Focus. Comentario.





Ficha técnica, Sinopsis y crítica. (Pinchad aquí)

Comentario.


Superficial historia pre-crisis, en la que un hombre de cuerpo cultivado y rostro asimilado por los espectadores de medio mundo (Willy Smith), y una mujer espectacular (Margot Robbie), recién llegada de Australia para incorporarse al mundo de las estrellas hollywoodienses, atraen a un público ávido de belleza, glamour, de universos en los que el esplendor no sólo no ha disminuido, sino incluso se ha incrementado, (ya sabemos que el 1% de la población controla la misma parte del pastel que, al menos, el 70 %, aunque hay ocasiones en las que sobrepasa este porcentaje). No sólo Estados Unidos, sino Argentina y su capital Buenos Aires nos muestran los ambientes más modernos y refinados, y acompañados por esta brillante pareja entramos en la sala vip de los estadios, donde los ricachones de medio mundo no sólo no se apelotonan como los hooligans de los diferentes equipos, sino que realizan sus propios juegos millonarios, mientras disfrutan de forma relajada de las bebidas que les proporcionan solícitos camareros; estos deportes de masas que disfrutan de la democracia popular en que creen basarse no da acceso a la mayoría a estos lugares privilegiados que reproducen las jerarquías que se dan fuera de los campos donde se disputan el triunfo jugadores tratados como dioses.

Nicky (Will Smith) recuerda a su padre, que llega a extremos inenarrables para redondear sus estafas; estrategias tan destarifadas y bizarras como el propio hecho de que el padre de un personaje negro sea totalmente blanco. Claro que en una sola frase ambivalente pueda puede estar la clave: "lo saqué de la calle". Es decir, es un padre putativo que le enseñó todo lo que hay que saber de estafas, incluso que no se debe fiar ni de los que tiene más cerca, incluso quien le dio la vida. Un ladrón de carteras como Nicky, que se fía más del volumen de acciones que de grandes proyectos, miente también en ésto. En definitiva, un film superficial en torno a una pareja muy guapa y muy lista, adiestrada en el arte del engaño, aunque superada por un viejo' vivales' que les gana por goleada; una película que sigue fijando actitudes vicarias y de admiración hacia quien posee tanto dinero que puede vestir, llevar coches estupendos y alojarse en hoteles de lujo, sin importar demasiado cómo obtiene el dinero.

Por mucho que en los ambientes íntimos la película se vuelva pretenciosa, empobreciendo deliberadamente la luz, el film brilla en todo su esplendor y la forma acompaña a este discurso banal y amarillo, cuyos gags rozan en demasiadas ocasiones la vulgaridad más absoluta. La mujer cumple los requisitos que exige de ella el modo de representación institucional, lo que Laura Mulvey definió como "to-be-looked-at-ness", o 'sermiradaidad', que, merced al posicionamiento de la cámara y el realce de los atributos femeninos desata la pulsión escópica masculina y el deseo del hombre de mirar, (e incluso de la mujer, bromea una de los personajes). Este juego  se hace explícito cuando Nicky obliga a Jess a ponerse un traje fucsia muy ajustado por cuyo escote sobresale el sujetador negro y unos zapatos de grandes tacones, para que los hombres la miren a ella y olviden sus carteras y objetos de valor, susceptibles de ser robados, papel de señuelo que representa siempre esta mujer dentro del grupo de hombres. Una película capaz de llenar el cine de espectadores, curiosamente en gran parte adolescentes, que desean divertirse con un espectáculo que creen intrascendente, y que las grandes compañías hollywoodienses no dudan en proporcionarles.




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