Amanece en Edimburgo. Dexter Fletcher.
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y/o las compañías productoras y distribuidoras
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Ficha técnica:
Título original: Sunshine on Leith
País: Gran Bretaña
Año: 2013
Duración: 100 minutos
Fecha de estreno en España: 19 de junio de 2014
Dirección: Dexter Fletcher
Guión: Stephen Greenhorn, basado en su propia obra de teatro.
Casting: Nina Gold y Kahleen Crawford.
Dirección de Fotografía: George Richmond. Color
Música: Paul Englishby: canciones originales: The Proclaimers.
Montaje: Stuart Gazzard
Director artístico: Zor Wight.
Diseño de Vestuario: Anna Robins.
Diseño de maquillaje: Nicole Stafford.
Productores: Andrew McDonald, Allon Reich, Arabella Page Croft y Kieran Parker.
Productores ejecutivos: Nigel Green y Trevor Green.
Productores asociados: Joanne Smith y Leah Clarke.
Diseño de Producción: Mike Grun.
Compañías. Productoras: Entertainments Films Distribution asociado con Creative Scotland. The National Lotery, Film Forever. Alba Chutachrail, Black Camel Pictures, DNA Films.Distribuidoras: Entertainment Film Distributors
Género: Indie.
Intérpretes:
Peter Muller: Rab,
Jane Horrocks: Jean,
George Mackay: Davy,
Antonia Thomas: Yvonne,
Kevin Guthrie: Ally,
Freya Mavor: Liz,
Jason Flemyng: Harry,
Paul Branningan: Ronnie,
Sarah Vickers: Elidh
Emma Hartley-Miller: Janica.
Sinopsis:
Tras cumplir el servicio militar en la guerra de Afganistan, dos buenos amigos, Davy (George Mackay) y Ally (Kevin Guthrie), regresan a Edimburgo y continuan sus relaciones de pareja: Ally con Liz (Freya Mavor) y Davy con Yvonne (Antonia Thomas). Las dificultades de adaptación a un mundo que ha cambiado en su ausencia, mientras ellos están pagando las consecuencias de la violencia y el horror que han vivido y tienen que redefinir sus relaciones con la familia y la pareja, la celebración de sus bodas de plata de los padres de Davy, hasta que una revelación del pasado está a punto de dar al traste con las tres parejas.
Crítica:
Anna Petrus hace la crítica de este film para Dirigido por... y pone en cuestión que, tras una secuencia inicial en la que un tanque explosiona y sólo quedan dos supervivientes, Davy y Ally, el director, en lugar de aprovechar la carga emocional y dramática con la que comienza su relato, "en lugar de mantener la tensión entre el horror de la guerra y la nueva y edulcorada vida de los soldados, abandona de forma radical ese grandioso espacio en off del conflicto bélico, como dejándose engullir por el ritmo entusiástico del musical de forma inevitable (...) Para acabar de rematar ese fútil planteamiento, Fletcher también se entretiene en mostrar los conflictos de pareja de los padres de uno de ellos con lo que la película pasa de un interesante mundo oscuro a un azucarado mundo rosa..."
Aunque en Estados Unidos no hubo unanimidad respecto al film de Dexter Fletcher, si la logró en la crítica española, como ocurre con Javier Ocaña: "Carta de amor a la preciosa Edimburgo a través de las canciones de The Proclaimers, la película apela a pasiones tan básicas como el amor, la guerra, la familia y hasta el pub, por medio de un guion truculento. Entre el catálogo de pesares, puede que entre ciertos espectadores se impongan sus ganas de agradar y los festivos acordesfolk del grupo. Ni más ni menos. Con un servidor lo consiguieron." (Vivo cantando. Diario 'El País'. Diario 'El País', 20 de junio de 2014).
Lo mismo ocurre con Oti Rodríguez Marchante que nos cuenta que el film: "Nos habla de dos soldados que vuelven de Afganistán, con sus traumas y heridas, y dispuestos a vivir los mejores años de su vida, su feliz pero complicada adaptación a lo familiar, lo romántico y lo laboral. La letra y la música de The Proclaimers inundan de causa y efecto ese camino en el que confluyen lo viejo y lo nuevo, la tradición y la aventura, el conflicto generacional, sentimental, territorial (la Escocia y su adorado tormento, Inglaterra), con momentos de euforia y explosiones genekellyanas y otros de reflexión y depresión." ("Crítica de amanece en Edimburgo": Un musical contagioso. Diario ABC, 20 de junio de 2014).
