Tres colores: Rojo. Krzysztof Kiewsloski




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Ficha técnica:

Título original: Trois couleurs.
País: Suiza/Francia/Polonia.
Año: 1994.
Duración:  99 minutos.

Dirección: Krzysztof  Kieslowski.
Guión: Krzysztof  Kieslowski,  Krzysztof   Piesiewizc.
Casting: Margot Capelier.
Dirección de Fotografía: Piotr Sobocinsk.
Música: Zbbigniew  Preisner.
Montaje: Jaques Witta.
Director artístico: Claude Lenoir.
Sonido: Jean-Claude Laureux.
Decorados: Claude Lenoir.
Script: Genevieve Dufour

Diseño de Vestuario: Corinne Jorry.
Maquillaje: Nathalie Tanner,
Peluquería: Catherine Zingg.
ntignan,
Productor ejecutivo: Yvon Crenn.
Director de producción: Gerard Ruey.
Compañías. Productoras: CAB Productions, S.A.; Distribución: JMM Invest, S.L., Mirmax Home Entertainment.

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Intérpretes.

Irene Jacob: Valentine Dussaut,
Jean-Louis Trintignant,
Karin: frederique Feder,
Jean-Pierre Lorit: Auguste,
Samuel Lebihan: Fotógrafo
Marion Stalens: La veterinaria,
Teco Celio: El barman
...

Participación excepcional de:

Juliette Binoche,
Julie Delpy
Benoit Regent
Zbigniew Zamachowski.

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Sinopsis:

Rojo, símbolo de frternidad, cierra la trilogía de Kieslowski. Una joven modelo, Valentine, conoce por casualidad a un juez retirado. Poco a poco se irá introduciendo en el mundo misterioso del juez.


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Comentario:


Krzysztof Kieślowski es un cineasta polaco, que tuvo una vida relativamente corta. De origen humilde, murió a los 55 años, tras una dilatada carrera dedicada al cine, aunque, en principio, tuvo que realizar trabajos alejados de esta profesión, dando sus primeros pasos laborales  ejerciendo de bombero durante algunos meses. Tras este intervalo se inscribió en la Escuela de Cine de Lodz. Sur primeras producciones las dedicó a la vida de los trabajadores y soldados de su país. Polonia es una tierra de católicos, lo que explica que su obra más importante para televisión fuera una serie Decálogo,  en la que intentaba abordar la esencia de la naturaleza humana y de la lucha tenaz contra las crisis morales causadas por la complejidad de la forma de vida postmoderna, y en este sentido del mundo postcristiano a través de la religión. Pero, el cineasta polaco pasó a la historia, fundamentalmente por su trilogía: Azul, Blanco y Rojo.

No son pocos los que han utilizado la bandera francesa, -entre otros Jean Luc godard-,  que representa a la única revolución triunfante con resultados permanentes, cuyo lema era "liberté, egalité, fraternité', un movimiento de masas, que incorporaba entre sus filas a los llamados sans-culottes, los partisanos de izquierdas de las clases más bajas, que ayudaron a ascender al poder a la nueva clase ascendente, la burguesía, que cuando ocupó el lugar de los nobles los sometió y los explotó en sus negocios, una actitud que apenas se ha movido un ápice hasta ahora. A pesar de  que esta revolución acabó definitivamente, a pesar de los vaivenes de la historia, con la nobleza como clase dominante, todavía hay quien se empeña en remover y revisar la historia y poner en valor la evolución como forma de hacer avanzar a la humanidad.

La historia de 'Rojo' transcurre en Suiza, en la ciudad de Ginebra. Hay quien opina que al ser el país alpino un país de convivencia lingüística, cultural y religiosa, ( y la caja fuerte de medio mundo, un paraíso fiscal en toda regla), cuna del calvinismo, doctrina religiosa que defiende que Dios demuestra la elección de sus siervos proporcionándoles el triunfo económico y social, modelan la personalidad del protagonista, un juez que cree en la predestinación. Pero el color rojo no sólo tiene estas connotaciones ideológicas, sino  que se extienden al protocolo universitario que asocia este color con el derecho, (los personajes masculinos son jueces), y  al sentimiento de la energía vital y el amor.

Kiewsloski hace una película elegante, oscura, abigarrada y claustrofóbica, en la que los personajes conviven en los espacios con multitud de objetos y  animales, concretamente perros (cada personaje tiene los suyos, con los que conviven y comparten casa, en lugar de hacerlo con su pareja), tan oscura y confusa como las relaciones que se establecen entre ellos, jueces acostumbrados a declarar a las personas inocentes o culpables. en actos vanidosos y prepotentes, que los convierten en personajes retorcidos que se sienten atraídos y atraen a jovencitas, a las que interesan por su carácter misterioso y poco respetuoso con las reglas. Todos los hombres, curiosamente son jueces, desde el mayor de todos, el misterioso juez interpretado por Jean-Louis Tringinant, hasta el más joven,  lo que les permite emitir sentencias sobre sus parejas. Valentine no es una chica cualquiera, sino una estudiante que compagina sus estudios con su actividad como modelo, fotográfica y de pasarela, lo que la convierte en un icono de mujer deseable para los hombres, una joven curiosa, que se siente intrigada por un ex-magistrado que espía a sus vecinos.

Habitaciones generalmente en penumbra,  con lámparas que carecen de bombilla,  tomas exteriores con frecuencia nocturnas, aire, viento, lluvia, son los elementos que dan forma a un ambiente en el que nada es claro y transparente, y en el que la lealtad no es un valor en curso y como colofón un accidente en un ferry, que permite al realizador rendir un homenaje a los protagonistas de las películas que constituyen la trilogía. Llama la atención el cinismo en las relaciones sentimentales  que impregnó al principio de la década de los 90 las películas de este polaco que las sitúa, ya entrado el siglo XXI en el cine que se hace en Europa, en el que se muestra cómo el hombre ha perdido la inocencia y ya no cree en el amor como un sentimiento positivo, sino más bien como el 'mal amor' del que hablan algunos teóricos de la semiótica contemporánea, que ponen su lupa en la imposibilidad de la pareja, trascendida a cualquier tiempo y lugar.




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