: Mario Chiari.
decorador del set: Vincenzo Eusepi.
Efectos especiales: E & G. Baciucchi.

Diseño de  Vestuario: Piero Tosi. Vstuario: Ditta Tirelli y SAFAS, s.rl. (Roma)
Maquillaje: Alberto de Rossi.
Jefe de Peluquería: Grazia De Rossi.

Productor ejecutivo: Robert Gordon Edwards.
Director de producción: Lucio Trentini.
Compañías productoras: Mega Films, Cinétel, Dieter Geissler Filmproduktion, Divina Film.


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Ficha artística: 

Helmunt Berger: Ludwig II.
Romy Schneider: Elisabetta de Austria. (Nombre enmarcado en un recuadro y muy destacado).
Trevor Howard: Richard Wagner.
Silvana Mangano: Cosima Von Bülow.
Gert Fröbe: Padre Hoffman.
Helmunt Griem: Dürckheim.
Isabella Telezynska: Reina Madre,
Umberto Orsini: Conte Von Holnstein.
John Moulder Brown : Príncipe Otto.
Sonia Petrova: Princesa Sofía,
Folker Bohnet: Joseph Kainz,
Heinz Moo: Profesor Von Gudden,
Adriana Asti: Lila Von Buliowski,
MarcPorel: Richard Hornig,
Nora Ricc; Contessa Ida Ferenczy,
Marc Burns: Hans Von Bülow,
Maurizio Bonuglia: Mayr,

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Sinopsis: 

En 1964 Ludwig Wittelsbach llegó al trono de Baviera cuando aún no había cumplido los veinte años. El joven rey fue generoso y romántico, un poeta que pretendía llevar la felicidad a su pueblo mediante el cultivo de las artes y la paz. Los que le rodeaban le traicionaron, especialmente Wagner que aumentó su desprestigio exigiendo un caro mecenazgo que resultó más impopular que sus éxitos y después un gobierno belicista que le llevó a guerras desastrosas aliado a Austria conra Prusia, fracasos que le echaron en brazos de Bismarck. Sólo su prima Elisabetta, la mujer del emperador Francisco José y su lugarteniente Dürckheim se mantuvieron fieles a un hombre que se hundió ante el fracaso de sus ideales. 

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Comentario. 

Wagner era un genio y sólo por eso era considerado un extranjero.

Una simple visita a la ciudad de Fussen y a uno de los castillos construidos por Ludwig, el de Neuschwanstein, permiten al visitante comprender la magnitud del idealismo alemán que precedió, con pequeños enfrentamientos entre los estados que conformarían la futura Alemania, a las dos guerras mundiales que desangraron Europa. Se ha etiquetado al príncipe de 'loco' y de hecho acabó sus días recluído en el Castillo de Berger, antes de suicidarse o ser víctima de un complot, junto con su médico psiquiatra que le diagnosticó una esquizofrenia paranoide. Pero ésta es una justificación simple y sencilla y el idealismo del aristócrata Visconti corre a la par, en el tratamiento generoso de un monarca soberbio, defensor de las monarquías absolutas, cuando éstas  estaban cayendo en toda Europa mientras el monarca levantaba la fortaleza de Neuschwanstein con un espíritu ultranacionalista, usando sólo trabajadores y materiales bávaros, y construía una arquitectura defensiva sin sentido de la modernidad , que inspiró el castillo de Disney, quizás por su origen fantástico;  exigió tal esfuerzo de trabajo y suministros que convirtió a Fussen en el centro de uno de los enclaves industriales más importantes de la Alemania actual. Del mismo modo el cineasta italiano lima las aristas de la emperatriz 'Sisisi' de forma más evidente que el propio constructor de la hagiografía que la ha hecho inmortal con  la trilogía de 'Sissi', Ernst Masichka.

