Los Vengadores: La Era de Ultrón. Comentario.





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Comentario:

Los Vengadores se vuelven oscuros como los tiempos, y, con una factura impresionante, tanto en la excelente presentación de los personajes como en el desarrollo de la historia, nos advierten de que la gente no profundiza jamás en el conocimiento de lo que les afecta, llegando a confundir con harta frecuencia el caos y el orden. Sin embargo caen en el mismo defecto que denuncian, pues, parafraseando a Antonio José Navarro "una de las fragilidades del film es que Ultrón no es una amenaza apocalíptica como las hordas de Chitauri asolando la ciudad de los rascacielos -espacio emblemático, tanto en la ficción como en la realidad de la destrucción del mundo -, pues parece únicamente el líder de una panda de robots especialmente inútiles. Asimismo, la destrucción de Sokovia-un pequeño país centroeuropeo con el look de antigua república comunista (¿Ucrania?) no causa el horror que requería el discurso de la cinta." (Los superhéroes tienen miedo. Dirigido por...).

Tras una secuencia previa a los títulos de crédito espectacular en la que se ha producido un avance sobresaliente en los modos de representación de una plasticidad  que emula, e incluso supera con mucho la imagen estática del cómic, la entrada en acción de nuevos personajes como La Bruja Escarlata/Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen), Pietro Maximoff/Quicksilver (Aaron Taylor -Johnson), Jarvis/Visión (Paul Bettany), un sintezoide, mezcla de metal y tejido vivo, que lleva incrustada en su frente la gema amarilla del infinito que estaba escondida en el cetro chitauri,  o el villano Ultrón, el alter ego de Tony Sark, interpretado por James Spader, se atasca y ralentiza el relato, ya que, de forma un tanto torpe la historia se enreda en la narración de  la causa del deseo de venganza de los dos gemelos, y las propiedades técnicas y científicas de Jarvis y Ultrón. Pero superado este bache, el film camina con seguridad hacia un final en el que va incrementando la tensión y el interés del público y arrancando carcajadas con frecuentes guiños, chistes y gags en los que se bromea sobre el martillo de Tor, que como la espada del Rey Arturo sólo puede ser levantado por su dueño, y luego por Jarvis,  y otros que aluden a fortalezas o debilidades de los superhéroes, desmitificándolos y desacralizándolos.

De este modo, a pesar de que Whedon pone en juego su capacidad para representar en la pantalla la cultura de acción, la mayor aportación americana al pensamiento occidental (jazz, blues, action painting...), y  construye unos diálogos sobre el deseo de cambio que siente la humanidad, que exige el fin de los Vengadores, pero la solución, una inteligencia artificial a la que se denomina Ultron, emana del lado oscuro de un antiguo fabricante de armas, Tony Sark, del que se quieren vengar los gemelos porque sus padres murieron en la guerra (¿?) víctimas de un torpedo que llevaba inscrita la marca de la industria de la que el hoy superhéroe  Iron Man era propietario, el ensimismamiento en torno a la construcción de las más bellas imágenes de héroes que el cine ha producido,  ha jugado en contra del discurso del film y ha evitado que 'Los Vengadores: La era de Ultrón" sea una película perfecta. Si con el tiempo se convierte en un film de culto dependerá de la voluntad de sus  seguidores.  A  pesar de lo dicho, no dudamos en recomendar esta película a los amantes del cine y no solo a los fans del género, porque el lenguaje de ciencia-ficción consiente un discurso muy actual sin caer en simplicidades y vulgarismos, sirviéndose de tropos y símbolos muy elegantes. La sociedad quiere cambios, pero ¿Qué cambios? No tarda en descubrir que necesita a 'Los Vengadores', alguno de los cuales, como el Capitán América ha pasado 75 años congelado, y otros como Visión nacieron ayer. Juntos seguirán luchando, uniendo la experiencia y la fuerza renovadora del recién nacido para que se restablezca la justicia en este mundo que nos ha tocado en suerte.

El hombre tiene la tendencia a sentirse único y a culpar de sus desgracias a un chivo expiatorio, en la actualidad a los políticos, un sentimiento que recoge el cine y que parodia Gondon Gekko en la segunda parte de Wall Street; sin embargo, este hombre resentido contra la sociedad no asume que cuando invertía en bonos basura que le daban altos rendimientos de los que denunciaba la prensa salmón o asumía deudas millonarias, estaba cavando su propia fosa, obnubilado por la quimera del capitalismo popular y su sentimiento de pertenencia a la clase 'alta', que se enfangaba a su vez, borracha por la ambición de tener cada día más dinero y poder. La debacle ha sido universal y todos elevan sus plegarias, desde posiciones muy contradictorias,  al dios del 'cambio' y alguno se atreve a poner fecha de caducidad a los hombres ( 32 años, ni siquiera 33 como Jesucristo, porque su guía es su propia partida de nacimiento). Esto es lo que aborda la nueva película de 'Los Vengadores' en la Era de Ultrón, que se enfrentan a un monstruo de pies de barro, creado por el lado oscuro del antiguo traficante de armas, que ve llegada la hora de su retiro como superhéroe en activo. Los que queden saben que no pueden prescindir de la experiencia de los 'viejos' vengadores, apoyados en las nuevas aportaciones de savia joven. Se augura un nuevo capítulo sustancioso en el que todos se habrán fortalecido, incluido el lado oscuro.





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