Nunca me abandones.Ficha técnica completa y comentario actualizado.




Imagen cedida por BMA House a cinelodeon.com



Ficha técnica:


Título original: Never Let Me Go.
País: Gran Bretaña.
Año: 2010.
Duración: 103 minutos.

Dirección: Mark Romanek.
Guión: Alex Garland, basado en una novela de Kazuo Ishiguro.
Casting:Kate Dowd.
Dirección de Fotografía: Adam Kimmel, a.s.c.
Música: Rachel Portman; supervisores: Randall Poster, George Drakoulias.
Edición: Barney Pilling.
Director artístico: Paul Cripps.
Decorador del set:Michelle Day.

Diseño de Vestuario: RachelFleming, Steven Noble.
Diseño de maquillaje y peluquería.

Productores: Andrew MacDonald, Allon Reich.
Productores ejecutivos: Alex Garland, Kazuo Ishiguro, Tessa Ross.
Co.productor: Richard Hewitt
Productor asociado: Joanne Smith.
Diseño de producción: Mark Digby.
Compañías. Productoras: Fox Searchlight Pictures, asociada con Dune Entertainment, DNA Films y Film4.


Intérpretes:


Carey Mulligan: Kathy,
Andrew Garfield: Tommy,
Keira Knightley: Ruth,
Isobel Meikle-Small: Joven  Kathy,
Ella Purnell: Joven Ruth,
Charlie Rowe: Laura,
Charlotte Rampling: Miss Emily
Sally Hawkins: Miss Lucy,
Nathalie Richard: Madame,
Andrea Riseborough: Chirisse,
Domhnall Gleeson: Rooney.



Sinopsis:



El film es una adaptación de la obra literaria de Kazuo Ishiguro, el autor de "Lo que queda del día", también llevada al cine por James Ivory en 1993. Kathy, Tommy y Ruth pasan su infancia en Hailsham, un internado inglés aparentemente idílico, donde descubren un tenebroso e inquietante secreto sobre su futuro. Cuando abandonan el colegio y se aproximan al destino que les aguarda, el amor, los celos y la traición amenazan con separarlos.


Crítica:



El film comienza con una leyenda: "El gran avance  de la medicina tuvo lugar en 1952; los médicos podían curar lo que hasta entonces había sido incurable. En 1967 la esperanza de vida superaba  los 100 años. Mark Romanek construye una metáfora del futuro,en el que ya estamos, terrible, mucho más que las distopias de las sci-fi, porque nos atañe más directamente y de forma más factible, algo que casi estamos experimentando.

Cuando hicimos este comentario en julio de 2011 nos planteábamos que :"si  es difícil  llevar al cine una obra como ésta, más lo es intentar entender la razón por la que autor y director de este relato nos quieren hacer pasar casi dos horas de sufrimiento intenso y a qué tipo de experiencia nos quieren someter. Dos cuestiones surgen en cierto sector del público: ¿ la historia es un relato contra los avances científicos? ¿por qué no huyen los protagonistas cuando conocen su destino? Las respuestas de Kazuo Ishiguro en el making off son confusas y muy insatisfactorias, y el resultado puede ser contrario al deseado. La historia es claramente un producto postmoderno, en el que se intenta desafiar un constructo social y sustituirlo por otro, pretendiendo crear un tema universal que no funciona y que nos deja sumidos en un mar de dudas. Nunca me abandones es una distopía de 'ficción' retro, que nos lleva, en un viaje en el tiempo, al pasado, a las décadas de los 60 y 70, en la que se sientan unas bases morales que en el momento final están firmemente consolidadas: la humanidad ha encontrado una forma de acabar con el sufrimiento y las enfermedades creando clones de seres humanos, cuyo destino es ser donantes de órganos, llegada la edad adulta."

