Los caballos de Dios. Nabil Ayouch




::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::


Ficha técnica:

Título original: Les chevaux de Dieu.
País: Marruecos.
Año: 2012.
Duración: 113 minutos.

Dirección: Nabil Ayouch.
Guión: Nabil Ayouch, basado en  'Les Étoiles de Sidi Moumen' de Mahi Binebine.
Casting: Amine Louadni.
Dirección de Fotografía: Hichame Alaouie,
Música: Malvina Meinier; banda sonora original: Malvina Meinier.
Edición: Damien Keyeux.
Dirección artística: Hafid Amly, Hind Gazhali.
Decoración del set: Hind Gazhali, Hafid Amly.

Diseñode Vestuario: Nezha Dakil.

Productor: Navil Ayouch,  Pierre Ange-Le Pogam, Eric Van Veurem.
Productores ejecutivos . Marie Kervin, Stephane Quinet, Eric Van Veuren..
Director de producción: Frantz Richard.
Compañías. Productoras: Les films du noveau monde. Ali N Productions, Stone Angels,  YC Aligator Films, Artemis Productions, con la participación de Canal  + y Cine + , Centre Cinematografic Marrocain, Centre Du Cinéma et de l'audiovisuel de la Federation Wallone Bruxelles et de VOO.








Intérpretes:



Abdelhakim Rachi :Yacine,
Abdelilah Rachid :Hamid,
Hamza Souidek :  Nabil,
Ahmed El Idrissi Amrani:  Fouad,
Badr Chakir :  Khalil,
Achraf Afir : Yacine (niño),
Said El-Alami : Hamid (niño),
Zouhair Sabri : Nabil (niño)




Sinopsis:



Yachine tiene diez años y vive con su familia en Sidi Moumen, un poblado de chabolas de Casablanca. Su madre, Yemma, hace lo que puede por sacar adelante a la familia. Su padre se encuentra en un estado depresivo y de sus tres hermanos uno está en el ejército, otro es prácticamente autista y el tercero, que tiene trece años y se llama Hamid, es el cabecilla del barrio y el protector de Yachine. Cuando Hamid es encarcelado, Yachine se ocupa de varios trabajillos que le ayudan a escapar del marasmo provocado por la violencia, la miseria y la drogadicción que la rodean. Cuando Hamid sale de la cárcel se ha convertido en un islamista radical y convence a Yachine y a sus amigos para que se unan a sus ‘hermanos’. El líder espiritual del grupo, el imán Abou Zoubeir, se encarga de dirigir el prolongado entrenamiento físico y mental de los muchachos, antes de anunciarles que han sido elegidos para convertirse en mártires. Interpretación libre de los atentados terroristas que tuvieron lugar el 16 de mayo de 2003 en Casablanca.



Crítica:



Nabil Ayouch termina su película haciendo balance :"El 16 de mayo de  2003, cinco bombas explotaron entre las 21:55 y las 22 en 5 lugares distintos, en el centro de Casablanca: un restaurante italiano, la Casa de España, el Círculo de la Alianza Israelita, un cementerio judío y un gran hotel. 45 personas murieron, incluyendo a los 12 suicidas, quienes vinieron del distrito Sidi Moumen, en Casablanca." ¿Qué suponen 45 personas, se preguntarán algunos,  en un mundo habitado por miles de millones de ellas, muchas de las cuales proceden de todas las latitudes, culturas y religiones y viven en la misma situación que los protagonistas del film?  Cada persona cuenta la totalidad del universo para sus familiares, ya que la vida empieza y acaba para ellos en sus círculos más íntimos, pero, además, el temor ante la fragilidad de la vida,  que puede ocasionar cualquiera con una simple escopeta de perdigones invade a todos los hombres y mujeres que habitan la tierra. Una fragilidad que se siente cada vez que un francotirador, situado en una posición a vista de pájaro, dispara contra inocentes escolares, estudiantes universitarios o cualquier concentración humana. El hombre no puede ser nunca un 'instrumento', privado de voluntad. al servicio de una ideología, una religión o su propia desesperación.

Ayer comenzaron las vacaciones de primavera y a la mayoría, (no osaría nunca decir cuántos) ya se han olvidado de los últimos acontecimientos que han sembrado la desgracia, de la que quienes lloran a sus muertos, como dice el cineasta marroquí,  no se olvidarán mientras vivan. En las tertulias que precedieron a estos días de relajación que algunos pueden permitirse, alguien aconsejó ver esta película, que fue presentada en el Certamen de Cinema Jove de Valencia de 2012, dirigida por el cineasta marroquí Nabil Ayouch, que pasó desapercibida porque seguramente no interesaba a los paternalistas europeos de cualquier signo, un film que apenas ha exigido unos minutos de atención de una breve crítica de las notables plumas que escriben en los periódicos, pero que parece dar respuesta a muchos interrogantes que hoy se hacen los periodistas, una profesión en la que se actúa rápido y no parece que nadie se documente en profundidad antes de hablar o escribir, por lo que están dejando de ser medios de referencia, convirtiéndose en simples divulgadores de opinión, que poco o nada interesan al lector, que tiene la suya propia.