El apoyo y mecenazgo de Wagner le permitieron ocupar un lugar en el romanticismo neogótico, y así quiso pasar a la historia, como un Medici del siglo XIX, el Julio II de la música, que con su fortuna familiar creo el entorno creativo adecuado para el nacimiento de Tristán e Isolda o la tetraogía de El anillo del Nibelungo. Siempre se consideró un Lohengrín, caballero del Grial e hijo de Parsifal, que viajó a Brabante transportado por un cisne blanco para salvar a Elsa, acusada injustamente de un crimen por la bruja Ortrud y su marido. Aunque llamaba a su prometida Elsa como, la heroína de la obra de Wagner, difirió reiteradamente el matrimonio hasta romper el compromiso y asumir su homosexualidad, fuera de toda norma social, despreciando el mundo intolerante y mezquino que le rodeaba; acusaba al hombre de desear solo la seguridad material y estar dispuesto a morir por ella, mientras él buscaba la libertad y la felicidad en la persecución de lo imposible, haciendo que sus actos coincidieran con sus ideas. En un magnífico diálogo, su amigo Dürckheim deja su alma al descubierto: la libertad de que él disfruta es la de los privilegiados y no tiene relación con la libertad con mayúsculas, la de todos. Nadie es inocente, ni puede erigirse en juez de la humanidad, pues quien ama la vida no puede perderla en la búsqueda de un imposible. Se necesita mucho más valor para admitir la propia mediocridad y huir de lo sublime.

Visconti lo idealiza y nos regala 264 minutos de metraje mostrando a un hombre que, incapaz de asumir sus obligaciones reales, quiere ser libre, pero se niega a abdicar. Comienza un deterioro físico rápido y progresivo. Defraudado por las exigencias y escándalos de Wagner, se tira en brazos de jóvenes actores y cortesanos y necesita cloroformo para dormir, que acelera aún más su degradación física. Su confesor, tras advertirle de que a Wagner lo rechazaron porque era un genio y por esa razón se le consideraba un 'extranjero', le recomienda que se case, porque no hay diferencia entre el calor de los cuerpos en la oscuridad. Pronto su mismo pueblo podrá sentirse satisfecho con un soberano débil en su grandiosidad, que ni tan siquiera les gobierna.

Su libertad era la del señor feudal en un mundo en transformación. Luchino Visconti Di Modrone, Conde de Lonate Pozzole, que comenzó su carrera como cineasta militando en el neorrealismo, (La terra trema), en su vertiente marxista, tras algunas colaboraciones con cineastas de la Nouvelle Vague, fue un magnífico retratista de la aristocracia decadente y de los procesos de revolución burguesa en los paises que más tardaron en surgir como naciones, Italia y Alemania, con películas como El Gatopardo, Confidencias, Ludwig...El personaje de Luís II de Baviera es mucho más oscuro que el Gatopardo, pues mientras el primero seguía siendo un baluarte de los absolutismos, el segundo ,Don Fabricio, Príncipe de Salina,  se apoyó en sectores de la nobleza que respaldaron la revolución burguesa de Cavour y Garibaldi. El propio Luis II declara en el film que la noche inmensa es el refugio de la razón, en la que la luna, símbolo de la maternidad, mece al hombre.

El film está narrado por diferentes personajes que estuvieron cerca del famoso príncipe, bien por ser miembros de su gobierno, compañeros de armas o confesores, que van narrando  su historia y dando su propia visión de un individuo dotado de un alma noble y sensible, que no se resignó a vivir como el resto de los hombres, animales inclinados al vientre (Salustio); él necesita estar rodeado de cosas bellas, de hombres bellos y de alguien capaz de construir una música grande, heroica, espiritual, que acompañe cada acto de su vida y lo encontró en Wagner, uno de los artífices de su caída con sus exigencias y su despilfarro. Un personaje extraño, otro extranjero, en un, momento en el que las monarquías habían iniciado su recta final para siempre, Bismarck  estaba  trabajando por la gran confederación alemana, pasando a ser, en los escasos países en los que quedan reyes, instituciones decorativas. Los grandes negocios, las invasiones y las guerras se deciden fuera de su control.

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