Happy, un cuento sobre la felicidad.
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Ficha técnica:
Título original: Happy-go-lucky.
País: Reino Unido.
Año: 2008.
Duración: 118 minutos.
Dirección: Mike Leigh
Guión: Mike leigh.
Dirección de Fotografía: Dick Pope.
Música: Gary Yershon.
Montaje: Jim Clarck.
Productor: Simmon Channing-Williams
Compañías. Thin Man Films, Monumentum Films (UK), Miramax Films (US), Maple Pictures (Canadá). De APlaneta.
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Sinopsis:
Poppy , Paulina Cruz,(Sally Hawins), una profesora de primaria treintañera, es divertida, carismática, abierta, generosa y muy optimista. Es un espíritu libre, de gusto estrambótico en el vestir, que comparte apartamento con su mejor amiga Zoe en Finsbury Park desde hace diez años y que se toma la vida tal y como viene. Cuando le roban la bici, decide que es el momento de sacarse el carnet de conducir. Scott (Eddie Marsan), su profesor de autoescuela, es un tipo huraño, amargado, emocionalmente reprimido y misógino. A medida que se conocen, Poppy acabará enseñando al instructor más de lo que él puede enseñarle a ella.
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Premios
2008: Nominada al Oscar: Mejor guión
2008: Globo de Oro: Mejor actriz - comedia o musical (Sally Hawkins). 2 nominaciones
2008: Festival de Berlín: Oso de plata - mejor actriz (Sally Hawkins)
2008: 4 premios National Society of Film Critics Awards, incluyendo director, actor sec. (Marsan) 2008: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor actriz (Hawkins) y guión.
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Crítica y comentario:
La crítica ha sobrevalorado este trabajo de Mike Leigh, un cineasta nacido en Houston, (Texas), Estados Unidos, pero que ha analizado el sufrimiento y la depauperación de las masas británicas durante el thatcherismo con mayor profundidad y respeto que muchos directores británicos, captando los ambientes como si hubiera nacido en la Gran Bretaña. Un militante del realismo social que está más próximo al cine de Ken Loach que al de sus compatriotas y sabe captar los ambientes sórdidos de atmósferas recargadas y sombríos papeles pintados en las paredes de los interiores ingleses, en películas tristes, enmarcadas en el realismo social y urbano, como 'Todo o nada', que contempla una situación que los españoles comenzamos a entender en la que la población empobrecida, como consecuencia de las politicas neoliberales de Margaret Thatcher, incluidos los que gozan del 'privilegio' de un empleo, éste no le da para subsistir con dignidad, aunque en algunos casos estén trabajando todos o casi todos los miembros de la familia.(2002). O 'El secreto de Vera Drake' (2008), en el que una mujer ayuda a abortar a otras que no pueden mantener a más hijos de los que ya tienen, en las peores condiciones que cualquiera pueda imaginar.
Este tenebrismo visual contrasta con el optimismo desmedido de Poppy que ha desconcertado a la crítica, y en un arranque de entusiasmo la ha premiado con múltiples galardones y las críticas más incondicionales: trabajo agradable y puramente entretenido de acuerdo con la opinión de Alissa Simon de Variety; explosión de optimismo naïf a cargo de un personaje tan eufórico, pintoresco y alegre que cuesta digerirlo a primera vista, para E. Rodríguez Marchante del diario ABC. Una explosión de simpatía en tromba de la protagonista que llega a desconcertar y a crispar los nervios, una situación de la que nos salva la reconocible mirada de Leigh, según Alberto Bermejo del diario 'El Mundo'.
Si algunos de estos críticos encuentran divertidas algunas de las películas más tristes y oscuras que se pueden ver en el cine actual, es inimaginable cómo se habrán sentido en una película en la que su protagonista hace bueno el refrán popular de que 'un optimista es un pesimista mal informado'. Esta desorientación, este reírse por cualquier cosa y su forma estrambótica de ver la vida, será la causa de un desagradable malentendido con su profesor de auto-escuela, un joven acomplejado, huraño, misántropo y misógino, que ve en la forma de comportarse Poppy una clara insinuación sexual. No hay que decir que, aunque este hecho le impacte de momento, la joven volverá pronto a su optimismo desmedido.
Este tenebrismo visual contrasta con el optimismo desmedido de Poppy que ha desconcertado a la crítica, y en un arranque de entusiasmo la ha premiado con múltiples galardones y las críticas más incondicionales: trabajo agradable y puramente entretenido de acuerdo con la opinión de Alissa Simon de Variety; explosión de optimismo naïf a cargo de un personaje tan eufórico, pintoresco y alegre que cuesta digerirlo a primera vista, para E. Rodríguez Marchante del diario ABC. Una explosión de simpatía en tromba de la protagonista que llega a desconcertar y a crispar los nervios, una situación de la que nos salva la reconocible mirada de Leigh, según Alberto Bermejo del diario 'El Mundo'.
Si algunos de estos críticos encuentran divertidas algunas de las películas más tristes y oscuras que se pueden ver en el cine actual, es inimaginable cómo se habrán sentido en una película en la que su protagonista hace bueno el refrán popular de que 'un optimista es un pesimista mal informado'. Esta desorientación, este reírse por cualquier cosa y su forma estrambótica de ver la vida, será la causa de un desagradable malentendido con su profesor de auto-escuela, un joven acomplejado, huraño, misántropo y misógino, que ve en la forma de comportarse Poppy una clara insinuación sexual. No hay que decir que, aunque este hecho le impacte de momento, la joven volverá pronto a su optimismo desmedido.
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