Ascensor para el Cadalso. Louis Malle.




Ficha técnica:


Título original Ascenseur pour L'Echafaud.
País: Francia.
Año: 1958.
Duración: 92 minutos.

Dirección: Ñouis Malle.
Guión: adaptación de Roher Nimier y Louis Malle; diálogo de Roger Nimier, basado en la novela de Noël Calef, pre-adaptada por el autor.
Dirección de Fotografía: Henri Decae.
Música: Miles Davis.
Ingeniero de sonido: Raymond Gauguier.
Montaje: Léonide Azar
Decoración: Rino Mondellini y Jean Mandaroux.

Jefe de maquillaje: Boris de Fast.

Jefe de Producción: Irénée Leriche.
Compañías productoras: Gaumont, Nouvelles Éditions de Films, Distribución: A Contracorriente Films



Intérpretes:


Jeanne Moreau: Florence,
Maurice Tonet: Julien Tavernier,
Georges Poujouly: Louis,
Yori Bertin: Vñeronique,
Jean Wall: Simon Carala,
Elga Andersen: Frieda Bencker,
Sylviane Ausenstein: Yvonne, la chica del bar,
Micheline Bona: Geneviève,
Gisèle Grandpreé: Jacqueline Mauclair,
Jacqueline Staup: Anna,
Ivan Petrovich: Horst Bencker,
Félix Marten: Christian Subervie,
Lino Ventura: Comisario Cherrier.

Sinopsis:


Paris 1957. Julien Tavernier es un antiguo paracaidista de la Guerra de Indochina que mantiene una relación amorosa  con Florence. la esposa de su jefe. el empresario Simon Carala. Cansados de mantener su idilio oculto, la pareja de amantes decide asesinar a Simon de forma que parezca un suicidio. Louis es un joven delincuente, novio de Veronique, la joven empleada de la floristería situada en frente del gran edificio de oficinas de la empresa de Carala. La casualidad provocará un inesperado cruce de destinos entre ambas parejas y el comisario Cherrier.


Comentario:


'Ascensor para el cadalso' es la opera prima de un jovencísimo Louis Malle ('La pequeña', 1978), que debutó en el cine con un film noir, el género llamado polar entre los franceses, en la que se anticipan algunas características de la Nouvelle Vague, y en concreto 'Al final de la escapada' de Jean Luc Godard (1960), en concreto la huida bordeando el Sena hacia la perdición de dos quasi adolescentes, que representan el prototipo contemporáneo de Tristán e Isolda, (parafraseando a Noël Simsolo), a los que el amor lanza a una carrera infantil, en la que la sexualidad se basa en el peligro, que aprovecha los errores y descalabros de otra pareja adulta, bien situada, que sólo ve una forma de conservar su amor y su posición económica y social: simular el suicidio del marido de la mujer, una auténtica femme fatale, que forma parte de una pareja maldita, en la que la presencia de Jean Moreau, la novia de Francia, demuestra que este género no es genuinamente masculino, ya que el desarrollo del relato y el anuncio de la condena, mucho más duro para la esposa-instigadora que para el amante-ejecutor revela que el comportamiento del hombre responde a la incitación de una mujer de sensualidad devoradora y dotada de una belleza excepcional, o al menos así lo contemplaba la justicia de su país  (1) La suerte que espera al joven criminal, que ha cumplido 18 años y ha cruzado la barrera de la mayoría de edad, es mucho más grave en un país que en aquel momento conservaba la pena de muerte y tenía activa la guillotina.

Es usual comenzar un thriller policíaco con el cadáver encima de la mesa, un crimen que conoce únicamente el espectador que asiste al trabajo de la policía para desentrañar el complot y descubrir a los culpables. Dos errores de los protagonistas contribuirán a complicar su propia situación y poner pruebas en manos de los agente: una cuerda provista de un anclaje y unas fotografías. Mas cualquier espectador actual, amante del género y acostumbrado a leer novela negra y ver películas  policíacas, observará con preocupación: la enorme cantidad de huellas que van dejando los asesinos en el camino que hoy no soportarían una sencilla prueba de ADN. El cruce casual de ambas historias y un pequeño detalle permitirán resolver los dos asesinatos con la misma prueba. Interesante.


(1) Noël Simsolo. El cine negro.

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