Una historia de Brooklyn. Comentario.





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Comentario:


Noah Baumbach, nacido en Brooklyn en 1969, es hijo de críticos de cine, un hecho que no carece de interés para quien quiera iniciar una carrera cinematográfica y dispone de todo el material necesario para su formación; su padre era además novelista y su madre trabajaba para el Village Voice. Inició su carrera tan joven que cuando tenía 27 años ya había hecho dos películas, tras recibir su B.A. (equivalente a licenciatura) en inglés por la escuela de Vassar en 1991, aunque la primera notable fue 'Una historia de Brooklyn". Si bien se le incluye en el grupo de Spike Jonze, Wes Anderson o Alexander Payne, sus películas, realizadas tras padecer una crisis que lo mantuvo paralizado algunos años, no han alcanzado la notoriedad de la de sus compañeros de viaje. Reinicia su carrera con Greenberg, 2007, Frances Ha, 2012, While We're Young (mientras seamos jóvenes), 2012  Mistress America, que se estrena el próximo día 14 del mes de agosto.

Una historia de Brooklyn es un film de estética indie, centrado en la educación de los jóvenes y en los efectos negativos de la separación de los padres que inciden en su formación , aunque, al parecer la trayectoria de la vida en común había sido muy oscura, plagada de infidelidades y discusiones. Se valora la escuela pública y sorprende el alegato a su favor que hace el protagonista, interpretado por Jeff Daniels, en un país como Estados Unidos, en el que se sacraliza todo lo privado, una actitud que goza de amplio consenso en las clases medias europeas y entre aquellos que quieren construir atajos para sus hijos; no obstante deja caer que, a pesar de su buena fama, los profesores se han burocratizado hasta tal extremo que no son capaces de entender las particularidades de sus hijos. Cuando hace esta acusación pasa por alto los errores y negligencias que, como padres, comete la pareja con frecuencia.


El cine indie está recogiendo una sensibilidad generada y alabada en este mundo global que hemos creado, de una juventud laica, hija de padres acomodados y bien formados que disponen de amplias bibliotecas en sus hogares y que viven de las reseñas sin tener mucho que decir de su propia cosecha, una situación que denuncia Noah Baumbach mediante el personaje que interpreta Jesse Eisenberg, el hijo de los Berkman, un joven de mirada altiva y un actor muy bien dotado para desempeñar estos papeles (La red social de David Fincher)

Las escasas críticas desfavorables, que alguna hay, en la que de nuevo una se siente desconcertada ante el uso del adjetivo divertido, en especial si lleva delante el adverbio tremendamente, que me hace pensar que los norteamericanos y los europeos le damos un valor muy diferente a este calificativo,aunque lo más probable s que haya sido muy mal traducido. Si divertido se entiende como entretenido, probablemente el film lo es. Por lo demás plantea la ruptura de una pareja del Este, blanca, de clase media intelectual y las consecuencias en los hijos de una ruptura que los obliga a compartir casa y sentimientos. A pesar de los excesos del padre en ciertas ocasiones, todo se produce de la forma más contenida y elegante, procurando no hacer ostentación de las emociones y acusarse de las cosas más atroces con el tono más modulado y calmado de voz,- hasta los infartos se tratan como un resfriado-, característica propia de este cine al que muchos identifican ya con una ideología conservadora en lo económico y progresista y pija en las formas, que, dados los premios recibidos, orienta tanto al público de quién tiene el poder, como poner la tele, según el consejo de Oliver Stone de seguir con atención las proclamas y los mantras de los periodistas o directores de programas vendidos al poder.





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