Phantasmas II. Don Coscarelli.





Ficha técnica, sinopsis, trailer (pinchad aquí).


Crítica:



Phantasm II, la segunda entrega de la saga que inicia el  peculiar cineasta, dotado de un gran talento para realizar películas imperecederas que no pierden actualidad, desarrolla los elementos que introduce en la primera película de la célebre franquicia y que van caracterizando poderosamente a los personajes y el contexto en el que se desenvuelven. Poco a poco van cobrando protagonismo el inmortal Reggie, interpretado por Reggie Bannister,  se van haciendo omnipresentes las curiosas esferas  en las que se ha inspirado J.J.Abrams  para  la creación de un nuevo personajes de 'Star Wars: el despertar de la fuerza", el 'Capitán Phasma', cuya máscara y uniforme  evocan por la brillantez propia de una superficie pulida en la que todo se refleja como en un espejo a las esferas que fueron ingeniadas por Willard Green y que dotan de carácter a estas películas. Los protagonistas han crecido con el film, y prestan a las pantallas unos rostros catorce años envejecidos, con la excepción de Mike, un papel que asume James L.Gross,  en lugar de Michael Baldwin, lo que provocó el descontento del público y la crítica.






Desde el primer momentos queda claro que las ciudades pequeñas, como Périgod, pertenecen a la segunda categoría en que las clasifica uno de los narradores, Reggie, (el otro es Mike), la de las que mueren asesinadas, como ocurre con los hombres que las habitan, mientras que otras desfallecen a causa del envejecimiento. Ambos personajes se introducirán en la boca del lobo, en la morgue de Périgod, donde comienza un relato ecléctico, en el que Don Coscarelli se sirve de la iconografía de los diferentes géneros de terror, sin violentar en ningún momento al espectador sino manteniendo su expectación hasta el final. A lo largo de la película, desde que Mike  y Reggie entran subrepticiamente en un almacén, y el segundo deja en la caja registradora el importe de los productos que se llevan consigo, convierten  la sierra mecánica y otros instrumentos eléctricos en protagonistas del film, un claro homenaje a Sam Raimi, Terroríficamente muertos, realizada un año antes, en 1987, con cuyo nombre se distingue a un cadáver que es incinerado en el funesto lugar, teatro de operaciones.





Sorprende la sensibilidad del director de fotografía, Daryn Okada, que capta con sus cámaras paisajes de gran belleza, a los que dota de una gama de color especial que les confiere un estilo muy personal, aunque en determinados momento evocan  parajes de films emblemáticos del género, en cuyas carreteras secundarias se producen persecuciones asesinas entre vehículos que, con frecuencia, como ocurre en las ciudades abandonadas acaban destrozados y con las ruedas boca arriba. Las pequeñas poblaciones se muestran convertidas en ruinas, desoladas y abandonadas por quienes huyen de los seres extraños, ajenos a la población, a los que dirige el Hombre Alto que comanda ejércitos de esclavos, hombres y mujeres muertos  que evocan a los jawas de George Lucas, a los que se ha extraído el cerebro que se ha colocado en el corazón de las esferas asesinas, respetando tan solo vestigios de la corteza cerebral que si bien los mantiene en pie, los  convierte en  seres sumisos y sin voluntad, carentes de raciocinio que se mueven únicamente por impulsos e instintos.



Un film interesante, en el que, si bien Coscarelli, uno de los maestros del terror, no defrauda, también es verdad que no sorprende ni  provoca sorpresa al final, aunque consolida la historia. A pesar de lo dicho Phantasma II sigue siendo una buena película que merece la pena ver.



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