Magnolias de acero
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Ficha técnica:
Título original: Steel Magnolias.
País: Estados Unidos.
Año: 1989
Duración: 118 minutos.
Dirección: Herbert Ross.
Guión:Robert Harling, basado en la obra de teatro Steel Magnolias
Director de Fotografía: John A.Alonzo.
Casting: Hank McCann
Música: Georges Delerue.
Edición: Paul Hirsch.
Diseño de Vestuario: Julie Weiss
Productor: Ray Stark
Productor ejecutivo: Victoria White.
Productor asociado: Andrew Stone
Diseño de producción: Gene Callahan y Edward Pisoni.
Compañías: Tristar Pictures, Rastar Production
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Intérpretes:
Sally Field: M'Lynn Eatenton,
Dolly Parton: Truvy Jones,
Shirley MacLaine: Ousier Boudreaux,
Daryl Hannah: Annelle Dupuy Desoto,
Olympia Dukakis: Clairee Belcher,
Julia Roberts : Shelby Eatenton Latcherie,
Tom Skerrit
Dylan McDermott
Kevin J. O'Connor
Bill McCutcheon
Ann Wedgeworth
Bibi Besch
Jonathan Ward
Knowl Johnson
Sam Shepard
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Sinopsis:
Seis mujeres de un pueblo de Louisiana acuden a una boda. Todas ellas mantendrán a partir de ese momento una relación de amistad, gracias a las frecuentes visitas que realizan a un
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Premios (Filmaffinity):
1989: Nominada al Oscar: Mejor actriz de reparto (Julia Roberts)
1989: Globo de Oro: Mejor actriz de reparto (Julia Roberts). 2 Nominaciones
1990: Nominada Premios BAFTA: Mejor actriz secundaria (Shirley MacLaine)
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Críticas :
Sorprendentemente esta película casposa y de marujeo, llena de harpías ociosas y maledicentes, gustó bastante a los críticos españoles, aunque por muy 'dosificada' que estén la comedia versus el drama, Marinero debió aclarar el significado exacto de una afirmación tan contundente para orientar a sus lectores. El hecho de que resulte atractiva, encantadora o muy entretenida, sabemos todos que son valoraciones muy subjetivas, tanto que parece que las críticas tienen cada vez menos repercusión en el público, excepto cuando hay una decisión firme como la que denuncia Iñarritu en Birdman de hundir definitivamente una película, una obra de teatro o un libro. A veces se consigue, como ocurrió con 'Chapie' de Neil Blomkamp, un film respecto al que no dudamos que el paso del tiempo hará justicia, o 'El maestro del agua' de Russell Crowe que se mantenía en cartelera, mientras otras muy bien avaladas se hundían.
"Una obra de teatro de gran éxito llevada al cine por Ross, especialista en adaptar obras de Broadway (...) Excelente reparto. La dosificación de la comedia y el drama consigue un entretenimiento de primera clase". Así se expresaba Francisco Marinero del Diario El Mundo.
Para Fernando Morales resultó "atractiva y con mucho encanto" ( Diario El País). No sabemos si estos críticos mantendrían hoy estas posturas, lo que si parece es que dejaron pasar por alto una revolución que se estaba llevando por delante toda esta caspa y dejando en el camino películas notables.
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Comentario:
Buscando información sobre este film coral en el que participaron un montón de mujeres, interpretadas por actrices de moda o de una notable trayectoria, lo cual no quiere decir que sea un film sobre mujeres, ya que se podría haberse hecho igual sin marcar ninguna distinción. que hubiera evitado que algunos, como alguien que se hace llamar Doctor Albeiros (en realidad un personaje de ficción creado por el escritor ourensano D.Vicente Risco, para su obra 'O porco de pe') y que lleva una página de medicina y cine que se presenta como MEDYCINE, " un singular paseo cinematográfico por los senderos de la salud y la enfermedad", arremetieran contra los grupos de activistas de carácter feminista, que han jugado un importante papel en Norteamérica y han llevado sus reflexiones a las Universidades, soportando que Harold Bloom, el defensor del canon literario, l@s llamara 'Escuela del resentimiento.' Tras una introducción de este, imaginamos médico, que no compartimos para nada y que es del todo innecesaria y dolorosa para muchas mujeres (aunque haya féminas que también aprovechen una legislación de discriminación positiva para defender a las víctima de maltrato, aunque esto es objeto de otro debate) y que puede llevar a una confusión que no viene al caso, al afirmar que "Magnolias de acero" es una película protagonizada por mujeres que consigue mantener las distancias ante ciertas tentaciones oportunistas y espúreamente feministas (por cierto lo correcto es decir espuriamente,-del latín spurius-, un error que todos podemos cometer cuando tecleamos, que señalamos en beneficio del lector), para seguidamente hacer un relato exahustivo de los temas que trata la película y que de nuevo me hacen cuestionarme mi escaso sentido del humor: la diabetes, las crisis hipoglucémicas, la diálisis, el trasplante de riñón, la adopción de niños ilegales y finalmente la muerte, tratada de una forma tan melodramática que hasta el más duro llora como una 'nenaza'. Por otra parte, el papel de los hombres, tan en segundo plano, incluso cuando muere la hija de uno o cede el cuidado del nieto a su esposa, pondría en pie de guerra a los activistas masculinos que defienden 'la patria compartida'. Eso es lo que tiene de malo el maniqueísmo, que acaba por no contentar a nadie.
