Murieron por encima de sus posibilidades. Quim Casas.



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Ficha técnica:

Título original: Murieron por encima de sus posibilidades.
País: España.
Año: 2014.
Duración: 97 minutos.

Dirección: Isaki Lacuesta.
Guión: Isaki Lacuesta e Isa Campo, según un argumento de Isaki Lacuesta.
Dirección de Fotografía: Diego Dussuel y Marc Gómez del Moral. Color.
Música: Albert Pla y Judit Farrés.
Montaje: Domi Parra
Dirección artística:  Roger Bellès y David Faüchs.

Diseño de Vestuario: Alba Costa y  Xénia Gasull.
Maquillaje y peluquería: Gina Ross.

Productores ejecutivos: Isa Campo, Marc Cases,  Victor Cavaller, Jordi Comellas, Isaki Lacuesta, Alejandro Miranda y Rafael Portela.
Dirección de Producción: Ángeles Hernández/Aitor Martos.
Compañías. Productoras: La Panda de Morosos, La Termita Films, Versus Entertainment, Alicorn Films, Sentido Films y Versus Entertainment.

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Intérpretes:

Raúl Arévalo, Imanol Arias, Àlex Brendemühl, José Coronado, Eduard Fernández,  Ariadna Gil. Bárbara Lennie, Sergi López,  Carmen Machi, Ángela Molina, Albert Pla, Josep Maria Pou, Pau Riba, José Sacristan, Jaume Sisa,  Emma Suárez. Luís Tosar, Jordi Vilches, Julián Villagrán.


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Sinopsis:

Cinco ciudadanos de un país sospechosamente parecido al nuestro, ven destrozadas sus vidas por la crisis económica y, disfrazados de Osos Panda deciden formar una banda: Panda de  Morosos. Sin nada ya que perder, elaboran un enloquecido plan para salvar la economía española y mundial: secuestrar al presidente del Banco de España y exigirle que todo vuelva a ser como antes.


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Críticas:

Un país que se siente más perjudicado que ninguno y que acusa al presidente del gobierno, que regía los designios del país cuando estalló la crisis, de ser el culpable de la caída de Lehmann Brothers y de no haber hecho nada para impedirlo, cuando se decide a llevar al cine su visión de los acontecimientos, en clave de comedia pero con pretensiones de señalar con el dedo a los culpables, no se fuerza ni siquiera en fomentar la imaginación para construir una historia impregnada de poesía, de la estética e intencionalidad propia de las producciones catastrofistas y románticas que inundan el mercado y que suelen ser objeto de las iras de la crítica. Al ver estos bodrios bochornosos da hasta vergüenza denostarlas.

Quim Casas, que trata la película de  'cine de urgencia', parafraseando a su autor,  (llevamos casi ocho años de crisis, que dan para una reflexión profunda), 'un golpe franco en clave de esperpento a la economía (no menos esperpéntica) española y mundial', afirma que "Isaki Lacuesta' transita con 'Murieron por encima de sus posibilidades' (2014) los terrenos de la comedia absurda, el territorio siempre complejo y difícil del relato esperpéntico, para imaginar una fantasía anárquica y corrosiva sobre el estado actual de las ideas y las economías." Tiene razón Quim Casas cuando dice que el esperpento es comedia y exageración, una deformación de la realidad  que busca la  crítica  a través de la complicidad cómica, pero si no es real debe ser al menos verosímil y no presentarse como una réplica de las tertulias más casposas, que confunden al Banco de España, aligerado de funciones, apenas le resta emitir billetes, elaborar y supervisar  estadísticas, y alguna cuestión más, siempre subsidiaria del Banco Central Europeo desde que se consolidó la Unión Económica y Monetaria, e imaginar que es un lugar donde brillan el oro y los negocios es un despiste tan descomunal, que incide en las bochornosas ideas que transmite la TV. Si la exageración no conmueve a nadie,  no puede extrañar que haya conseguido la alienación de la crítica y posiblemente la del público que acuda a las salas.



