Un lugar para soñar. Cameron Crowe.



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Ficha técnica:

Título original: We Bought a Zoo.
País: Estados Unidos.
Año: 2011.
Duración : 124 minutos.

Dirección: Cameron Crowe.
Guión: Cameron Crowe, Aline Brosh Mackenna, basado en la biografía de Benjamín Mee.
Casting: Alex Zahn, Cody Bayne,
Dirección de Fotografía: Rodrigo Prieto.
Música: Jon Tor Birgisson.
Montaje: Mark Livosli.
Dirección artística: Domenic Silvestri, Peter Borck.
Efectos especiales: Burt Dalton.

Diseño de Vestuario: Deborah Lynn Scott.
Maquillaje: Allan A.Apone.

Productores: Julie Yorn, Rick Yorn y Cameron Crowe.
Productor ejecutivo: Ilona Herzberg.
Diseño de producción: Clay A. Griffith.
20th Century Fox.; Distribuidora: Hispano Foxfilm

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Intérpretes:

Matt Damon : Benjamin Mee,
Scarlett Johansson : Kelly Foster,
Elle Fanning : Lily Miska,
Thomas Haden Church :Duncan Mee,
Patrick Fugit : Robin Jones,
Angus Macfadyen : Peter,
John Michael Higgins : Walter Ferris,
Stephanie Szostak : Katherine.

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Sinopsis:


Benjamin Mee, un joven viudo que todavía sufre la pérdida de su mujer mientras intenta seguir adelante con sus dos hijos, ha sido siempre un amante de la aventura y los retos difíciles. Buscando cambiar de vida completamente, decide comprar un zoo ruinoso y medio abandonado e intentar, con la ayuda de sus hijos y de los empleados del zoo, sacarlo adelante... Basada en la verdadera biografía de Mee, aunque traslandando la acción de Inglaterra -donde vive Mee- al sur de California.

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Críticas y Comentario:

Una celebración de las segundas oportunidades  (Ann Hornaday, The Washington Post); pero hay que ver cómo se las gastan los críticos cuando entran en juego cuestiones ideológicas: Crowe ha pasado de ser 'casi famoso' a 'casi sin vergüenza'. (Colin Covert, Minneapolis Star Tribune).

En España se pueden detectar las mismas posturas. Desde Jordi Costa, del diario 'El País', que va de duro y un tanto cínico, cuando no le gusta el film: Un lugar para soñar lucha a brazo partido por obtener el título de obra definitiva en el corpus de Crowe: la máxima expresión de aquello que los anglosajones denominan a feel good movie, concepto capaz de espolear la grima en todo espíritu sensato. No se detectan las desconcertantes y valiosas fracturas de Jerry Maguire: todo es luz, buen rollo, arcos de personaje trazados con tiralíneas, progresión narrativa de manual... y, para más inri, ¡¡música del islandés Jónsi!! (El buen rollo como falacia. Diario 'El País, 28 de diciembre de 2011). El propio título evoca el chiste aquel  en el que un hombre bonachón dice a sus amigos: "A mi me gusta jugar y perder" ¿Y ganar? le preguntan los otros. ¡Bueno! Eso ya debe ser la ostia.

Pablo O.Scholz, a quien, al parecer, no le molesta el buen rollo, sostiene: “Un zoológico en familia”. Matt Damon convence a sus hijos y los empleados de un zoo cerrado que sí, se puede (...). El sentimentalismo aflora allí, en la medida justa y no llega a derramarse. La manipulación de esos momentos lacrimógenos está tan bien realizada en el guión que nos olvidamos de esa maniobra.(Todos unidos triunfaremos. www.clarin.com).

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Comentario:

Cameron Crowe, (Jerry MaGuire, 1996, Vanilla Sky, 2001, Elizabethtown, 2005...) se aproxima al alter ego del héroe de guerra americano, el prototipo físico del hombre fuerte con cara de niño, que ha desempeñado en la gran pantalla tanto al héroe de masas, el que se sacrifica por la colectividad asumiendo su defensa, como el marine americano, de cara de niño, pelo rapado, que protagonizó al soldado Ryan de Steven Spielberg (1998) ; el espía bien dotado del mito de Bourne, pero también el villano de Martin Scorsese en Infiltrados, el perverso Mr. Ripley y otros tantos papeles que ha defendido con notable dignididad.