Estos días se habla mucho de diferentes circunstancias que rodean al fenómeno del terrorismo yihadista,  un neologismo occidental que se utiliza para denominar a las ramas más violentas y radicales dentro del islam político, caracterizadas por la frecuente y brutal utilización del terrorismo, en nombre de una supuesta yihad, (Wikipedia). Los tertulianos y periodistas  se preguntan por qué en los últimos acontecimientos hay algunas parejas de hermanos, por qué alguno de los terroristas no se inmola,  o por qué  algunos tienen antecedentes penales por los que pueden acabar en la cárcel. Nabil Ayouch hace un relato estremecedor que da respuesta a estas preguntas: aunque a algunos les parezca raro, estos jóvenes son tan humanos como nosotros, tienen madres que, además del miedo por sus otros hijos y su propia familia, sumidas en el dolor por la muerte de sus descendientes, jamás se recuperarán, y finalmente, llegado el momento de activar los explosivos, tienen miedo y huyen, aun a sabiendas de que están condenados por los hermanos muyhaidines o las fuerzas policiales occidentales. Mientras hay vida hay esperanza.

La desgracia entra en el hogar de Yemma de la mano del más responsable de sus hijos, Hamid, que es el único que lleva dinero a una casa, en la que conviven un matrimonio (el padre con demencia senil), un hijo deficiente, y dos hijos Hamid, el mayor, y Yachine, tres años menor que él. Tras su paso por la cárcel, por apedrear el coche de una patrulla de policía tan corrupta como su propio país,  en la que es adoctrinado, al regresar a casa  introduce a su hermano Yachine,en el círculo de 'los hermanos', a cuyo lugar de reunión acude con regularidad hasta que es víctima de un intento de violación por parte de su jefe, un miserable propietario de una taller de reparaciones La protección que le ofrecen los yihadistas, lo radicaliza, y cuando es elegido junto a  Hamid para el sacrificio, éste siente pena por su madre e intenta convencer a Yachine para que no obedezca las órdenes del imán Abou Zoubeir, Pero ya es tarde.

Estos jóvenes, alguno de los cuales no había estado nunca en Casablanca, a pesar de que  todos ellos procedían de los barrios de chabolas de Sidi Moumen, un suburbio pobre de la propia ciudad, sin ser muy conscientes eran miembros de una célula yihadista (al menos en la recreación del realizador) que formaba parte de la llamada Vía Recta con conexiones con el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), conectado con la red de Al Qaeda, Todos ellos, adoctrinados por el iman, ya que ellos no sabían cómo era la ciudad, están absolutamente en contra de que en la conurbación internacional de Casablanca convivieran en las mismas cafeterías europeos, israelíes, norteamericanos y marroquíes,.Estos últimos debían morir, aunque fueran sus hermanos, para que el objetivo de asestar un golpe a los infieles se pudiera llevar a cabo.

Sin embargo, no podían impedir la entrada en su propia casa de productos que elabora la sociedad capitalista para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, por mucho que fueran vistos por ellos como la manzana que la serpiente ofrece a Eva. Yemma compra aparatos de radio, una televisión, auriculares y un reproductor de música para su hijo deficiente, lo que permite a la familia ver películas de Hollywood y oír música rock. Pero de lo que parece que no puede prescindir nadie es de los teléfonos móviles, que los terroristas usan para comunicarse, excepto si se sienten perseguidos, como demuestra Ridley Scott en 'Red de mentiras' (2008).  para quien la desregulación que provocan las nuevas redes sociales hace que el único modo de supervivencia de la propia privacidad e intimidad se base en no introducirse jamás en ellas. El cineasta americano muestra que sólo hay una forma forma de lucha eficaz de los países pobres frente a los ricos: no llevar encima ni un teléfono móvil, para no ser detectados por ningún sistema y perderse en la masa.

Un film muy válido para entender el mundo en que vivimos y no dejarnos arrastrar por paternalismos de ningún tipo, que pueden resultar muy molestos para quienes sufren más de cerca, no ya solo la miseria que está en todas partes, sino una situación muy compleja y muy difícil de entender por todos, hayan nacido donde hayan nacido. Ver un film como el de Nabil Ayouch puede ayudarnos en esta tarea.

Un film que aconsejamos buscar por todas partes, que ayuda a resolver, sino todas, sí algunas incógnitas.



Comentarios

Entradas populares