Comentario:
La adaptación cinematográfica de 'Amanece en Edimburgo' no es un musical stricto sensu, ya que las canciones que lo van jalonando no funcionan como un elemento narrativo ni colaboran a construir la diégesis, sino que se integran a modo de acotaciones que nos van ilustrando sobre los sentimientos de los protagonistas en la guerra, en la paz, en el hogar, que es el pub, en las relaciones familiares...La música indie de The Proclaimers, ha sido bien definida por un consumidor del producto: "Estos hermanos tienen la calidad de los grandes y la frescura y espontaneidad de las nuevas generaciones de músicos. Para todos." (En Amazón). Una evidencia de hasta qué punto 'la gente' (término populista: la gente no existe), es decir amplias masas populares, se habían aburguesado antes del estallido de la crisis por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria con el escándalo de las subprime, que muchos habrán ya olvidado; era 'la gente' que buscaba en el ámbito privado desde la educación de sus hijos hasta el médico de cabecera, y que creía que lo elegante era la discreción, que en demasiadas ocasiones responde al vacío de ideas. Como dice el cliente de música, estos hermanos hacen un producto sin estridencias, melódico y apto para los oídos de todo tipo de público, independientemente de su edad. Todos sabemos que esto no es verdad y que lo indie es un producto muy restringido, aunque transversal.
Fletcher juega con lo más estético de la ciudad de Edimburgo, sus clásicos pubs, los uniformes militares de Escocia, con la boina y la pluma, las faldas escocesas de los hombres, el bienestar de la clase media, etc., para edulcorar todo lo que trata, que podría haber sido objeto de una película mucho más dura: los jóvenes vuelven de la guerra como de la fiesta de Nochevieja (que es otra guerra), y son recibidos por los padres con alborozo, sin el ritualismo de las películas americanas. Se integran con facilidad con sus antiguas parejas, hacen nuevas amigas, e incluso el padre tiene un serio conflicto sentimental con su esposa en las bodas de plata. Y, en la base de todo este 'maravilloso' cuento, el conflicto territorial de Escocia con Inglaterra, que ha estado a punto de romper el Reino Unido, precariamente asociado, tras un referendum que perdieron los independentistas, que con toda probabilidad volverán a la carga; este choque está representado en la cinta por Davy ( George MacKay ) e Yvonne (Antonia Thomas), que tras un duro enfrentamiento en el que el joven se niega a pisar suelo inglés, la patria de la chica, deciden seguir juntos, como lo ha hecho sus países, una cohabitación emblematizada por el último baile en el que intervienen chicos y chicas de ambas naciones en perfecta armonía.
A diferencia de otras películas del Reino Unido, ubicadas en Irlanda del Norte o Inglaterra, no se nos muestran los sórdidos barrios de las clases trabajadoras del Reino Unido; todo en Edimburgo es bonito, todo es liviano, tranquilo, (con alguna pequeña pelea), equilibrado y amable...e increíble.
Fletcher juega con lo más estético de la ciudad de Edimburgo, sus clásicos pubs, los uniformes militares de Escocia, con la boina y la pluma, las faldas escocesas de los hombres, el bienestar de la clase media, etc., para edulcorar todo lo que trata, que podría haber sido objeto de una película mucho más dura: los jóvenes vuelven de la guerra como de la fiesta de Nochevieja (que es otra guerra), y son recibidos por los padres con alborozo, sin el ritualismo de las películas americanas. Se integran con facilidad con sus antiguas parejas, hacen nuevas amigas, e incluso el padre tiene un serio conflicto sentimental con su esposa en las bodas de plata. Y, en la base de todo este 'maravilloso' cuento, el conflicto territorial de Escocia con Inglaterra, que ha estado a punto de romper el Reino Unido, precariamente asociado, tras un referendum que perdieron los independentistas, que con toda probabilidad volverán a la carga; este choque está representado en la cinta por Davy ( George MacKay ) e Yvonne (Antonia Thomas), que tras un duro enfrentamiento en el que el joven se niega a pisar suelo inglés, la patria de la chica, deciden seguir juntos, como lo ha hecho sus países, una cohabitación emblematizada por el último baile en el que intervienen chicos y chicas de ambas naciones en perfecta armonía.
A diferencia de otras películas del Reino Unido, ubicadas en Irlanda del Norte o Inglaterra, no se nos muestran los sórdidos barrios de las clases trabajadoras del Reino Unido; todo en Edimburgo es bonito, todo es liviano, tranquilo, (con alguna pequeña pelea), equilibrado y amable...e increíble.
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