Taxi, derrape total




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Ficha técnica:

Título original: Taxi: Derrape total.
País: Estados Unidos.
Año: 2004.
Duración: 97 minutos.

Director: Tim Story.
Guión: Robert Ben Carant & Thomas Lennon y Jim Kouf,  basado en el film escrita por Luc Besson (Taxi)
Casting: Donna Isaaccson, c.s.a., Christian Kaplan,c.s.a., Ilene Starger,c.s.a.
Director de Fotografía: Vance Burberry.
Música: Christophe Beck; supervisor: Spring Aspers.
Editor: Stuart Levy.
Director artístico: María Baker.
Decorador del set: Jackie Carr.
Regidor: Betty S.Krul.
Coordinadores de especialistas: Thomas Robinson Harper, G.A.Aguilar, Russell Solberg, Brian Smarz.

Diseño de Vestuario:Sanja Milkovic Hays; supervisor de vestuario: Camille Argus.
Jefe de Departamento de Maquillaje: Christina Smith.
Jefe de Departamento de peluquería: Kenneth Walker.

Productor: Luc Besson.
Productores ejecutivos: Robert Simonds, Ira Shuman.
Co-productor:Steve Chasman.
Diseño de producción: Mayne Berke.
20th  Century Fox presenta a Europacorp/ Robert Simons Production/Robert Simons Production.


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Intérpretes:

Queen Latifah : Belle,
Gisele Bündchen: Vanessa,

Jimmy Fallon: Wohwurn,
Jennifer Esposito: D.Morto  Robbins
Henry Simmons: Jesse,
Christian Kane: Agente Mullins,
Ann Magret : Madre de Wohwurn,
Ana Cristina de Oliveira: Redhead,
Magali Amadei: Cuarta ladrona,
Ingrid Vandebosch: Tercera ladrona
Adrian Martínez: Hombre brasileño,
Patton Oswalt: secretario del depósito municipal
John Rothman: Hombre de negocios.


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Sinopsis:

Belle Williams (Queen Latifah) es hermosa, dura de pelar y muy "sexy". Por si eso fuera poco es famosa por su capacidad para recorrer las atestadas calles de New York a 200 por hora con su taxi. El detective Andy Washburn (Jimmy Fallon), joven, guapo y responsable, es  uno de los mejores policías de New York, pero, desgraciadamente, sus habilidades como piloto no están a la altura de sus aspiraciones. En plena persecución de  un cuarteto de seductoras brasileñas ladronas de bancos. Washburn logra convencer a Belle para que le ayude a capturarlas juntos, la taxista de cabeza fría y el poli desbordante de confianza en el imperio de la ley se lanzan a un peligroso juego del gato y el ratón para echar el guante a las hermosas delincuentes...


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Comentario:

La estatua de la libertad recortada sobre  un cielo plomizo que anuncia el amanecer es la primera imagen que vemos de la ciudad de New York; asistimos desconcertados a la razón que ha llevado a su director a decidir comenzar de esta manera, con una imagen tan simbólica, muy próxima a la isla de Elis en la que los emigrantes que intentan entrar en el país son retenidos y examinadas sus condiciones físicas, laborales, de arraigo... Un primer plano con pretensiones, la verdad es que muy oscuras, de una ciudad que amanece y que es, en realidad, un símbolo del mundo 'libre', cuyos potentados hace mucho tiempo que miran de reojo a los países asiáticos, animados por una cierta envidia trufada de admiración al comprobar cómo han conseguido salir adelante estrangulando a una población que apenas gana para poder alimentarse con dietas de menos de 1000 calorías, las suficientes para soportar largas jornadas laborales sin que disminuya su rendimiento. Esta fórmula ha comenzado a funcionar en ciertos países como España, donde tras la caída de Lehman Brothers, pistoletazo de salida de  una crisis que muchos consideran una estafa, se está comenzando a superar el bache con un resultado bastante evidente: los trabajadores de esta zona del mundo, bajo la égida de la imponente estatua de la libertad, han igualado sus condiciones de trabajo con las de los países asiáticos, y la deslocalización de las empresas, una consecuencia de la globalización, ya no es necesaria. Los talleres clandestinos funcionan en los países del primer mundo, algo que ya denunció John J.Avildsen en su película 'Salvad al tigre'  de 1973.

La película se contextualiza en 2004, cuando ya se estaba preparando la madre de todos los pinchazos (construcción de inmuebles, estafas de accionistas preferentes, hundimiento de compañías de seguros, rescates de bancos, deudas...), y reúne todo lo que podía hacer feliz a un ciudadano occidental pre-crisis, que vivía una quimera, la del crecimiento ininterrumpido y sostenible: coches tuneados, sexo representado por chicas de anuncio subidas en altos tacones, carreras por las ciudades, en las que son expertos los realizadores norteamericanos que aproximan sus películas a las ficciones de Disney, en la que sus protagonistas salen prácticamente ilesos de coches que saltan rodando por los aires como si fueran de plástico. En resumen, el film incorpora todos los elementos de la posmodernidad, el fin de la historia, la ilusión  generalizada de formar parte de una clase media alta, en la que un taxista tiene todo lo que puede desear y las polis y las ladronas están de muy buen ver.

¿Qué falla pues? Practicamente casi todo: el carisma del protagonista, un tipo que no te puedes creer y al que de nada sirven los andamios que le proporciona Quenn Latifah que, como siempre, va de sobrada y de listilla, muy segura de lo que hace y mirando a todos los que están a su alrededor como si padecieran una deficiencia mental; la panda de ladronas añade un ingrediente sexista tan obvio que pierde eficacia, lleno de clichés, de actitudes provocativas que rinden a los policías que salen a su paso, que son los más tontos de la comisaría y que nada tienen que ver con los 'héroes de verdad' , lo polis duros que tradicionalmente han corrido a cargo de actores como Schwarzenegger o Silvester Stallone. En esta comedia (que eso también hay que tenerlo en cuenta) los agentes tienen la apariencia de honrados padres de familia, maduritos, con sobrepeso y pocos encantos, difíciles de engañar por esas 'lagartas', la mayoría emigrantes procedentes de países del este. Tópico tras tópico sin nadie capaz de unificar estos materiales con garra, convierten esta película en un bodrio insoportable, por mucho que esté detrás de ella Luc Besson como productor, vigilando de cerca su criatura, un amago de 'remake' de  Taxi Express, película de 1998 de la que fue guionista.

Lamentablemente hemos de decir que esta comedia no nos ha entretenido nada, que la hemos visto a plazos, porque resulta un poco duro verla de un tirón, a pesar de contar con todos los elementos necesarios para distraer al público: costosos efectos especiales, algunos actores destacados de Hollywood, buenos coches, velocidad, sexo y 'buen rollete'. Un film que demuestra que el amarillismo, el pretender no decir nada y tener como objetivo fundamental divertir y entretener al público, con frecuencia no funciona.



 

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