La colina de la hamburguesa. John Irvin. Ficha técnica y crítica.





Ficha técnica:

Título original: Hamburger Hill.
País: USA.
Año: 1987
Duración: 112 minutos

Dirección: John Irvin.
Guión: Jim Carabatsos.
Casting: Mary Colquhoun.
Dirección de Fotografía: Peter MacDonald.
Música: Philip Glass;editor:Michael Connell.
Edición: Peter Tanner.
Coordinador efectos especiales: Joe Lombardi.
Coordinadordeespecialistas: Tip Tipping.


Maquillaje: Cecille Baum

Productores: Marcia Nasatir y Jim Carabatsos.
Productor ejecutivo: Jerry Offsay y David Korda.
Co-Productores: Larry De Waay.
Diseño de producción: Austen Spriggs.
Compañías. Productoras : RKO Pictures e Interaccess Film Distribution.


Intérpretes:

Anthony Barrile:  Languilli,
Michael Patrick Boatman: Mtown
Don Cheadle: Washburn,
Michael Dolan: Murphy,
Don James: McDaniel.
Dylan McDermott: Frantz,
M.A.Nickles: Galvan,
Harry O'Reilly: Duffy,
Daniel O'Shea: Gaigin,
Tim Quill: Beletsy,
Tommy Swerdlow: : Bienstock,
Courtney B.Wance: Doc,
Steven Weber: Worcester,
Tegan West: Teniende Eden.


Sinopsis:

'La colina de la Hamburguesa' narra un episodio ocurrido de la Guerra de Vietnam ( también llamada II Guerra de Indochina) en 1969, una batalla en la que se enfrentaron el ejército americano y los soldados del vietcong. Un batallón del ejército norteamericano, la División 101,  atacó varias veces al ejército enemigo para conseguir la colina  937,  que días después tuvo que abandonar forzosamente.


Comentario:

John Irvin, de la mano de su guionista Jim Carabatsos intenta deconstruir la ideología en los ejércitos de todo el mundo que justifican la acción más injustificable que puede cometer un hombre: matar a otro en nombre de un bien supremo: Dios, la Patria, la Democracia, la Libertad..., y a través de esta disección demostrar que muchos jóvenes, en este caso novatos,  que , pertrechados con las armas más modernas y mortíferas, son llevados al centro mismo de los infiernos, no son otra cosa que civiles a los que se les ha obligado a inmiscuirse en un conflicto armado y se les ha truncado la única vida de la que disponen; muchos de ellos, si vuelven, lo hacen mutilados e incapacitados para reincorporarse a una profesión y formar una familia. 

Mas, esta película que adopta el nombre de una colina que fue bautizada por los jóvenes soldados con el símbolo del fast-food norteamericano por excelencia, la hamburguesa,  se convirtió en la sepultura de muchos de ellos que aspiraban a regresar al solar patrio con sus novias, a disfrutar de nuevo de sus platos preferidos, los que les preparaban sus madres antes de conseguir su independencia,  y que no alcanzaron sus objetivos vitales; en medio del infierno, cuando los hombres se desnudan ante sus compañeros, libres de complejos y con la muerte vigilando de cerca, podemos escuchar sus lamentos, conscientes de la gravedad de su situación y sintiéndose impotentes para cambiarla: unos, rodeados de blancos, se quejan de que sólo van a la guerra los negros; otros que  se han quedado a mitad de camino de una ingeniería se quejan de su mala suerte. Uno más se había enrolado voluntariamente porque algunos estudiantes enviaban cartas a un vecino cuyo hijo había muerto en Vietnam. La mayor parte de ellos habían participado en manifestaciones contra esta guerra que había de librarse lejos de su casa y en la que intuían que no se debatían sus intereses.

Es muy difícil entender esta película si no se conoce el sistema de reclutamiento de los Estados Unidos, que no lo recoge la Constitución, sino la  Military Secvice Act, que exige a todos los varones entre 18 y 26 años de edad su inscripción para el servicio militar obligatorio. El Congreso de EE.UU. se reserva el derecho  de establecer el servicio militar a los inscritos. Se da la paradoja de que mientras el servicio militar es ahora voluntario, todos los jóvenes de 18  años están obligados a inscribirse en el Selective Service System, la agencia civil encargada de llevar a cabo un reclutamiento militar cuando la ley se lo requiera.

El alistamiento en las fuerzas armadas está permitido a partir de los 17 años de edad y aunque es voluntario, el número de personas de clases socioeconómicas bajas en las fuerzas armadas es desproporcionadamente alto. El movimiento pacifista de EE. UU. lo denomina "el reclutamiento de la pobreza". Asímismo, el número de personas de color en las fuerzas armadas es también desproporcionadamente alto. Informes recientes indican que esta tendencia está cambiando. El número de jóvenes negros que se plantean una carrera completa en las fuerzas armadas ha descendido un 59 por ciento desde 1989. En número de jóvenes blancos que se plantean la misma carrera también ha bajado, pero sólo un 19 por ciento...

Hay una página con abundante información, de la que hemos sacado estos datos, sin los cuales no se puede entender esta película.https://www.wri-irg.org/news/2006/usa0603-es.htm. De hecho no existe la objeción de conciencia y la única alternativa es quebrantar la ley, hecho que puede penalizarse con cinco años de cárcel y una multa de 250.000$, aunque no ha habido condenas por la no inscripción desde 1965.

Esta descripción deja algunas lagunas que no permiten una explicación lógica de por qué es mayor el número de pobres y de negros entre los soldados reclutados para las guerras, pero es fácil deducir que el rico y poderoso puede pagar la multa sin grandes esfuerzos, mientras las clases más bajas no pueden eludirla. Esto explica los reproches que se hacen unos soldados a otros sobre el color de su piel, su situación económica, los privilegios de los oficiales y suboficiales, aunque, al final, y no es John Irvin el primero que  constata una triste realidad: después de arrebatar  los hijos a sus familias y mandarlos a las antípodas para defender a los señores que ostentan el poder económico y financiero, mientras se somete a la población a una igualdad de tintes 'comunistas', basada en los bajos salarios y en la ausencia de derechos, descubren que están allí para defenderse unos a otros y que deben tomar la criminal colina para que los que han muerto no lo hayan hecho en vano.

El rostro bañado por las lágrimas de uno de los escasos supervivientes  sin contestar a la radio que le pide la posición de los que todavía siguen vivos es una de las imágenes más antimilitaristas de la historia del cine. La mayoría fueron arrastrados a la fuerza a esta contienda y otros lo hicieron voluntariamente llenos de resentimiento hacia quienes protestaban desde situación privilegiadas y atacaban a quienes no podían, por falta de recursos, evadirse de acudir al lugar de la masacre. Es un film coral, con muchos personajes, tantos como sentimientos diversos genera la guerra, en la que cada cual responde de acuerdo, no sólo con su situación social, sino con su ideología, la amistad, la pérdida de seres queridos y otras muchas  circunstancias que convierte a cada individuo en un ser diferente que no puede ser considerado un colectivo y menos un integrante amorfo de una masa que responde en bloque a los dictados de las oligarquías.

Un film diferente, que incide sobre circunstancias muy poco conocidas fuera de los Estados Unidos y que protagonizan soldados novatos, poco endurecidos, que murieron antes de entender por qué estaban allí.

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