El hombre de las sombras. Pascal Laugier,






Ficha técnica:


Título original: The Tall Man.
País: co.producción Canadá/Francia.
Año: 2012.
Duración: 115 minutos.

Dirección: Pascal Laugier.
Guión: Pascal Laugier.
Casting: Carmen Kotyk, c.d.e.; USA: Bonnie Timmerman
Dirección de fotografía: Kamal Derkaoui, b.s.c.
Música: Todd Bryanton.
Edición: Sebastien Prangère.
Coordinador de especialistas: Gaelle Cohen.
Director artístico: Michael Devine.
Decorador del set: Nina Fitzwilson.

Diseño de Vestuario: Angus Strathie.
Jefe de Departamento de maquillaje: Natalie Cosco.
Jefe de Departamento de peluquería: Vincent Sullivan.


Productor: Tood Bryanton, Clement Miserez, Kevin DeWalt, Jean-Charles Levy, Dcott Kennedy
Productores ejecutivos: George Acogny, Nicolas Manuel, Olivier Piasentin, David Cormican, Mark Montague, Frank White, Matthieu Warter,Lisa Donahue, Gerard Demaer, Jessica Biel, Thierry Desmichelle, Steven Schneider, Lionel  Uzan.
Diseño de producción: Jean Carriere.
Productor en línea: Rhonda Baker.
Compañías productoras: Groupe Mg, Radar Films,  Minds Eye Entertainment, Forecast Pictures, en asociación con SND, Highwire Pictures, Iron Ocean Films y la participación de Cabal + M6


Intérpretes:


Jessica Biel: Juia Denning,
Jodelle Ferland: Jenny,
Williams Davis: Sherif Chestnut,
Garwin Sanford: Tall Mall (Hombre alto o del saco/Robert.
Samantha Ferris: Tracy,
Teach Grant: Steven,
Colleen Wheeler: Mrs. Johnson,
Jakob Davies: David,
Stepheb McCatthie: Teniente Dodd,
Eve Marlow: Christine,
Janet Wright: Trish,
...

Sinopsis:


Julia, una joven enfermera, abandonada por su marido, médico de profesión,vive sola con su hijo en un pueblo decadente  de los Estados Unidos, del que, inexplicablemente, desaparecen los niños y no se vuelve a saber de ellos. Los habitantes del lugar más supersticiosos atribuyen estas desapariciones a un hombre oscuro, el 'Hombre Alto', al que llaman 'El Cazador' Cuando desaparece también el hijo de Julia, ella luchará no sólo por recuperarlo, sino también por averiguar quién es el Hombre Alto y qué les ocurre a los niños raptados.

Crítica:


La crítica no  ha encontrado un lugar de consenso en torno a esta película, con valoraciones que van desde el excelente claro al suspenso absoluto. El tomatometer de la página Rotten Tomatoes le otorga una puntuación muy baja, basada en escasas encuestas realizadas a la prensa y al público: un 46 % de los medios, consultadas 26 reseñas, y un 38% del públic, pulsada la opinión de 8.602 usuarios. Ocurrió cn el film de Pascal Laugier lo mismo que algún año más tarde le sucedió a Alejandro Amenabar con 'Regresión': amplios sectores de norteamericanos aceptan que se revuelva en el interior de sus comunidades, ma non tropo; no hay que hurgar en las heridas y hacerlas sangrar.

A modo de ejemplo recogemos tres opiniones diferentes de críticos españoles:

Para Jordi Costa el tercer film del francés Pascal Laugier,  autor de 'El internado' (2004), Martyrs (2008) :" (...) es, en el fondo, una falsa pista, un instrumento —manejado, eso sí, con loable virtuosismo— tan idóneo como el melodrama para explorar los claroscuros del universo femenino. Laugier no es un director de películas de terror, sino un orfebre de las películas de mujeres —¿el Cukor del miedo?—, que, en El hombre de las sombras, pone sus cartas boca arriba. Partiendo del arquetipo del hombre del saco, el cineasta explora el bajo vientre de una comunidad aislada y acaba formulando perturbadoras preguntas sobre las ambigüedades y los daños colaterales de las buenas obras. La utilización dramática del espacio para generar inquietud y el gesto sádico de dejar al espectador sin asideros durante un buen tramo del relato hacen que uno experimente El hombre de las sombras como eficaz, contundente película de terror: el soberbio giro final es que, de hecho, no lo es."

