El desafío. Robert Zemeckis.




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Ficha técnica:

Título original: The Walk.
País:Estados Unidos.
Año: 2015.
Duración: 123 minutos.

Dirección: Robert Zemeckis.
Guión:Robert Zemeckis. y Christopher Browne.
Casting: Scott Boland, Victoria Burrows.
Dirección de Fotografía:Daiusz Wolski.
Música:Alan Silvestri.
Edición: Jeremiah O'Driscoll.
Director artístico: Félix La-Rivère-Charron.
Decorador del set: Ann Smart.

Diseño de Vestuario: Suttirat Anne Larlarb.

Productores: Jack Rapke, Steve Starkey, Robert Zemeckis.
Productores ejecutivos: Jacqueline Levine, Cherylanne  Martin, Ben Waisbren.
Diseño de producción: Naomi Sohan.
Compañías: Productoras: Imagemovers, Mel's Cite du Cinema, Sony Pictures Entertainment, TriStar Pictures; distribuidoras: TriStar Pictures.


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Intérpretes:

Joseph Gordon-Levitt: Philippe Petit,
James Badge Dale : Jean- Pierre,
Charlotte Le Bon : Annie,
Ben Kingsley:  Papa Rudy,
Steve Valentine : Barry Greenhouse,
Clement Sibony : Jean-Louis,
Mark Camacho : Guy Tozolli,
Ben Schwartz : Albert,
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Sinopsis:

Robert Zemeckis, director de 'Regreso al futuro', 'Forrest Gump' y 'Quién engañó a Roger Rabbit', se atreve esta vez con un salto al vacío. 'El desafío (The Walk)' es la adaptación de las memorias de Philippe Petit, el funambulista francés que, en 1974, cruzó las Torres Gemelas andando sobre un rígido alambre tendido para la ocasión. Petit es interpretado por Joseph Gordon-Levitt, quien fuese escogido para el papel, según se dice, porque fue gimnasta en su juventud. La película relata cómo Petit consiguió introducirse en el edificio, las vicisitudes sufridas por él y por su grupo de amigos y compinches, entre ellos su mentor Papa Rudy (Ben Kingsley), para llevar a cabo una afrenta tan loca como espectacular. 'El desafío (The Walk)' aprovecha las últimas novedades de la tecnología cinematográfica para llevar al espectador a lo más alto de las Torres Gemelas y hacerles sentir el vértigo y la adrenalina que sintió Philippe Petit cuando puso el pie en el cable que haría que pasara a la historia.

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Críticas.

La crítica no ha tratado muy bien en Estados Unidos la última película del forjador de iconos del cine como Regreso al futuro,  Forrest Gump o comedias como Tras el corazón verde. Uno de los primeros directores que se atrevió a entrar sin reparos en la era tecnológica, con el uso de la 'performance capture (captura de movimiento) y 3D que supusieron un traspiés económico tan importante que tuvo que despedir a 400 trabajadores de sus estudios digitales, tras la ruptura del contrato con la Disney, algo a lo que están acostumbrados los norteamericanos que disponen de una industria cinematográfrica inexistente en España y que reclamaba en su primer largometraje, Tesis (1996), Alejandro Amenábar. Uno de sus socios le oyó decir que no valía la pena tanto sufrimiento.

Guillermo Abril escribe para el país y juzgaba al cineasta por su apariencia: "En persona, Robert Zemeckis no desprende ningún glamur. Su corpachón recuerda al de un oso afable. Resulta alto y robusto. De rostro cuadrado y escaso de pelo, si se dedicara a la interpretación, perfectamente podría meterse en la piel de un fontanero, un matón en horas bajas o un general de Estados Unidos –el típico que informa al presidente de la invasión alienígena–. No hay nada en él que le haga parecer un director oscarizado de Hollywood, salvo quizá su dentadura de un blanco fosforescente; y una camisa vaporosa de manga corta, muy estilo Los Ángeles, con el dibujo de una avioneta en la espalda. Bajo las alas se lee: “La cabeza en las nubes”. Zemeckis, al parecer, es un piloto consumado..." Más adelante el cineasta explica la razón por la que se decantó por la historia de Philippe Petit, que también parece condenada al fracaso: “Él se jugaba la vida por el arte”, prosigue Zemeckis. “Yo busco historias que supongan un reto. Hacer algo que no se ha hecho antes. Es como caminar sobre el alambre. ¿Funcionará? Es arriesgado. Aterrador”...(Robert Zemeckis, en la cuerda floja de Hollywood. Diario 'El País, 26 de diciembre de 2015).


Pero nadie puede ignorar las conmotaciones que conlleva hoy día hacer una película en la que las llamadas 'Torres Gemelas' sean, de una forma u otra, protagonistas "Su paseo entre las torres ha quedado grabado en el inconsciente colectivo y lo primero, lo ineludible, es saber qué sintió cuando aquellos edificios que tanto amaba quedaron reducidos a escombros con miles de personas en su interior", introduce el entrevistador  dePetit, Ismael Marinero -, "No quiero hablar de esto", dice, endureciendo el gesto. "Cuando miles de vidas humanas se evaporan y dos edificios mueren, no se puede relacionar eso con mi trabajo o con una película". Cerrado ese capítulo, que deja bien a las claras su sensibilidad, caminamos hacia senderos menos peliagudos. "Lo que me gusta de la película es que capta el sentido de la aventura, el alma de las torres y de Nueva York. Lo mejor es la alegría, es algo sin lo que no puedo vivir". (Philippe Petit: asaltar los cielos.Diario 'El Mundo', 10 de diciembre de 2015).

Jordi Batlle Caminal hace una auténtica loa del film de Zemeckis: "Pero el verdadero espectáculo está en las alturas. Gracias a unos efectos digitales de primerísimo orden (creadores de un hiperrealismo nunca antes visto: las Torres Gemelas parecen estar todavía ahí, la cámara las lame) y a un 3-D con todo el sentido y justificación (sólo con Gravity se podría equiparar un uso tan perfecto del relieve), la película de Zemeckis ha de enorgullecerse de ser la más vertiginosa, en su sentido literal, de la historia. Disculpen la expresión, pero no hay otra más diáfana: el espectador se pasa la segunda hora de El desafío con el culo encogido. La larga secuencia del paseo (o paseos: ida y vuelta, ida otra vez, etc.) de Petit por el cable, a casi medio kilómetro de altura, con sus paradas y lapsus espirituales (ese hombre, ese día, entró unos instantes en el reino de los cielos), es de una belleza plástica descomunal. Puestos a comparar y a elegir, El desafío contiene más y mejor cine que la ya muy notable Man on wire." ("El desafío: prodigioso 3D, Diario 'La Vanguardia, 24 de diciembre de 2015).


 

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