Frenético. Roman Polanski
Ficha técnica:
Título original: Frantic.
País: Estados Unidos.
Año: 1988.
Duración: 120 minutos.
Dirección: Roman Polanski.
Guión: Roman Polanski & Gerard Brach.
Casting. Francia: Margot Capelier; USA: Bonnie Timmermann.
Dirección de Fotografía: Witold Sobocinski.
Música:Ennio Morricone; I've Seen That Face Before (Libertango) de A.Piazzolla, B.Reynolds, D.Wilkey, N.Delon, cantada por Grace Jones.
Edición: Sam O'Steen.
Edición de sonido:
Diseño de Vestuario: Anthony Powell.
Peluquería: Jean-Max Guerin,
Jefe de maquillaje: Didier Lavergne.
Productores: Tom Mount & Tim Hampton.
Diseño de producción: Pierre Guffroy.
Compañías. Productoras: Warner Bros. Pictures, Mount Company Production
Intérpretes:
Harrison Ford: Richard Walker,
Betty Buckley: Sondra Walker,
Emmanuelle Seigner: Michelle.
Djiby Soumare: Taxista,
Dominique Virton: Desk Clerk,
Gerard Klein: Gaillard
Stephane D'Audeville: Belboy,
Laurent Spielvogel, Alain Doutey: Recepcionistas,
Jacques Giron: Director del Hotel,
Louise Vincent: Turista.
Patrice Melennec: Detctive Hotel,
Empleados de la embajada: Michael Morris, Claude Doineau,
John Mahoney: Williams,
Jimmy Ray Weeks: Shaap,
Böll Boyer: Dédé Martin.
Sinopsis:
Richard Walker, interpretado por Harrison Ford, es un médico norteamericano, cuya esposa, Sondra Walker (Betty Buckley desaparece misteriosamente en la ciudad de París, en el hotel donde se hospedan, a la espera de la participación del marido en una conferencia médica. Desconfiando de la burocracia francesa, se sumerge en una turbia red de espionaje, intrigas, crímenes y conoce a una bella mujer que ejerce de 'mula', ganando algún dinero pasando por los aeropuertos sustancias prohibidas o cualquier otro objeto, felizmente interpretada por Emmanuelle Seigner. Michael Wilwmngton afirmó respecto a este film que"es el espíritu de Hitchcock el que sobrevuela toda la película."
Comentario:
A pesar de que, como más de uno se han atrevido a afirmar que el cine dejó de ser lo que era cuando se incorporó el sonido, en 1988 ya había quien, como Javier Royo (Cinemanía) decía que el film que dirigió Polanski era una película entretenida pero comercial (todavía no se había divulgado el término inglés mainstream) , Pablo Kurt (Filmaffinity) considera, sin embargo, que sí merece un breve comentario de su página: "Harrison Ford es un americano en París... pero no está precisamente para números musicales (el baile lo pone la Seigner). Su mujer ha desaparecido, y el pobre empieza una angustiosa y frenética búsqueda para encontrarla. Su mayor mérito es la credibilidad que inspira Harrison Ford -tanto el personaje como la interpretación-, amén de un guión muy bien dosificado, algo fallido en su comercial final. Muy interesante."
La película es muy interesante no sólo por eso, sino porque tras un preámbulo que no augura una estancia tranquila en la ciudad del Sena para la feliz pareja que no la visitaba desde su 'viaje de novios', (pinchazo de una rueda del taxi, cuyo conductor es un africano incapaz de cambiarla, incluso con la ayuda del norteamericano, en el que se dirigen al Grand Hotel de París; la pérdida de la maleta de la esposa...), confronta dos visiones del mundo: por un lado, la europea, basada en la reflexión que con frecuencia deriva hacia una burocracia insoportable y lenta, aunque la realidad demuestra que, cuando se desata un conflicto del orden que sea, cualquier papel es insuficiente; por otro la norteamericana, cuya base es la acción, en demasiadas ocasiones irreflexiva, pero que impide a los hombres quedarse quietos esperando que embajadas y policías cumplan con su protocolo. Partidarios de resolver sus problemas con los puños, y siguiendo el ejemplo de sus mitos, de Marvel o DC Comics, hombres heterodirigidos , símbolos inconscientes de un mundo desarrollado y tecnológico, según la denominación de Umberto Eco, pasan sin pensarlo dos veces a resolver por ellos mismos sus problemas.