Tony Vall mantiene la posición contraria: " Se acuerdan de Martyrs (2008), la polémica película de Pascal Laugier que vimos en Sitges hace 8 años? Sí, hombre, era esa de torturas, nazismo y asquitos diversos que tanta controversia provocó. Bueno pues su director sigue empeñado en astutos cuentos morales y con El hombre de las sombras se ha puesto un poco más comercial –la protagonista es Jessica Biel- pero casi igual de pseudo-transcendente sobre las injusticias de la adopción situada en un pequeño pueblo del estado de Washington donde desaparecen niños. Conviene no contar excesivos detalles del argumento porque es de esas con giro imprevisto a mitad del metraje. Es hábil el desarrollo de la trama y tiene su enjundia el intríngulis pero la moralina final es tan biempensante y arregladita –solo le falta un lacito rosa a modo de conclusión- que resulta irritante." (2)

Jsoé Manuel Cuéllar pone la misma objeción que Tony Vall, y lamenta el desenlace moralista ( con paquetes dorados y lazos azules para un ritmo irregular) casi con las mismas palabras, como si se hubieran leído unos a otos: "Con la cintura metida en un depresión dentro de otra honda depresión, Pascal Laugier nos lleva a su terreno, ese en el que se mueve con facilidad y presteza («Martyrs»): el de las nebulosas, atmósferas grises y tenebrosas, terreno pantanoso y mucha oscuridad. Fiel a su costumbre, ha montado un thriller psicológico en el que desarrolla una trama habilidosa, llena de giros y trucos. Un ingenioso argumento que rota y rota para al final llegar a una resolución más social y realista que, aun así, resulta sorprendente."

Comentario:

El film no es moralista ni es de los que da un giro total a mitad de película. Si se distancia de algo es de la sinopsis oficial que impone la necesidad de evitar el spoiler, que deja el asunto de la crítica limitado a la única afirmación que se puede hacer: la de si le ha gustado o no al crítico. Si sus lectores confían en él, bastaria con color esos circulitos que sitúan junto a la crítica páginas como Filmaffinity, con los significativos colores de verde,rojo o amarillo, que en la película de Laugir da un mosaico multicolor. Un plano secuencia oportuno y bien realizado nos coloca en la situación más adecuada para poder interpretar la ventana que nos quiere abrir Laugier, que habla de mujeres, es verdad, pero también de hombres, en un contexto de pobreza en el que, en una comunidad arcaica, no extraña el abuso  sexista que ejercen algunos hombres de la comunidad sobre sus mujeres. Pero los pobres no matan ni secuestran más que los ricos, ni las mujeres más que los hombres, sino la convicción de que uno es superior a la sociedad en la que se inscribe y puede decidir por ellos, avalada por noticias de prensa que denuncian a ciertas ONGs que vendían niños en ado`ción, por su bien o paa obtener beneficios espurios. No es el caso de la película, pero se le parece.

Antes de aparecer la primera imagen se inscribe un texto sobre una pantalla en negro que nos informa de que :"Cada año se informa de la desaparición de 800.000 niños en Estados Unidos. La mayoría aparecen en pocos días. 1000 niños desaparecen sin dejar rastro". A continuación una voz en off femenina ilustra unas imágenes de depauperación e introduce al espectador en un pueblo en trance de desaparecer "Nuestro pueblo lleva seis años muerto. Al principio lo asociamos al cierre de las minas, a la falta de trabajo, a la falta de dinero, a la falta de todo. Pero entonces surgió algo mucho peor a lo que culpar en la comunidad, algo que estaba destruyendo aún más nuestro pueblo, Aquella mañana nadie sabía si la comunidad estaba a punto de tocar a su fin...Había algo que se llevaba a los niños, queridos o no, a lo que al final la gente le puso nombre: el cazador." Sigue la inquietud con la introducción de los créditos iniciales que no tranquilizan al espectador, arraigados en la tierra, como ensangrentados, y captados subrepticiamente desde el aire, desde una avioneta que nos muestra una población dispersa que habita en casas desperdigadas en el estrecho valle rodeado de montañas boscosas; cuando la cámara se aproxima las casas aumentan su imagen cochambrosa y sucia, rodeadas de todo tipo de residuos inútiles que acumula la desidia. La música de Todd Bryanton no contribuye a serenar los ánimos de esta historia narrada con un lenguaje audiovisual ochentero, que evita los planos aberrantes y utiliza planos generales y medios que permiten emblematizar y contextualizar a los personajes, una forma de 'escribir' que contribuye a intimidar al espectador.

