La trastienda. Jorge Grau.









Ficha técnica;


Tñitulo original: La trastienda.
País: España.
Año: 1975
Duración: 110 minutos.

Dirección: Jorge Grau.
Guión: Jorge Grau, Alfonso Jiménez Romero., basado en un argumento de José Frade y Jorge Grau.
Cámara: Miguel Agudo.
Montaje: Rosa Salgado y Rori Sáinz de Rozas..Montador Jefe:Fernando Arribas (a.t.c.)

Ambientación y vestuario: Cruz María Baletzena.
Maquillaje: María de Elena.
Peluquería: Mercedes Bayon

Jefe de producción: José Salcedo.
Productor: José Frade, p.c.s.a.

Intérpretes: 


María José Cantudo
Frederick Stanford
Rosanna Schiafinno
Ángel del Pozo
José Suárez
Pep Munné
Carmen de Lirio
Maruchi Fresno
Ignacio de Paul

Sinopsis:


Después de mantener una relación con una enfermera, un doctor se ve obligado a abandonar a su familia, para que el escándalo no salpique a los miembros del Opus Dei que lo rodean.


Comentario:



Luis E. Pares, Historiador de cine, colabora con el programa 'El cine en casa', que se realiza en la segunda cadena de titularidad pública, Hoy día 28 de julio, se ha seleccionado 'La trastienda' de Jorge Grau, en cuya elección pueden haber influido los últimos escándalos que se han producido en los 'sanfermines' de Pamplona, unas fiestas en las que se ubica el relato de Jorge Grau. Dos  cuestiones nos han llamado poderosamente la atención en la presentación del film: la constatación explícita en el discurso del realizador de la existencia de una sociedad de clases, que en Pamplona al ser una ciudad pequeña, se hace más patente porque toda la 'gente importante' se conoce. Mientras, la utilización de la técnica del metraje encontrado (found footage), muy utilizada en el cine de todos los tiempos, ahora adquiere, en la percepción de Luís E. Pares la calidad de recurso muy bonito que dota de veracidad a la historia, aunque en realidad constituye  un decorado de masas  en el que destacan los elegantes protagonistas, pertenecientes a esta élite provinciana.

Pares habla de los márgenes del cine, donde creen las flores,algo que no ocurre en los carriles por los que circulan los vehículos, donde  no puede nacer nada, una metáfora para explicar que quienes quieren salir de los círculos comerciales convencionales, ahora llamados mainstream, se dirigen a estos  márgenes en busca de unas fórmulas alternativas de financiación que les permitan un lenguaje diferente, con mayor libertad para representar la violencia, el sexo explícito, etc. Nadie se ha encargado de explicar dónde están y como funcionan estos canales paralelos de obtención de recursos económicos,pero tanto en un caso como en otro la posibilidad de supervivencia de los recursos necesarios, que dependen de la taquilla, al menos en el cine. Hay otras manifestaciones artísticas con financiación mucho más oscura, sin apenas lectores, especialmente en la red, que son citadas como publicaciones de referencia,par lo que precisan un aporte importante y constante de recursos.

Pero si seguimos con la misma metáfora, las antiguas carretera se han convertido en la actualidad en autopistas que desplazan más y más los margénes, y los sitúan en países del tercer mundo, ya que el nuestro es demasiado cínico para creer en la inocencia de unos productos generalmente sórdidos y tóxicos. El film de Jorge Grau no circula por los márgenes, sino por la banda de adelantamiento: se inscribe en un marco costumbrista que demuestra el peso de las tradiciones y nos proporciona unas imágenes que se repiten año tras año exactamente igual, con los mismos ritos y los mismos cánticos. 1975 es el año en el que murió el dictador y comenzaba una tímida apertura, una necesidad de desahogarse de tantos años de represión y los desnudos y el sexo más o menos explícito no era una cuestión menor, en unos momentos en que bandadas de turistas sexuales españoles cruzaban al otro lado de los Pirineos, Perpiñan, para ver cine porno. Es justo que la película pasara a la historia por ofrecer al público el primer desnudo integral de una actriz española, María José Cantudo.

En febrero de 1978, el mismo año en que se aprobó la Constitución española, Julio César Iglesias escribió en 'El País': "Se confirman las impresiones: lo verde no empieza ya en los Pirineos; lo verde empieza en el cine más próximo, no importa si está situado en Villanueva del Pardillo, o en Velázquez, esquina a Goya. Sí, incluso en el barrio de Salamanca, que siempre tuvo algo de reserva espiritual, las prendas íntimas de Alfredo Landa, antigua frontera de las costumbres licenciosas del español, han sido claramente desplazadas por las prendas ínfimas de Sylvia Kristel." (1) Jorge Grau no entra en la cuestión de la división de la sociedad en clases , (el populacho no está presente),ni en la situación de la mujer, (el único inciso es la advertencia del cura  a la esposa del doctor de que si se va de casa comete el delito de abandono de hogar). Además el film es deshonesto porque el hombre es casto, pero el espectador sabe que su mujer le es infiel con un amigo, un drama íntimo que se alterna hasta la náusea con la fiesta (el chupinazo, los encierros, las borracheras, los castillos, los abusos contra las chicas que se mezclan en la masa... y por fin el 'Triste de mí¡). No se entiende bien que Luís E. Pares se preste a avalar esta película tan casposa y reniegue de aquello en lo que suponía una ruptura: el desnudo integral de la actriz, que, curiosamente desaparece de la versión de 2016.

A medida que se acerca el final este se hace más y más previsible y se cumplen los peores pronósticos, que tienen mucho más que ver con el despecho, la vendetta y la falsa moral cristiana que con una denuncia social; el médico pertenece a la 'obra', una institución que controla a sus miembros que no se correspondían exactamente con una clase social concreta. La liberación venía de la mano del deseo y de la revancha, cuando ya soplaban los vientos de la 'libertad sin ira' del  CDS, pero pronto se verá frustrada por las conciencias que la dictadura dejó atadas, bien atadas. No es el escándalo lo que resuelve la situación, sino la conciencia del pecado que tiene el hombre del Opus Dei, una conciencia de la que carece la cínica de su mujer. La única conclusión sabia que podemos extraer el que la mujer, la 'Eva' bíblica es la que corrompe  la castidad y la bondad del hombre, ya sea su esposa o su amante; la única solución consiste en aislarse de ellas,poner tierra por medio. Así eran las cosas en 1975. El hombre necesitaba desahogarse. Se desahoga, se arrepiente y sigue su camino de santidad; las mujeres se quedan revolcándose en su propio fango. ¿Dónde está la crítica social? Por cierto, comienzacon 'el chupinazo' y acaba con el 'Triste de mí'.




(1) Películas 'S' y salas porno: el ocaso de Perpiñán. Diario 'ElPaís', 23 de febrero de 1978.



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