In medias res el hombre dispuesto a salvar a su mujer de las garras de cualquier mafia, se encuentra con la chica estupenda, maravillosa e inocente, que juega en el borde del precipicio y de la que de forma igualmente inconsciente el hombre se enamora. Pero ella no es el objetivo de sus acciones arriesgadas, sino el medio para alcanzarlo, y por lo tanto deberá ser sacrificada, en un final que, cuando fue estrenada muchos pensaron que no era comercial. A Emmanuelle Seigner, esposa de Roman Polanski, se le deben los gags más inteligentes y divertidos; una mujer que como Catwoman se desliza sin temor por los tejados y se mueve con gracilidad por los medios más hostiles y por rincones parisinos, recorridos con anterioridad por Alfred Hitchcock, identificada en sus apariciones por la canción I've Seen That Face Before (Libertango), que interpreta Grace Jones y que funciona como su leitmotif.
Una película plagada de cameos y homenajes al maestro, no sólo en las acciones que discurren en los peligrosos tejados por los que deambulan con mayor o menor dificultad sus protagonistas, y que han sido muy importantes en películas muy emblemáticas del director de 'Psicosis' sino por los rincones en los que el marido busca a su esposa, que ya hemos visto en otras muchas ocasiones, por su forma de actuar y comportarse, acompañado de una bella mujer, que se mueve por los escenarios que ideó Jules Dassin sin temor, pero que está dispuesta a jugarse la vida por unos dólares, aunque teme la soledad, consciente de la crueldad de sus enemigos. Un film entretenido, con momentos muy placenteros, que han ofrecido este fin de semana los periódicos.
La película es muy interesante no sólo por eso, sino porque tras un preámbulo que no augura una estancia tranquila en la ciudad del Sena para la feliz pareja que no la visitaba desde su 'viaje de novios', (pinchazo de una rueda del taxi, cuyo conductor es un africano incapaz de cambiarla, incluso con la ayuda del norteamericano, en el que se dirigen al Grand Hotel de París; la pérdida de la maleta de la esposa...), confronta dos visiones del mundo: por un lado, la europea, basada en la reflexión que con frecuencia deriva hacia una burocracia insoportable y lenta, aunque la realidad demuestra que, cuando se desata un conflicto del orden que sea, cualquier papel es insuficiente; por otro la norteamericana, cuya base es la acción, en demasiadas ocasiones irreflexiva, pero que impide a los hombres quedarse quietos esperando que embajadas y policías cumplan con su protocolo. Partidarios de resolver sus problemas con los puños, y siguiendo el ejemplo de sus mitos, de Marvel o DC Comics, hombres heterodirigidos , símbolos inconscientes de un mundo desarrollado y tecnológico, según la denominación de Umberto Eco, pasan sin pensarlo dos veces a resolver por ellos mismos sus problemas.
In medias res el hombre dispuesto a salvar a su mujer de las garras de cualquier mafia, se encuentra con la chica estupenda, maravillosa e inocente, que juega en el borde del precipicio y de la que de forma igualmente inconsciente el hombre se enamora. Pero ella no es el objetivo de sus acciones arriesgadas, sino el medio para alcanzarlo, y por lo tanto deberá ser sacrificada, en un final que, cuando fue estrenada muchos pensaron que no era comercial. A Emmanuelle Seigner, esposa de Roman Polanski, se le deben los gags más inteligentes y divertidos; una mujer que como Catwoman se desliza sin temor por los tejados y se mueve con gracilidad por los medios más hostiles y por rincones parisinos, recorridos con anterioridad por Alfred Hitchcock, identificada en sus apariciones por la canción I've Seen That Face Before (Libertango), que interpreta Grace Jones y que funciona como su leitmotif.
Una película plagada de cameos y homenajes al maestro, no sólo en las acciones que discurren en los peligrosos tejados por los que deambulan con mayor o menor dificultad sus protagonistas, y que han sido muy importantes en películas muy emblemáticas del director de 'Psicosis' sino por los rincones en los que el marido busca a su esposa, que ya hemos visto en otras muchas ocasiones, por su forma de actuar y comportarse, acompañado de una bella mujer, que se mueve por los escenarios que ideó Jules Dassin sin temor, pero que está dispuesta a jugarse la vida por unos dólares, aunque teme la soledad, consciente de la crueldad de sus enemigos. Un film entretenido, con momentos muy placenteros, que han ofrecido este fin de semana los periódicos.
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