Pero ahora, cuando observamos que el ser humano se hunde más y más en las arenas movedizas de una crisis económica que se traga todo lo que queda de humano en la sociedad, aumentando su sufrimiento, podemos entender que no todo lo nuevo es positivo (los dictadores de mediados del siglo XX defendían un nuevo orden): un grupo de jóvenes, destinados a no sobrevivir, a no pasar la barrera de los 29 años y entrar en la treintena, se sacrifican por los demás, Este colectivo (de clones) se divide  en cuidadores, cuya función retrasa su sacrificio, y donantes de órganos vitales, por lo que, habiendo cumplido su labor, sus posibilidades de supervivencia son escasas. Pero unos y otros se siente orgullosos del servicio que prestan a los demás. Poco a poco aprenden a mirar con cariño al pasado y a temer el futuro. Una profesora quiere contarles lo que sucede a todos los niños, excepto a ellos: todos sueñan con lo que pueden llegar a ser en el futuro. Saben que va a pasar con ellos: serán adultos, pero no alcanzarán la madurez. El control que se ejerce sobre estos jóvenes es mental, en pro de acabar con lo viejo y entrar en un sistema nuevo- Pero ¡lo nuevo en este caso consiste en crear clones de seres humanos y utilizarlos para salvar a otros!, Los desgraciados pueden ser privados de cualquier órgano, ya sea un ojo o el hígado; la imagen de Tommy corriendo en la playa tras un viejo y destartalado barco de pesca, con la ilusión de huir de su pasado, es muy elocuente.

Educados como los personajes de Huxley en Un mundo feliz, para aceptar su destino, sin libre albedrío, planificados para vivir poco tiempo en pro de la prolongación de la esperanza de vida de los adinerados, cuando una tutora les advierte de que para vivir decentemente necesitan conocer su objetivo en la vida, que no es otro que vivir sin problemas, sin plantearse qué quieren ser en el futuro, posibilidad que tienen vetada, es despedida. La directora de la institución, encarnada por Charlotte Rampling, en la que pasan su infancia, Halisham, un centro especial con un objetivo siniestro que al final se desvelará, hace un alegato que añade un elemento más a la confusión general. Acusa a quienes buscan boicotear su proyecto, gente que no está a favor de la innovación, mentalidades atrincheradas con valores que no se someten a escrutinio ¿? Las víctimas aplauden. Kathy Carey Mulligan), Tommy (Andrew Garfield) y Ruth (Keira Knightley), son enviados, a los dieciocho años a Los Caseríos (The Cottages), 'centros de cumplimiento'. donde descubren que han sido clonados a partir de células de gente miserable, escoria, los únicos dispuestos a donar sangre, semen o células." Este planteamiento da mucho en qué pensar.

Pero este hecho no tiene ninguna trascendencia, pues sólo se les extraen los órganos; la única repercusión, muy superficial, es que, tras este descubrimiento, Kathy busca en revistas porno a su pareja genética, su donante,, un detalle morboso más. Para retardar el momento del cumplimiento, se hace cuidadora de sus compañeros, asistidos hasta la tercera donación. Otro rumor que circula entre los donantes es que, si surge el amor entre ellos, se les puede conceder un aplazamiento en sus obligaciones. Convencidos, Kahty y Tommy buscan a la propietaria de una Galeria de Arte, que anualmente se llevaba sus dibujos y los premiaba, y la antigua directora de Hailsham (que vive con ella y aparece en silla de ruedas ¿?) les hace una aclaración: el centro que presidía fue el último lugar en considerar la ética de las donaciones, y usaba el arte para demostrar que los clones eran humanos, dando respuesta a una pregunta que nadie se hacía, la de si estas 'criaturas' tenían alma. Nunca hubo aplazamientos, era un experimento más.

Nuestra confusión va en aumento. ¿Están ambas a favor o en contra de las donaciones ? Las respuestas a estos interrogantes de Kazuo Ishiguro, son en primer lugar evasivas, y en segundo muy poco sostenibles. Nuestra vida tiene una duración limitada, y hay que aprovecharla (tópico literario del Carpe diem, término latino muy popularizado), y es mejor llegar al final sin remordimientos. Los donantes no escapan porque no se puede huir de lo inevitable: la muerte. Nunca me abandones es una novela/película sobre el 'alma', la naturaleza del ser humano y la imposibilidad de escapar al destino final, en un mundo en el que donantes y receptores se complementan, y como dice Kathy, la vida de unos y otros no difiere demasiado.

