Negociador. Borja Cobeaga






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Ficha técnica:

Título original:
País: España.
Año: 2014.
Duración:  79 minutos.

Guión y dirección: Borja Cobeaga.
Dirección de Fotografía: Jon D.Domínguez. Color.
Música: Aranzazu Calleja.
Montaje: Carolina Martínez Urbina.
Dirección artística: Lierni Izaguirre.

Productores: Borja Cobeaga y Nahikari Ipiña.
Compañ´kias: Sayaka, Producciones Audiovisuales.

Intérpretes:

Ramón Barea: Manu Aranguren,
Josean Bengoetxea: Jokin,
Carlos Arece: Patxi,
Melina Matthews: Sophie,
Jöns Pappila: Nicholas,
Öscar Ladoire: Alberto,
Raúl Arévalo: El novio de Sophie,
Secun de la Rosa: El camarero,
Santi Ugalde: El guardaespaldas,
Alejandro Tejerías. El funcionario.

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Sinopsis:

Manu Aranguren (Ramón Barea) es un político vasco que ejerce de interlocutor del gobierno español en las negociaciones con ETA. Lejos de ser un acto solemne y calculado, pronto se verá que las casualidades, los errores o los malentendidos marcarán el diálogo entre ambas partes. Y que la relación personal entre negociadores será clave para la resolución del conflicto. 'Negociador' es una comedia dramática dirigida por Borja Cobeaga, director de 'No controles' y 'Pagafantas' y autor del guion del gran éxito del cine español 'Ocho apellidos vascos'.

General: thiller político.

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Críticas:

De nuevo el realizador vasco intenta introducir la ironía y  el sarcasmo en cuestiones que han dividido y dividen a los españoles, perdiendo una gran cantidad de plumas en el camino, como ocurriera en 'Ocho apellidos Vascos", un film plagado de lugares comunes y tópicos, que gustó mucho a ciertos sectores del pueblo español y desagradó a otros, hastos ya de etiquetas. No sabemos si repetirá éxito de taquilla con este asunto, mucho más peliagudo. Quim Casas, en la entradilla de su artículo para Dirigido por (Una perspectiva necesaria) afirma que "El tercer largometraje del donostiarra Borja Cobeaga es un intento tan logrado como necesario de darle una dimensión distinta, en el terreno genérico, al conflicto de ETA. Negociador apela al humor casi minimalista para evocar el proceso de negociaciones entre los representantes de la banda terrorista y los del gobierno español, una situación severa tratada desde la cotidianidad, la distensión humorística y el sentido común."

Luís Martínez da ciertas claves de lo que decíamos antes. En el subtítulo coloca al lector ante el tono real de la película: 'Negociador' de Borja Cobeaga se ofrece como la más lúcida comedia sobre el absurdo de ETA, y mucho más allá, el absurdo de todo esto". Más adelante sigue dando claves, como la ubicación de las negociaciones, con intermediarios internacionales, que resulta la más facilona de criticar y denostar, para los sectores de que hablamos: "La película quiere reproducir, a su manera, los encuentros entre el entonces presidente del PSE, Jesús Eguiguren, y el portavoz de ETA, Josu Ternera (luego sustituido por Thierry), que tuvieron lugar en Ginebra y en Oslo durante el Gobierno de Zapatero. Pero, eso sí, lo hace desde la parte de atrás. Ahora se trata de averiguar cosas tales como: ¿quién pagó el minibar? ¿se descansaba el domingo? o, cuestión nada menor, ¿la gente de ETA sabe planchar? Las preguntas pueden parecer baladíes, impertinentes o simplemente frívolas. Y, en efecto, lo son. Pero ¿cómo resistirse?" Tras sentenciar que se acabó el tabú (algo que muchos otros no tienen tan claro, como el propio articulista), concluye haciendo juegos malabares: " (...)  el resultado es una comedia que apunta maneras de tragedia; un drama que, a su pesar, no le queda más remedio que romper en esperpento.  (¿?) No hay gags, sólo fragmentos de vidas diminutas. La realidad, de repente, se antoja tan blanda como ridícula, tan graciosa como sangrienta. En efecto, pocos asuntos tan serios como la risa. Todo fue peor. Tan brillante como irresistible." ( Todo fue peor. Diario 'El País', 13 de marzo de 2015).

Javier Ocaña se anda con más cuidado en un tema que todavía levanta ampollas en amplios sectores de diferentes ideologías, -demasiados-, de la población española, y, aunque no deja de lado las secuencias de distensión que señala Luis Martínez, reduce su centralidad: "Negociador, una película histórica para nuestro cine y para nuestra sociedad, la primera comedia española sobre el terrorismo; una obra que no busca la risa siempre y a toda costa, aunque encuentre incluso la carcajada, sino un humor doliente, negrísimo, brillante, trágico y atroz, alrededor de la deformación del lenguaje, de las miserias de la reciente historia del País Vasco, de las miserias del género humano. (...) articula las situaciones pensando en qué sería lo más interesante de aquellas reuniones, y llega a la conclusión de que lo más apasionante estaba en los tiempos muertos: no en la concreción de la problemática, sentados a la mesa de negociación, sino, por ejemplo, cuando seguramente coincidieran en el desayuno buffet del hotel. (La risa doliente, 13 de marzo de 2015).

José Manuel Cuéllar, periodista de la prensa conservadora española,  dice abiertamente lo que otros tan sólo insinúan por temor de ofender a unos o a otros. En este país es difícil que se asuma una comedia, cuando todavía no se ha podido hacer un film serio como los que abundan en Estados Unidos o Inglaterra en relación con temas muy dolorosos para su población. El articulista dice: " Película complicada. Apuesta arriesgada que deja muchas dudas. Tenemos a Cobeaga por un tipo valiente, uno de esos cineastas que cuando se lanza va a por todas... menos aquí. Trata Cobeaga de humanizar las negociaciones entre ETA y el gobierno español en un tiempo no tan lejano como para que las intenciones, aunque no sean malévolas, puedan parecerselo a gente que aún, y con mucha razón, está muy dolida con el asunto (...) Por mucho respeto que se haya querido tener, este es un proyecto que debería haberse aplazado en el tiempo, cuando el recuerdo sea más lejano. Ahora, ese mismo fondo ha hecho daño a la forma ..." (Crítica de "Negociador":  Cuando el fondo derrota a la forma. Diario ABC, 13 de marzo de 2015).

Los críticos caen en una gran contradicción: sitúan las negociaciones de paz que constituyen el eje central del film en 2002, bajo el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que llegó al poder dos años más tarde, en 2004. Jordi Batlle Caminal comienza su artículo situando la acción: "Las negociaciones del gobierno español con ETA en 2002, (Javier Ocaña las sitúa entre 2005 y 2006; cada cual que se quede con lo que quiera),  en un hotel francés cerca de la frontera, activan la trama de esta película (...) no pretende ser una película trascendente sobre un hecho crucial en la historia del País Vasco, ni tan sólo aspira a tomárselo en serio. Las escenas de negociaciones, pocas y breves, están retratadas con humor fino y distendido y un tono casi surrealista, y los personajes que intervienen han sufrido variaciones en nombres y conductas. ('Negociador' :Un hombre triste y solitario. Diario 'La Vanguardia' 19 de marzo de 2015).



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