Warcraft : el origen. Duncan Jones. Algunas críticas positivas.







Sheri Linden se siente complacida con el film que ha dirigido Duncan Jones, Warkraft: el origen, tiene el riesgo de ser aplastado, atrapado por una pinza entre los que se prevé exigentes participantes de este juego universal y millonario, fans incondicionales y probablemente muy exigentes, y los no aficionados, a los que les parece excesiva la duración del film, a pesar de que es perfectamente soportable por ellos. Es posible que desconcierte más el desconocimiento de la tecnología. No obstante, nadie parece dudar de que la película supone un gran avance, tanto en la narración como en el arte de idear elementos basados en los videojuegos, una producción que, comparada con el cuento medieval, la soporífera trilogía de 'El Hobbit', se siente como un viaje ágil, capa de conquistar la taquilla en el extranjero. tras conseguir un suelo sólido en Estados Unidos.


La nueva película, muy alejada de la minimalista 'Moon', una película que, junto a Source Code, en las que se produce una concurrencia entre la tecnología y la identidad humana; aquí se acerca más a la captura de movimiento. te´cnicas CGI, de Avatar,  El guión de Jones y Charles Diamond cuenta la historia del origen de la guerra entre humanos y orcos, una raza de gigantes de sangre verde, que han invadido Azeroth, un planeta donde los seres humanos, enanos y otros humanoides viven en paz, aunque disponen de ejércitos permanentes encabezado por Anduin Lothar (Travis Fimmel), con cicatrices en el cuerpo y en el alma. El jefe orco, Durotan,  (Toby Kebbell), explica la razón de su invasión, justificándola con el hecho de que su mundo estaba muriendo y su clan debía encontrar un nuevo hogar. Durotán es un líder justo y reverenciado. pero su hijo se rebela contra los orcos, iniciando una marca maligna de magia que no perdona a nadie, ni siquiera a su leal jefe guerrero Puño Negro (Clancy Brown ). que practican una marca maligna de magia que no perdona a nadie... Que esos abigarrados y a ratos caóticos árboles digitales que es, en toda su discutible o defendible desbordante desmesura,Warcraft: el Origenno nos impidan ver el bosque de la tercera, y consecuente con su obra, película del estimable Duncan Jones. Aunque a simple vista no tengan que ver nada entre ellas (adscripción al género fantástico al margen), hay algo que une a aquella epopeya minimalista y solitaria espacial para hipsters que fuera 'Moon', a aquel 'Atrapado en el tiempo' + 'Johnny cogió su fusil' titulado 'Código fuente' con esta traslación a la gran pantalla de un videojuego épico. Ese algo es la figura, siempre, de un héroe atípico, contradictorio y desdoblado. El astronauta que patrullaba la soledad lunar con tanto existencialismo como el comandante Tom de la canción 'Space Oddity' de David Bowie (padre de Duncan Jones), el militar intentando evitar una y otra vez un atentado terrorista en un tren y el protagonista de 'Warcraft: el Origen' no buscan la gesta, ni siquiera para una posible redención de algo que desconocemos o no nos interesa. Y tienen una contrafigura, un reflejo en eseotroque, despojado de matices simbólicos o psicoanalíticos, les completa y les define. (1)

Fausto Fernandez advierte  "  Que esos abigarrados y a ratos caóticos árboles digitales que es, en toda su discutible o defendible desbordante desmesura, 'Warcraft: el Origen' no nos impidan ver el bosque de la tercera, y consecuente con su obra, película del estimable Duncan Jones. Aunque a simple vista no tengan que ver nada entre ellas (adscripción al género fantástico al margen), hay algo que une a aquella epopeya minimalista y solitaria espacial para hipsters que fuera 'Moon', a aquel 'Atrapado en el tiempo' + 'Johnny cogió su fusil' titulado 'Código fuente' con esta traslación a la gran pantalla de un videojuego épico. Ese algo es la figura, siempre, de un héroe atípico, contradictorio y desdoblado. El astronauta que patrullaba la soledad lunar con tanto existencialismo como el comandante Tom de la canción 'Space Oddity' de David Bowie (padre de Duncan Jones), el militar intentando evitar una y otra vez un atentado terrorista en un tren y el protagonista de 'Warcraft: el Origen' no buscan la gesta, ni siquiera para una posible redención de algo que desconocemos o no nos interesa. Y tienen una contrafigura, un reflejo en ese otro que, despojado de matices simbólicos o psicoanalíticos, les completa y les define. En esta aventura épica en unos escenarios de fantasía tan reconocibles por los amantes del género (además de los del juego de marras), sea literario como tebeístico o cinematográfico, humanos y no humanos buscan una improbable o probable alianza para enfrentarse al caos (otro ítem habitual en la obra de Jones) externo.  (No busquen algo más en esta sucesión de peleas, desafíos, juegos de política y estrategia y batallas… "El director (...) podrá encontrarse con la indiferencia o el ataque de quienes no comulguen con este tipo de cine-espectáculo generado por ordenador o tal vez con los fans más integristas del videojuego (y sus múltiples derivaciones) buscando errores o contradicciones con el manual de instrucciones de estos mundos fantásticos y sus habitantes. Mi postura no se halla entre ninguna de esas dos: me he entretenido con esta versión hipervitaminizada, y deudora de la serie B heroica, de 'El señor de Ballantrae' de Robert Louis Stevenson en la que los escoceses y los ingleses son orcos, humanos y otras criaturas. (1) Sheri Linden. Reseña de la película Warcraft, 24 de mayo de 2016. (2)



(1) Sheri Linden. Reseña de Warkraft: el origen. The Hollywood Reporter. 24 de mayo de 2016.
(2) Fausto Fernández. Para jugadores de la épica de tebeo. Fotogramas.

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