Pero hay dos objeciones serias a este discurso: el hombre sabe que va a morir, pero no cómo ni cuándo, lo que le permite vivir como si fuera inmortal; en caso contrario, cuanto el tanatos o idea de la muerte domina sobre el amor, el ser humano cae en la depresión, considerada una enfermedad mental; los donantes saben cual va a ser su destino y lo aceptan. Ante el más mínimo peligro de perder la vida, cualquier ser viviente, racional o irracional, huye, no por educación, sino por instinto. Por esta razón la aceptación, la docilidad de los donantes, ¿creada artificialmente, genéticamente?, es un claro armazón de ficción, y no un 'universal' sobre la esencia del alma humana.

Otra objeción sería son los ejemplos de 'cumplimiento' que ofrece el film. Como seres humanos podemos aceptar mejor una mutilación interna, (extracción de un riñón, un pulmón...) que la externa, la que se ve; la primera donante ofrece un ojo, la segunda el hígado, sin el cual no puede vivir. Tremendista y antihumana; Romanek intenta suavizar esta impresión ( que sabe que causará en el espectador) creando una diégesis amable, según él bella, con una paleta de colores sutiles; no existen colores, ni planos, ni travelligns... para embellecer tan terrible idea. El escritor afirma que la mayor diferencia entre la novela y el film está en la 'dimensión'; nos quedamos igual. Si de lo que se trata es de reflexionar sobre el alma humana, e incitarnos a vivir el momento, han elegido la forma más truculenta y antihumana de expresarlo.

Los amantes del progreso y de la ciencia han sido históricamente humanistas, y han trabajado en pro de la mejora de las condiciones de vida de los hombres, lo que han pagado en ocasiones con la hoguera. La investigación de Halisham no va en esta dirección, y engaña de todas las maneras posibles a sus 'criaturas'. Fritz Lang, Bergman, Escorsese...han denunciado el uso espurio de la ciencia, la existencia de doctores malignos, a cuyos avances se acogen los practicantes de la doble moral. Nadie aceptaría abiertamente la propuesta de este relato, el intercambio, en el que uno da y otro recibe; los que dan son siempre los mismos, troceados como en una carnicería. No sé que nos han querido transmitir, como decía al principio, pero el discurso me ha llegado peligrosamente confuso: ¿Es consustancial al ser humano, que una parte de la especie se sacrifique para que la vida continúe? Si eso es lo que nos quieren transmitir, me da miedo la palabra que se puede aplicar para definirlo. Duncan Jones, en su film Moon o Rideley Scott en Blade Runner, nos han alertado sobre el uso espurio de la ciencia, la creación de clones al servicio del hombre, con una vida limitada, y el problema moral que conlleva; Jones nos los ha presentado como seres humanos, que enferman, sangran y...huyen; no están en contra de la ciencia sino de su aprovechamiento por la Avaricia humana. Hay una gran diferencia. La diferencia entre la violencia de Quentin Tarantino, claramente ficticia, irónica, basada en el cómic y los mitos modernos, puede distraer; la de Romanek e Ishiguro espeluzna, y nos trae a la memoria los experimentos del real Doctor Mengele, y los ficticios, basados en la realidad de Fritz Lang o Bergman. Dan mucho más miedo, si además se institucionalizan y se normalizan socialmente,siendo hasta ahora muy cuestionados. El alegato final de Kathy es terrible.

Todo ello con una salvedad: que haya servido a esa gran metáfora de la lucha del ser humano por la supervivencia, en la que, por lo menos hasta ahora, unos pocos se han sacrificado en pro de los demás, llegando incluso a perder la vida o a sufrir terribles mutilaciones: La aceptación de este hecho supone, sin duda, un paso atrás, que hace a muchos mirar a un pasado, más civilizado y humano, frente a las bases de convivencia que está sentando la posmodernidad.


 

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