Spectre. Sam Mendes.
Comentario:
Se ha comparado la nueva aportación de Sam Mendes con su trabajo anterior para la saga con más tradición y más masculina de las que inundan el mercado, Skyfall (2012), y, aunque ha salido, en general, muy bien parada, algún crítico como Luís Martínez opina que la enésima entrega del mito nos lo muestra cada vez más cansado, más improbable, más torpe, planteando la película como el reverso exacto de la anterior. "Si en 'Skyfall' se trataba de subvertir las reglas del género, de hacerlo real, de desnudar al mito hasta convertirlo en la carne de su más íntima estupidez; ahora se trata de desdecirse, de presentarlo como una antigualla sí, pero con sentido. El héroe recupera la capa."
Sin ninguna duda Mendes hace una película de corte clásico con aspiraciones de autor, siguiendo la moda de la filmación oscura, sin otra luz que la ambiental y ésta muy pobre, preservando las esencias del icono y ajustándose a las reglas estrictas del producto de culto, que satisface las fantasías más poderosas de cualquier hombre: un buen coche ( un Aston Martín, un BMW...), helicópteros, gadgets imaginativos, viajes por todo el mundo rodeados de glamour y de bellas mujeres...y un respeto casi religioso de la estructura del film, que exige: una primera secuencia, previa a los títulos de crédito, de una gran espectacularidad y con gran capacidad para seducir al público y captarlo desde el primer momento, -en este caso la gran cabalgata del día de los muertos en México, alterada profundamente por tiroteos, explosiones y peleas en helicópteros -; unos títulos de crédito representativos de la época en que se hace cada película, los más fastuosos posibles, tanto que semejan anuncios de colonias de Navidad, la parte realizada con peor gusto del film. A continuación el texto se estructura de forma muy respetuosa con su tradición.
El guión va siguiendo paso por paso las normas más rígidas y convencionales posibles, en la que las secuencias se suceden según un orden lógíco con las elipsis temporales necesarias en una cinta que, a pesar del esfuerzo se extiende 148 minutos. Con todo, la larga duración del texto fílmico, excesiva para amplios sectores de espectadores, se soporta bien porque Mendes no da descanso a las retinas con una acción desenfrenada, carreras por tierra, mar y aire que rozan lo inverosímil y garantizan el divertimento de los adictos a la franquicia, en la que los verdaderos protagonistas son unos efectos secundarios de infarto y un actor con el suficiente carisma para resistir el acoso constante de la cámara en cualquier posición que el cuerpo humano pueda adoptar.
Hay que reconocerle al film de Mendes un valor añadido: haber construido un bacground que aciagamente esta misma noche ha cobrado un especial significado en todos los informativos mundiales en relación con los atentados de Paris del 13 de Noviembre de 2015 que, por desgracia, pasará a la historia. Spectre hace una defensa a ultranza del estado democrático, de los políticos y los funcionarios (los conocidos 00), frente a empresas privadas que pretenden ejercer el control de la seguridad de los países, como la organización criminal Spectra, aunque para ello deban convertirse en los mayores terroristas y reventar un estadio de fútbol con todos sus aficionados dentro con el objetivo de asustar a la gente y obligarla a aceptar sus condiciones. Y esa defensa, hoy, en el que desde poderosos medios se atenta contra los pilares del estado, dota de mayor interés al nuevo título.
En la fase de confrontación de que habla Daniel Tubau (1), el héroe, James Bond, irá estrechando el cerco en torno al villano, Oberhauser, interpretado por Christof Waltz,un hombre capitidisminuido pero que ha levantado un poderoso imperio de comunicación y control de la población, del que no se libran los agentes del obsoleto cuerpo de espías llamado 00. Al final, como no podía ser de otra manera en un relato con unas pautas tan marcadas en el que no caben las sorpresas, el hérore se alzara con el triunfo, al que acompaña la bella mujer de turno.
Estamos de acuerdo con Boyero cuando concluye que : " (...) Como en la admirable y alcohólica novela de Malcolm Lowry Bajo el volcán, Spectre comienza celebrando la paradójica fiesta de el día de los muertos. Cuernavaca era el escenario de Lowry. Sam Mendes lo sitúa en México DF. Y te deslumbra con un plano secuencia de seis o siete minutos. Si existe algún corte no se percibe, el Welles de Sed de mal o Alfred Hitchcock, maestro supremo del sentido visual, admirarían lo que hace Mendes con su cámara. Bond continúa persiguiendo a través de Londres, Roma, Tánger y el norte de África a un cerebro del mal que dirige a una vieja y depredadora enemiga de Bond, la organización Spectra. El ritmo vertiginoso que crea Mendes en dos horas y media que no fatigan huye de aturdir al espectador, le envuelve pero no a costa de marearle con la sobredosis de efectos especiales. Es una película muy bien hecha. Exigirle más virtudes sería injusto. Es un entretenimiento muy digno. A mí me engancha, aunque no me remueva fibras emocionales. Y no está nada mal lo de olvidarte de la realidad mientras dura esta trepidante aventura." (007 Al servicio de su Majestad el Cine. Diario 'El País', 6 de Noviembre de 2015).
Estamos de acuerdo con Boyero cuando concluye que : " (...) Como en la admirable y alcohólica novela de Malcolm Lowry Bajo el volcán, Spectre comienza celebrando la paradójica fiesta de el día de los muertos. Cuernavaca era el escenario de Lowry. Sam Mendes lo sitúa en México DF. Y te deslumbra con un plano secuencia de seis o siete minutos. Si existe algún corte no se percibe, el Welles de Sed de mal o Alfred Hitchcock, maestro supremo del sentido visual, admirarían lo que hace Mendes con su cámara. Bond continúa persiguiendo a través de Londres, Roma, Tánger y el norte de África a un cerebro del mal que dirige a una vieja y depredadora enemiga de Bond, la organización Spectra. El ritmo vertiginoso que crea Mendes en dos horas y media que no fatigan huye de aturdir al espectador, le envuelve pero no a costa de marearle con la sobredosis de efectos especiales. Es una película muy bien hecha. Exigirle más virtudes sería injusto. Es un entretenimiento muy digno. A mí me engancha, aunque no me remueva fibras emocionales. Y no está nada mal lo de olvidarte de la realidad mientras dura esta trepidante aventura." (007 Al servicio de su Majestad el Cine. Diario 'El País', 6 de Noviembre de 2015).
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