Resurrección: empieza el juego.
Ficha técnica:
(Títulos en la cinta en coreano)
Título original: Sungnyangpali sonyeoui jaerim (transcrito por Filmaffinity)
País: Corea del Sur.
Año: 2002.
Duración: 123 minutos.
Dirección: Jang Sun-Woo.
Guión: Jang Sun-Woo y Jim-mi in.
Dirección de Fotografía: Woo-hyung Kim.
Música: Pa-lan Dal.
Compañías. Productora: Kihwik Cine; Distribuidora: Manga Film.
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Intérpretes:
Eun-kyeong Lim, Hyun-sung Kim, Jin-pyo Kim, Sing Jin, Gye-nam Myeong, Doo-hong Jung, Ta Kang, Cheong-a Lee, Jae-kyeong Seo
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Sinopsis:
Lo único que motiva a Ju, un chico con poco éxito entre las mujeres, repartidor de un restaurante chino, son los videojuegos. Su vida cambiará cuando una vendedora le vende un mechero que lleva inscrito un número de teléfono; al llamar descubre que ha sido inscrito en un juego llamado "Resurrection of the little match girl". La vendedora de cerillas del clásico cuento de hadas de Andersen cobra vida a través del juego y Ju se ve arrojado al mundo de realidad virtual de la chica. Se le encomienda la misión de salvarla del peligro y conducirla hacia una muerte plácida. Pero tendrá que enfrentarse a una fuerza gigantesca llamada el Sistema, además de a otros mucho peligros.
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Comentario:
El film de Jang Sun-Woo, el realizador coreano, nacido en un país muy tecnologizado y con muy buenos rendimientos académicos de sus estudiantes, lanza esta película, dirigida para un público muy concreto, los jóvenes que disfrutan con los videojuegos y que están familiarizados con la jerga de niveles, rangos, realidades virtuales, etc. Hemos encontrado un sitio (http://laestanteriadecho.blogspot.com.es/2009/07/resurrection-empieza-el-juego.html), un blog creado en 2006 por Cho Hakkai y Bambú (suponemos que estos nombres son sus avatares), en el que casi se disculpan por sentirse atraídos por esta película: "No recomendamos a nadie esta película adaptada del cuento popular de la vendedora de cerillas, del famoso Hans Christian Andersen; sin embargo, debemos reconocer que sus dos horas de duración se nos hicieron muy entretenidas, e incluso divertidas, sobre todo en las escenas de acción con absurdos saltos y acrobacias." Nos parece injusto que tengan casi que pedir perdón por haber disfrutado con una película que tiene cierto atractivo incluso para los legos en esta materia y con escasos contactos con el mundo del manga y el videojuego.
El cuento de Andersen es muy oscuro y tiene su réplica en el film coreano, en el que las intenciones de los que rigen el sistema no quedan tampoco muy claras, aunque, al parecer, el jugador-protagonista gana el premio que se oferta al vencedor y disfruta en una playa paradisiaca de su esposa, la antigua vendedora de cerillas, y de la recompensa económica que el trofeo conlleva. Se han criticado detalles de menor importancia, algunos de los cuales se deben, casi con total seguridad, a un mal doblaje del coreano como el mantener el nombre de la protagonista como la vendedora de cerillas en una país como Corea, que ya no deben saber ni qué es una cerilla. La forma que acompaña a este discurso, aunque no alcanza la grandeza de Matrix es bastante decente, y la confusión del jugador entre realidad y apariencia de ilusión interesante, una fisura que permite traspasar de una dimensión a otra. Es verdaderamente simpática la idea de que cuando la pobre vendedora de mecheros se cansa de tanta indiferencia ante su situación de extrema pobreza y comienza a practicar una violencia indiscriminada, el sistema alerta de la presencia de un virus. ¿En qué terreno nos situamos entonces?
Si en otros tiempos fueron los cómics los que definieron a unas generaciones que buscaban la diversión en estas novelas gráficas que satisfacían las fantasías de todo tipo de sus lectores, afición de la que informan película como Paul (Greg Mottola, 2011) en la que dos frikis ingleses viajan hasta la Comic Con, ahora nos situamos en una realidad virtual diferente, en la que la imagen y el sonido juegan un papel protagonista, una nueva dimensión económica y social a la que se han incorporado los países asiáticos, que han progresado de forma extraordinaria en el último medio siglo. Jang Sun-Woo recoge este ambiente de adolescentes, fans de los jugadores, a los que reciben como si fueran actores o músicos de moda. Si atendemos al blog que hemos citado arriba, no son pocos los jóvenes españoles que, no sólo conocen estos juegos y los practican, sino que saben dónde, cómo y a qué precio se pueden adquirir las películas de cineastas como el realizador de 'Resurrección:empieza el juego".
El cuento de Andersen es muy oscuro y tiene su réplica en el film coreano, en el que las intenciones de los que rigen el sistema no quedan tampoco muy claras, aunque, al parecer, el jugador-protagonista gana el premio que se oferta al vencedor y disfruta en una playa paradisiaca de su esposa, la antigua vendedora de cerillas, y de la recompensa económica que el trofeo conlleva. Se han criticado detalles de menor importancia, algunos de los cuales se deben, casi con total seguridad, a un mal doblaje del coreano como el mantener el nombre de la protagonista como la vendedora de cerillas en una país como Corea, que ya no deben saber ni qué es una cerilla. La forma que acompaña a este discurso, aunque no alcanza la grandeza de Matrix es bastante decente, y la confusión del jugador entre realidad y apariencia de ilusión interesante, una fisura que permite traspasar de una dimensión a otra. Es verdaderamente simpática la idea de que cuando la pobre vendedora de mecheros se cansa de tanta indiferencia ante su situación de extrema pobreza y comienza a practicar una violencia indiscriminada, el sistema alerta de la presencia de un virus. ¿En qué terreno nos situamos entonces?
Si en otros tiempos fueron los cómics los que definieron a unas generaciones que buscaban la diversión en estas novelas gráficas que satisfacían las fantasías de todo tipo de sus lectores, afición de la que informan película como Paul (Greg Mottola, 2011) en la que dos frikis ingleses viajan hasta la Comic Con, ahora nos situamos en una realidad virtual diferente, en la que la imagen y el sonido juegan un papel protagonista, una nueva dimensión económica y social a la que se han incorporado los países asiáticos, que han progresado de forma extraordinaria en el último medio siglo. Jang Sun-Woo recoge este ambiente de adolescentes, fans de los jugadores, a los que reciben como si fueran actores o músicos de moda. Si atendemos al blog que hemos citado arriba, no son pocos los jóvenes españoles que, no sólo conocen estos juegos y los practican, sino que saben dónde, cómo y a qué precio se pueden adquirir las películas de cineastas como el realizador de 'Resurrección:empieza el juego".
Estos no se van con 'chinitas'....
ResponderEliminarEs un planteamiento cultural absolutamente diferente, en el que son capaces de abordar un cuento tan cruel como el de Hans Christian Andersen, 'La vendedora de cerillas' (ahora convertida en vendedora de mecheros, como no podía ser de otra manera en el oriente lejano tecnológico), y adaptarlo a una nueva forma de representación y del consumo de imágenes.
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