'Los ocho apellidos vascos atacan de nuevo".








La secuela de la película más taquillera de España (¡¡¡OMG!!!), alabada por amplios sectores del público y la crítica; de nuevo se sitúan al frente el realizador Emilio Martínez-Lázaro y sus guionistas Karra Elejalde, Borja Cobeaga y Diego San José, los dos primeros de los cuales se presentan como vascos, un accidente de nacimiento que les da carta de imparcialidad,y siguen insistiendo en abrumarnos con tópicos y arquetipos que señalan a personas de carne y hueso. Sin ir más lejos, en un programa de noticias televisivo una señora de Cataluña se mostraba preocupada porque no se imaginaba qué se podía decir de los catalanes, excepto que son tacaños. Mantenemos la esperanza de que animados por ese espíritu de que hacen gala, de construir gagas cauterizadores, sanadores y cicatrizantes,  no hagan reír con chistes tan casposos y desfasados, que según los artífices de esta vulgar comedia, sirven para limar asperezas. No todos lo ven así.

Los actores son los mismos que en la primera entrega, y, según afirma el equipo técnico, darán ahora su visión de 'los vascos' sobre 'los catalanes'. Salvando las distancias, estas películas intentan emular la exitosa película 'Bienvenidos al Norte' de Dany Boon, a la que no se le pueden atribuir intenciones políticas de ningún tipo por la diferente evolución histórica del país vecino, ni tan siquiera la de destensar el ambiente, y sin embargo tienen el buen gusto de inventarse un pueblo y una lengua, el ch'ti. Cuando comentamos este film hacíamos la siguiente observación: La crítica de Jordi Costa (Diario 'El País) responde a la idiosincrasia del pueblo español, acostumbrado mayoritariamente a respetar a las diferentes comunidades de hablantes del país (castellano, andaluz, gallego, catalán, vasco...) , por lo que en nuestro país se considera incorrecto cualquier "elogio del gañán" con fines de divertimento y el " reajuste de un tópico lacerante para su disfrute políticamente correcto", característica común del cine comercial francés" . Parece que reírse de los demás es rentable económicamente." La prensa más conservadora la miraba con simpatía, pues para E. Rodriguez Marchante  "es prácticamente imposible no mondarse de risa con sus insólitos personajes , al tiempo que  toda esta burla crítica, toda la acidez, se convierte en una mirada entrañable," (Diario ABC)

Cobeaga (San Sebastián, 1977) afirma que la película, que se estrenará previsiblemente en el mismo 2015, es una "continuación, literalmente" de "Ocho apellidos vascos": los mismos actores en sus anteriores papeles, pero dando en esta ocasión el punto de vista de los vascos sobre Cataluña. "Antes había una especie de hermanamiento, las nacionalidades y todo eso, pero ahora quizá en los vascos hay un poco de envidia de que los catalanes sean los protagonistas", sostiene Cobeaga, que garantiza que la secuela no será una cinta política como no lo fue la primera (La segunda parte de 'Ocho apellidos vascos' se rodará en primavera. Diario 'El País'). Un argumento oscuro para nosotros, que no creemos que se pueda expresar una opinión inocente cuando se discurre en torno a cuestiones tan políticas como las que abordan la primera y al parecer la segunda película en torno a un tema que atrae o expulsa al público de los cines de acuerdo con su ideología, algo que no tiene demasiada importancia ya que, como se ha demostrado, sólo con los afines se puede hacer una buena taquilla.

No nos gustan este tipo de películas en las que medio mundo va al cine para reírse del otro medio, que, al parecer libera a unos, pero molesta a otros. En caso de que esto sea así  estas películas no pueden ser cicatrizantes sino perpetuadoras de prejuicios.



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