Carlos Boyero la considera una de las tonterías más importantes que ha visto en los últimos tiempos: "yo diría incluso que en los últimos años, e incluso que es una pretendida sátira contra algo que querríamos hacer todos, y es comernos a los banqueros y a los políticos, pero para poder contar esto se debe tener gracia, ironía, que de verdad sea corrosivo   y esta película no tiene ni puñetera gracia y resulta patético pretender que el espectador sea cómplice y se ría..." (Ay que risa, Isaki Lacuesta. Diario El País, 28  de septiembre de 2014).



Gregorio Belinchón desliza la opinión que le merece este proyecto, especialmente en el título, muy alejada de la crítica complaciente de Quim Casas, y recoge declaraciones de su  director: " Era una película que yo quería hacer de forma urgente y si esperábamos a ayudas íbamos a tardar mucho”. Finalmente ha tardado porque ha rodado de vez en cuando en dos años: “Es una película que va ganando actualidad. En el próximo siglo (¿?) encontrará su público natural”. (...) " el proyecto nació como serie de televisión: “En realidad empecé a escribir una serie de humor con Iván Telefunken y con Albert Pla, el productor nos dijo que era un horror y decidimos grabar algún capítulo para que viera que merecía la pena, fuimos avanzando, avanzando y aquí estamos”. (Murieron por encima de sus posibilidades', una comedia despeñada. Diario 'El País', 28 de septiembre de 2014). Curiosamente participaron actores de todas las generaciones (Raúl Arévalo, José Sacristán, José Coronado, Ariadna Gil. Luís Tosar...).

Una acción que recuerda el asesinato de César en beneficio de la República, en el que todos y cada uno de los senadores clavó su puñal para ser todos igual de responsables, en este caso de una idea que en principio iba dirigida a la televisión, pero que fue rechazada por el productor que la consideró un horror, un bodrio en el que se implicaron la mayor parte de los actores de un país en el que ni se puede aspirar a que nadie invierta en hacer películas didácticas que saquen a la población de su condición de súbditos y la conviertan en auténticos ciudadanos bien informados, como ocurre en Estados Unidos. Pero tampoco tenemos derecho a que nos cuenten historias en las que la desesperación de los ciudadanos que los sume en el  pesimismo ante la falta de perspectivas de una vida digna, se exprese mediante un discurso catastrofista repleto de metáforas y símbolos y muestren un futuro distópico en el que las masas han sufrido un proceso de depauperación,  sino que parece que a lo único que podemos aspirar es a que nos tomen por ignorantes capaces de ser manipulados con las historias más burdas y las consignas más simplonas. No nos queda espacio ni para el racionalismo ni para el romanticismo, sólo para la chapuza.

Luís Martínez hace un buen análisis al comparar esta película fallida, a la que algunos llaman con solemnidad comedia, con una célebre obra clásica: "En 'Los viajes de Sullivan' el personaje interpretado por Joel McCrea imagina un cine comprometido con su tiempo; un cine consciente de su lugar en el mundo. Luego está el milagro de Veronica Lake, pero eso es lo que los guionistas con estudios llaman subtrama. No puede uno dedicarse alegremente, piensa Sullivan, a hacer comedias cuando todo alrededor es desolación, caos y caras sucias. Hasta que, obviamente, cae en la cuenta de que en esta vida se puede ser de todo, menos un pesado. Hay una línea sutil que separa el arte comprometido del arte pelmazo (...) Concebida como una comedia coral con todo el cine español (o casi dentro), la película quiere ser una respuesta que se diría de urgencia (...) en la que "un grupo de descerebrados que bien podrían ser cualquiera (o por lo menos, y por ser preciso, uno de cada cuatro españoles en paro) decide un buen día cobrarse venganza. Recortes sí, pero en las carnes de algunos: el presidente del Banco España, por ejemplo. Lo que sigue es rabia, no siempre carcajeante, entregada al sano (o insano, qué más da) ejercicio de hacer sangre, además de algo de gracia. (Maldita la gracia. Diario 'El Mundo, 26 de Septiembre de 2014).

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