La irrupción de una 'madre  leona', que quiere recuperar a su hijo, parece contribuir a combatir la superstición que anida en el corazón de un bosque, que se ha erigido con frecuencia como protagonista de los relatos de terror, ya sea como albergue de los malvados o como entidad perniciosa en sí misma; el riesgo a perderse y perecer en medio de su frondosidad que lo protege de los intrusos con trampas que el hombre es incapaz de imaginar y donde residen las alimañas que contribuyen a difundir la leyenda lo hace temible e impenetrable para la mayoría de los hombres y mujeres. Julia se enfrenta a Tallman, 'El hombre Alto' , antagonista del Fantasma en las películas de terror, que toma forma en la horrible puerta de entrada a su morada apenas se cruza el umbral que separa el camino de la vegetación, que lleva impreso en su dintel, con letras rojas, el nombre del siniestro personaje, Las primeras imágenes de Julia en busca de su hijo y su desmayo en mitad del canino, son francamente geniales.

Estructurada en forma de un gran racconto, va introduciendo al espectador en una historia que nada tiene que ver con lo que parecen apuntar las primeras secuencias. Pascal Laugier domina la gramática audiovisual y tiene la cualidad de poner a su público en antecedentes sobre quién es y cuál es la historia que protagoniza Julia, interpretada por Jessica Beil, también productora del film, utilizando un plano secuencia  inspirado en el que abre el film de Hitchcock 'La ventana indiscreta'. La voz en off avanza: "Coldrock , en el estado de Washington,  Estados Unidos, es un lugar sin colegios, con kilómetros de bosque y un laberinto de túneles. El peor lugar del mundo para seguir el rastro de 18 niños desaparecidos..." El carácter político y social del film, que no por eso produce menos terror, es obvio desde la primera línea del guión y cuando se desvela la trama ya no sorprende al espectador bien avisado. La pobreza económica conduce en ocasiones a la podredumbre moral, que no sólo está en los países del sur del planeta, sino que reside también en el corazón del mundo desarrollado; la denuncia de Laugier no se dirige contra los políticos, incapaces de mejorar el sistema jugando con las reglas de la democracia, sino que concentra su atención en activistas procedentes de ONGs que con una visión elitista de la situación deciden actuar como  bienhechores que procuran lo mejor para el pueblo, pero sin el pueblo, el lema pre-revolucionario de los privilegiados. Se habla de niños robados, pero no se explica para qué.

Seis meses después la cámara se eleva de nuevo sobre este inframundo producto de la pobreza y vuelve a descender, para llegar a una conclusión de la historia que se desarrolla en la superficie y ns muestra por fin a la narradora, una chica extirpada de su contexto, que apela al público y lo interroga a la vez que lo acusa severamente. Pero lo que hay detrás, el subtexto, el background queda al albur del bagaje cultural e intelectual de cada espectador, y desde luego no está nada claro por qué hay quien muere y quién no, a la vez que resta tranquilidad a quienes piensan que la maldad se cobija en los suburbios empobrecidos. Un egoísmo que verbaliza la narradora cuando afirma que cada vez que 'el hombre del saco' se llevaba a un niño, la comunidad se alegraba al comprobar que la víctima no había sido el suyo propio. Ignoro en qué lacitos estaban pensando los críticos, pero recuerdo la queja que formulaban las hermanas Brontë, unas mujeres muy avanzadas para la época que les tocó vivir, de que era más fácil arreglar los asuntos de los demás que los propios, una cuestión de la que también se ocupan cineastas actuales como Susanne Bier en Haevnen ('En un mundo mejor', 2010), sin recurrir a metáforas ni usos desplazados del lenguaje.

Un film muy recomendable que se puede ver estos días en el videoclub de algunas plataformas digitales, como la de ONO.




(1) El buen mal.  Diario 'El País', 4 de enero de 2013.
(2) [Crónica Sitges 2012] De hijos de papá y niños robados, Cinemanía, 10 de octubre de 2012.
(3) Críticas de los estrenos del viernes 4, diario ABC, 4 de enero de 2011.



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