Jackie. Pablo Larrain.





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Comentario:


JACKIE UN DÉBIL REMEDO DE LA PRINCESA MIDALA/GINEBRA



Diego Salgado introduce su artículo para 'Dirigido por...', con una entradilla más que discutible en torno al primer largometraje, realizado por encargo por el cineasta chileno Pablo Larrain, su primera película hecha en inglés, en la que asevera que el director " reafirma su condición de observador privilegiado de los estamentos sociales y sus constructos representativos: Jackie es un análisis minucioso de la comunicación y sus vínculos con el poder, así como de las ambiciones y miserias de sus actores." (1) Mi duda acerca de esta formulación del subtexto en el que se apoya el film se basa, sobre todo, en el hecho de que Larrain centra su foco casi exclusivamente en un personaje, Jackie, con un débil contraposto, Bobby Kennedy, un miembro del clan Kennedy, acotando el relato al momento  de su tragedia,con breves incisos de los momentos de felicidad y  disfrute pleno de la gloria y el poder recién estrenado que conlleva la asunción del primer cargo de un país, - una entrevista realizada cuando JFK accedió a la Casa Blanca en 1962, realizada en blanco y negro, (el color no se había impuesto en la televisión), y algunos actos oficiales pletóricos de glamour cultural, entre ellos un concierto de Pau Casals -.  el día del asesinato del mandatario en Dallas, una zona 'llena de locos que inspiraba respeto a John, y los preparativos del entierro del presidente asesinado en un lugar pronto acotado en el cementerio de Arlington y bautizado con el nombre de Camelot, la legendaria fortaleza del Rey Arturo, de cuya esposa Ginebra Jackie se sentía una reencarnación, gracias al hecho de haber estado casada con un hombre que, si bien le fue constantemente infiel llegando al extremo de no mantener apenas contacto físico con ella, era el máximo representantes del primus inter pares del siglo XX, que se sentaba con sus prohombres en torno a una mesa redonda que no le otorgaba un lugar de privilegio personal. Lo único que sabemos del constructo representativo de la poderosa familia Kennedy, de la que ella se siente parte, es que a John le gustaba la historia, aunque ella dudara de que todo lo que aparece en letra impresa fuera verdad, una curiosa forma de manifestar la superioridad de su grupo.

Pablo Larrain elige una forma de expresión ya manida, en la que se apropia de 'los registros de lo documental, lo informativo y lo propagandístico' (Diego Salgado), a modo de falso documental,  en el que mucha información de la que se vierte en el film no es real, según el propio Larrain, ya que es muy difícil narrar ciertos hechos que se producían cuando se cerraban las puertas del hogar familiar, aunque se  presentan como si fueran ciertos, como reconstruidos con material encontrado o found footage, que explica el sorprendente careo o constante diálogo del personaje con su público, utilizando la mirada frecuente a la cámara, que sitúa a una  Jackie ficticia,, siempre Natalie Portman, que impone su forma natural de actuar, para machacar al personaje histórico y presentarlo como una mujer clasista, ignorante, de mal talante, caprichosa y soberbia, que cambia de opinión con su estado de ánimo, a la que la tragedia  convierte en un mito alimentado por la exageración de las imágenes que nos la muestran como una desahuciada, una mártir de los sucesores de su marido,  que impone un funeral de estado con un elevado coste en seguridad por el riesgo que entrañaba el hecho de que más de cien mandatarios acompañaran al cuerpo del presidente asesinado a pie, realizando un largo recorrido en tiempos convulsos. Asesinado Oswald antes del entierro, la cámara  no se aparta del rostro de Jackie/Portman, sin mostrar una sola imagen de un disimulado francotirador que vigile el recorrido, merced a su vocación de documental (si estas imágenes no existen no se pueden ofrecer), realizado en un formato que emula los estándares de la época.La música de Mica Levi supone un elemento externo generador de tensión.

Larrain se convierte en un auténtico escultor del tiempo, avanzando y retrocediendo, con flashbacks o flashforwards, de acuerdo con sus necesidades narrativas, partiendo de las conversaciones que la esposa de Kennedy mantuvo en el complejo residencial que la familia de Kennedy poseía en Hyannis Port (Massachussets) con  Arthur M. Schlesinger, un reportero de confianza, a la sazón en nómina de la revista 'Life', encarnado por el actor  Billy Cudrup. El film termina con esta entrevista de cuatro horas de duración; lo que sucedió con las confesiones de la dama pertenece a la extradiégesis del discurso cinematográfico. Parece ser que el periodista elaboró apenas dos folios de texto con el título "Para el Presidente Kennedy: Epílogo." Diego Salgado concluye que "Jackie deviene así una pionera del storytelling, la creación de narraciones emocionales por individuos y colectivos en que se halla enfangada la arena pública actual, donde, en palabras de Christian Salmon, "la veracidad de las cosas es ya menos importante que su percepción..." (opus cit.)

Quien decida acudir al cine se encontrará con un film de autor, de luz empobrecida, narración alternativa, nada convencional, basada en la técnica del falso documental, en el que Natalie Portman habla constantemente a la cámara, se limpia la sangre en un primerísimo primer plano ante un espejo constituido por la platea de la sala de proyecciones, en el centro de un relato que avanza y retrocede en el tiempo en un zig-zag sin solución de continuidad. Jackie no es un biopic al uso, ni tampoco una biografía alternativa, sino la captación por la cámara de momentos de gran emoción de una mujer que presenció la muerte de su marido y el fin de una 'reinado' breve, que tan sólo duró dos años y diez meses. Las imágenes de Jackie probándose la noche antes del funeral todos y cada uno de los vestidos que lució en fechas señaladas, y que serán imitados por los creadores del país, es una buena muestra del dolor de una mujer que necesitaba un funeral espectacular para reivindicarse a sí misma. La publicidad da lugar a la confusión de los potenciales espectadores. generalmente gente de edad avanzada, que espera un típico film mainstream y se topan con la princesa Midala que se ha hecho mayor.



(1) Seducción mediática.Dirigido por..., febrero 2007.







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