Pero hay otro Matt Damon, más incómodo para ciertos sectores: el ciudadano defensor de los derechos civiles de los norteamericanos y del medioambiente global, que ha puesto su voz a documentales como Una verdad incómoda, dirigida por Al Gore,  In side job de Charles Ferguson (2010) , o películas como Un lugar para soñar (2011) o Promised Land (2013), film en el que denuncia una práctica nociva para la extracción de gas, como la fracturación hidráulica (fraking en inglés). Posiciones semejantes han mantenido otros actores como Leonardo Di Caprio (La última hora/The 11th Hour, 2007), y han pagado una factura elevada por ello.

Acostumbrados al héroe de pelo rapado que se gana a su público con su cara aniñada y su sonrisa inocente, choca verlo convertido en un hombre normal, de pelo largo y pegado, sin demasiada gracia; un padre de familia, cuya esposa ha muerto y que tiene a su cargo dos hijos, un adolescente y una niña pequeña) y que decide invertir todos sus recursos en un zoológico propio, con animales envejecidos, que requieren asistencia veterinaria y muchos cuidados, y un grupo de empleados cuya subsistencia depende de él. La propia Scarlett Johanson está privada de toda la aureola de femme fatale que la acompaña en sus películas y se convierte en una madre tan gris como su partner masculino. Todas estas condiciones obligan al espectador a abandonar el glamour que da a los individuos la fuerza, el poder, el vigor físico, en pro de la defensa de la propia conservación, como individuos o como colectividad, que a muchos les puede parecer gris y lacrimógena. Como estas percepciones que se traducen en emociones primero y sentimientos después, dependen del individuo que mira, del espectador, donde algunos ven un film sentimentaloide, otros ven el retrato de su propia realidad, en el mejor de los casos.

Ya nadie ignora que la salida de la crisis que nos está vapuleando, se va a producir con el desahucio de las masas de trabajadores de todo el mundo, obligadas a sobrevivir con un salario de mera subsistencia, de tal modo que, quien esté inclinado a la lágrima fácil, tiene motivos para estar todo el día llorando. Matt Damon se coloca en otra esfera: la defensa de una vida sencilla, elegida voluntariamente,que implica una vuelta a la naturaleza y una defensa activa del medio ambiente, que garantiza su supervivencia en la Tierra. Benjamin Mee hace entender a su hijo que lo que ha dejado atrás no son amigos; ninguno de sus antiguos 'compañeros' ha acudido a la llamada del padre que los ha invitado a pasar unos días en su nuevo hogar. La gente huye de la 'pobreza' como si fuera una enfermedad contagiosa, una pandemia que se extiende, y que, mas temprano que tarde los va a alcanzar.

'Un lugar para soñar' mezcla drama y relato épico de un hombre que decide jugarse lo poco que tiene y lo invierte en pro de una vida digna con sus hijos y colaboradores cercanos;  un padre de familia que decide dedicarse a la defensa del ecosistema y la vuelta del hombre al contacto con una naturaleza humanizada y no contaminadas por los humos y los vertidos de las industrias, el locus amoenus de los poetas clásicos. No obstante, a nadie se le escapa que lo que se propone en el film es una utopía, que por otra parte no es descabellado mantener.



Comentarios

  1. Entretenida, pero el final me pareció tan vomitivo que se cargó la cinta entera. ¿A qué viene ese momento en que la chica medio pánfila pregunta al protagonista si prefiere animales o personas y ella misma contesta que prefiere a las personas? No viene a cuenta y destroza por completo todo el mensaje ecologista. Su resumen: los animales están bien, pero las personas deben ir por delante. Fue un jarro de agua fría sobre mi cabeza justo cuando había decidido perdonar las incongruencias narrativas y la abundancia de tópicos. Una pena.

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  2. Puede que tengas razón, pero hay algo que me impresiona de ese actor con cara de niño, de 'marine permanente', del Ryan que había que salvar, y es el compromiso permanente y, en ocasiones, suicida (como le ha ocurrido a Leonardo DiCaprio) con los derechos civiles y la preservación del medio ambiente, aunque ésta, desde luego, no es su mejor película. Me pareció mucho más apasionante Promised Land. El fuego y la pasión que pone en la causa de su empresa, este hombre de buena fe, sólo es comparable con su decepción. Claro que esta película es de Gus Van Sant. A veces siento envidia de los norteamericanos, de sus poderosas organizaciones en defensa de los derechos de los ciudadanos, que no se confunde con lo que ocurre en España, país en el que, en el momento que uno sale dos veces en la tele para restañar cualquier herida del sistema, pretende convertirse en el político que dirija el país y, si es posible, con mayoría absoluta. Recuerdo Missing

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