Secretos compartidos.Ben Younger.
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Ficha técnica:
Título original: Prime.
País: Estados Unidos.
Año: 2005
Duración: 115 minutos.
Dirección: Ben Younger.
Guión: Ben Younger.
Casting: Ellen Lewis.
Director de Fotografía: William Rexer.
Música original: Ryan Shore; supervisor: Jim Black.
Edición: Kristina Boden.
Coordinador de especialistas: Manny Siverio.
Director artístico: Paul Kelly.
Decorador del set: Carol Silverman.
Diseño de Vestuario: Melissa Toth.
Responsable de maquillaje: Nuria Sitja.
Responsable de peluquería: Anthony Veader.
Productores: Suzanne Todd, Jennifer Todd.
Productores ejecutivos: Mark Gordon, Bob Yari.
Co-productor: Anthony Katagas.Brad Jenkel.
Diseño de producción: Mark Ricker.
Stratus Film Compañy, Focus Features presentan a Team Tood/Younger than you Production.
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Intérpretes:
Meryl Streep: Lisa Metzger,
Uma Thurman: Rafi Gardet,
Bryan Greenberg: David Bloomberg.
Jon Abrahams: Morris,
Annie Parisse: Ketherine,
Madur Jaffrey: Rita,
John Rothman: Jack Bloomberg,
Jerry Adler: Sam,
Doris Belack: Blanche,
Zak Orth: Randall.
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Sinopsis:
Rafi es una mujer de 37 años que acaba de divorciarse. La doctora Lisa Metzger está intentando ayudarla a superar sus miedos pero pronto descubre que el nuevo amante de Rafi es su único hijo, le resulta más difícil realizar su trabajo con profesionalidad.
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Críticas y comentario:
La crítica ha valorado muy positivamente esta película de Ben Younger, a la que ha calificado de comedia inteligente y llevadera (M. Torreiro, Diario 'El País'); un film de madurez, con tintes suaves, nada agresivos, con correcta comicidad y con dosis de optimismo sobre la naturaleza humana, para José Manuel Cuellar (Diario ABC). Hay quien incluso la califica de divertida y sincera, como Peter Travers de Rolling Stone, unos adjetivos fáciles de colocar cuando uno no se siente en la obligación de justificar lo que dice.
Estamos ante la típica película cuyo tema principal es el amor imposible entre un hombre y una mujer libres pero separados por las convenciones sociales, que admiten diferencias de edad incluso exageradas, cuando se juega a favor del hombre, circunstancia que se torna en contra de la relación si la mayor es la mujer, del mismo modo que se admite que ésta se quede en casa cuidando de la familia, mientras el marido sale del hogar para volver a él con el producto de su trabajo, algo que se convierte en un auténtico drama cuando se produce al contrario. Ambos hechos demuestran que estamos muy lejos de la anhelada igualdad entre los sexos.
Esto es lo que nos comunica Ben Younger de una forma tan convencional como el propio discurso y que cae en el tópico de presentar al hombre como el inmaduro, especialmente si es 14 años más joven que su pareja; el guión desarrolla subtramas también muy conservadoras, como la inevitable mala relación entre la suegra y la nuera, dos figuras incompatibles por los siglos de los siglos. La madre quiere lo mejor para su hijo, que, desde luego, no es una mujer separada mucho mayor que él, con la que no debe tener hijos por el bien de ambos, ya que, en contra de lo que dicta la experiencia, se cree que el amor dura para siempre, al menos el buen amor y no el romántico o mal amor. A ello se añade un aspecto que, más que cómico resulta patético: la idea de que la madre y la amante de su hijo mantengan, por azar, una relación previa, ya que la primera es la psiquiatra de la segunda, una relación profesional que comienza tras el divorcio de Rafi, que con frecuencia acaba en la consulta del experto en alteraciones de la psique. Sinceramente, no le veo la gracia y no sé si calificarla como comedia o como drama.
La crítica ha valorado muy positivamente esta película de Ben Younger, a la que ha calificado de comedia inteligente y llevadera (M. Torreiro, Diario 'El País'); un film de madurez, con tintes suaves, nada agresivos, con correcta comicidad y con dosis de optimismo sobre la naturaleza humana, para José Manuel Cuellar (Diario ABC). Hay quien incluso la califica de divertida y sincera, como Peter Travers de Rolling Stone, unos adjetivos fáciles de colocar cuando uno no se siente en la obligación de justificar lo que dice.
Estamos ante la típica película cuyo tema principal es el amor imposible entre un hombre y una mujer libres pero separados por las convenciones sociales, que admiten diferencias de edad incluso exageradas, cuando se juega a favor del hombre, circunstancia que se torna en contra de la relación si la mayor es la mujer, del mismo modo que se admite que ésta se quede en casa cuidando de la familia, mientras el marido sale del hogar para volver a él con el producto de su trabajo, algo que se convierte en un auténtico drama cuando se produce al contrario. Ambos hechos demuestran que estamos muy lejos de la anhelada igualdad entre los sexos.
Esto es lo que nos comunica Ben Younger de una forma tan convencional como el propio discurso y que cae en el tópico de presentar al hombre como el inmaduro, especialmente si es 14 años más joven que su pareja; el guión desarrolla subtramas también muy conservadoras, como la inevitable mala relación entre la suegra y la nuera, dos figuras incompatibles por los siglos de los siglos. La madre quiere lo mejor para su hijo, que, desde luego, no es una mujer separada mucho mayor que él, con la que no debe tener hijos por el bien de ambos, ya que, en contra de lo que dicta la experiencia, se cree que el amor dura para siempre, al menos el buen amor y no el romántico o mal amor. A ello se añade un aspecto que, más que cómico resulta patético: la idea de que la madre y la amante de su hijo mantengan, por azar, una relación previa, ya que la primera es la psiquiatra de la segunda, una relación profesional que comienza tras el divorcio de Rafi, que con frecuencia acaba en la consulta del experto en alteraciones de la psique. Sinceramente, no le veo la gracia y no sé si calificarla como comedia o como drama.
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