Ambientes cursis muy pasados de moda, porque ya eran cutres y casposos cuando se hizo la película, 'damas de oro' elegantes y que sugieren un elevado estatus socio-económico, muchas rancheras 'chevrolet', un vehículo frecuente en la década de los 80, y gags que pretenden ser chistosos cuando el público está llorando a moco tendido. De verdad que muchas veces ni me entiendo, ni entiendo al mundo que me rodea, porque el drama que plantea Ross y su regodeo en la enfermedad de Shelby (intensa secuencia de un ataque de hipoglucemia en la peluquería en la que la madre pasa un buen rato intentando hacerle tragar un vaso de naranjada), hacen la película apta para aquellos que les gusten este tipo de melodramas, que los hay, pero parece poco honesto arrastrar a la gente a un film así con la etiqueta de comedia, cuando la única forma que el cineasta ha encontrado para reducir la tensión que conlleva el background, el verdadero texto subyacente, es rodear a la joven primero y a la desolada madre después de un grupo de 'piradas' de todas las edades, una clase de mujeres a las que yo, que lo soy, no tengo el honor de conocer. Estamos a finales de la década de los 90 y ya no es de recibo un film formalmente tan conservador, que dirige gente tan despistada que cree que juntar en la pantalla un buen número de mujeres es algo muy moderno, a pesar de que su look sea el propio de las series televisivas, sitcoms o auténticos melodramas como éste de los años 80, como Dallas, Dinastía, (cuyo presupuesto fue entonces de 10.000 dólares en vestuario), o los Colby, sin que, ni por casualidad, la cámara se desplace medio milímetro y nos muestre el colorido de las ciudades norteamericanas, en donde abundan los gordos, los flacos, los negros, los blancos, los asiáticos, los ricos, los pobres, y no deben ser frecuentes fiestas de niños trajeados con pajarita y niñas vestidas de princesa, a los que se asusta con las señoras de edad amigas de la familia, a las que insultan y abofetean. Y aun existe quien desprecia TXH o la saga de La Guerra de las Galaxias, ambas de la década de los 70. Digo bien, de los 70, que situaba a las mujeres en los élites intelectuales de una sociedad futura, una distopía repleta de esperanza, por muy contradictorio que parezca.
Ambientes cursis muy pasados de moda, porque ya eran cutres y casposos cuando se hizo la película, 'damas de oro' elegantes y que sugieren un elevado estatus socio-económico, muchas rancheras 'chevrolet', un vehículo frecuente en la década de los 80, y gags que pretenden ser chistosos cuando el público está llorando a moco tendido. De verdad que muchas veces ni me entiendo, ni entiendo al mundo que me rodea, porque el drama que plantea Ross y su regodeo en la enfermedad de Shelby (intensa secuencia de un ataque de hipoglucemia en la peluquería en la que la madre pasa un buen rato intentando hacerle tragar un vaso de naranjada), hacen la película apta para aquellos que les gusten este tipo de melodramas, que los hay, pero parece poco honesto arrastrar a la gente a un film así con la etiqueta de comedia, cuando la única forma que el cineasta ha encontrado para reducir la tensión que conlleva el background, el verdadero texto subyacente, es rodear a la joven primero y a la desolada madre después de un grupo de 'piradas' de todas las edades, una clase de mujeres a las que yo, que lo soy, no tengo el honor de conocer. Estamos a finales de la década de los 90 y ya no es de recibo un film formalmente tan conservador, que dirige gente tan despistada que cree que juntar en la pantalla un buen número de mujeres es algo muy moderno, a pesar de que su look sea el propio de las series televisivas, sitcoms o auténticos melodramas como éste de los años 80, como Dallas, Dinastía, (cuyo presupuesto fue entonces de 10.000 dólares en vestuario), o los Colby, sin que, ni por casualidad, la cámara se desplace medio milímetro y nos muestre el colorido de las ciudades norteamericanas, en donde abundan los gordos, los flacos, los negros, los blancos, los asiáticos, los ricos, los pobres, y no deben ser frecuentes fiestas de niños trajeados con pajarita y niñas vestidas de princesa, a los que se asusta con las señoras de edad amigas de la familia, a las que insultan y abofetean. Y aun existe quien desprecia TXH o la saga de La Guerra de las Galaxias, ambas de la década de los 70. Digo bien, de los 70, que situaba a las mujeres en los élites intelectuales de una sociedad futura, una distopía repleta de esperanza, por muy contradictorio que parezca.
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